Ethereum, la segunda criptomoneda más importante después de Bitcoin, está bajo intensa presión en el mercado, con un desplome que podría llevar su precio hasta los 1,000 dólares en un futuro cercano. Esta caída potencial surge a raíz de una serie de indicadores fundamentales y técnicos que muestran debilidad y una tendencia bajista contundente en la plataforma y su token nativo, ETH. Comprender los factores detrás de esta situación es crucial para inversores, entusiastas de las criptomonedas y analistas que buscan anticipar movimientos en el volátil mercado cripto. A comienzos del año 2025, Ethereum alcanzó picos cercanos a los 4,000 dólares, pero desde entonces ha experimentado una caída que supera el 60%, situándose actualmente por debajo de los 2,700 dólares. Esta contracción del valor está acompañada por un deterioro significativo en indicadores clave que reflejan la salud y el dinamismo de la red.
En particular, la reducción del número de direcciones activas, la disminución en las tarifas generadas por las transacciones y el creciente flujo de salida de fondos de los fondos cotizados en bolsa (ETFs) destacan como señales preocupantes. El número de direcciones activas en Ethereum, que representa una métrica crucial para evaluar la adopción y el uso continuado de la red, ha caído de manera pronunciada. En enero, Ethereum contaba con más de 575,000 direcciones activas diarias, cifra que ha disminuido a aproximadamente 333,000 pocas semanas después. Esta reducción casi del 50% indica un descenso en el interés y la participación directa de usuarios, lo que impacta negativamente en la demanda del token ETH y en la actividad general del ecosistema. Junto a esto, las tarifas de transacción o 'fees' en Ethereum, que durante 2024 dominaban el mercado por su volumen significativo, han caído a niveles que ponen en evidencia un debilitamiento del uso de la red para operaciones y contratos inteligentes.
Según datos de plataformas de análisis como TokenTerminal, las ganancias por tarifas en Ethereum han caído a alrededor de 222 millones de dólares, una cantidad que ahora está siendo superada por otras cadenas de bloques como Uniswap, Solana, Jito, Circle, Tron y Tether. Esta reducción en los ingresos derivados de transacciones limita además el atractivo económico para los validadores y participantes de la red. Además, la salida de fondos de los ETFs vinculados a Ethereum representa otro síntoma de falta de confianza inversora. Solo en marzo, estos productos sufrieron una retirada de 403 millones de dólares, acumulando un total de 2.36 mil millones desde inicios del año.
En contraste, Bitcoin muestra un saldo inverso robusto con más de 36,000 millones de dólares en entradas netas desde enero del año anterior, lo que evidencia un desplazamiento de capitales hacia activos percibidos como más seguros o prometedores. Este contexto fundamental va acompañado de una situación técnica adversa. El análisis gráfico semanal de Ethereum muestra la formación de un patrón denominado 'triple techo', el cual generalmente indica una resistencia fuerte y un posible giro bajista en el precio. Entre marzo y diciembre del año pasado, Ethereum alcanzó tres picos en torno a los 4,045 dólares, pero sin lograr romper ese techo, generando un fuerte nivel de resistencia. El 'neckline' o línea de soporte esencial se estableció cerca de los 2,130 dólares.
Actualmente, ETH ha caído por debajo de esta línea, lo que valida la perspectiva bajista y aumenta el riesgo de un desplome mayor. El indicador ADX (Average Directional Index), que mide la fuerza de la tendencia, ha aumentado a valores alrededor de 30, demostrando que la tendencia bajista está ganando fuerza y puede sostener la caída. Al medir la distancia entre el triple techo y el soporte, los analistas calculan que el descenso podría representar un 50% desde la zona de resistencia a la línea, proyectándose una posible caída hasta los 1,000 dólares, alrededor de un 42% por debajo del nivel actual. Además de estas señales técnicas y fundamentales, el entorno macroeconómico también juega un papel. Las políticas de tarifas recíprocas lanzadas por Estados Unidos y otros países, sumadas a señales cada vez más fuertes de una recesión global, vienen afectando el apetito por activos de riesgo, incluyendo las criptomonedas.
En un contexto de incertidumbre económica, los inversionistas tienden a reducir exposición a activos volátiles con una historia reciente de caída, como es el caso de Ethereum. A pesar del panorama sombrío, no todo está perdido para Ethereum. Un movimiento alcista significativo que logre superar la resistencia clave en 2,130 dólares podría invalidar la narrativa bajista y abrir el camino para una recuperación hacia los 2,500 dólares e incluso niveles superiores, siempre y cuando mejore la percepción y el uso de la red. Sin embargo, para que esto suceda, es necesario que una combinación de factores fundamentales, como el repunte en direcciones activas, mayor generación de tarifas y entradas en ETFs, acompañe la recuperación técnica. Analistas de renombre, como los de Standard Chartered, han revisado sus pronósticos a la baja, señalando un ajuste en las expectativas al reducir las proyecciones del precio de ETH a cerca de 4,000 dólares, lo que ya implica un notable pesimismo respecto a la evolución futura.
A nivel de inversores y usuarios, la recomendación general es realizar evaluaciones delicadas antes de entrar en posiciones o aumentar la exposición a ETH, considerando que el movimiento a la baja podría profundizarse. La volatilidad del mercado cripto exige cautela y una atención plena a los indicadores tanto técnicos como fundamentales. El futuro inmediato de Ethereum dependerá en gran medida de la evolución de su ecosistema, la recuperación del interés de usuarios y desarrolladores, así como de factores externos que afectan la percepción general del mercado. Destacar que Ethereum sigue siendo una pieza clave en el desarrollo de aplicaciones descentralizadas, finanzas descentralizadas (DeFi) y los mercados NFT, por lo que cualquier señal de fortalecimiento en su actividad podría frenar o revertir el escenario bajista. En resumen, la caída en las direcciones activas y tarifas, sumada a los grandes retiros en los ETFs vinculados a Ethereum y la formación de un patrón técnico bajista reforzado por el contexto económico adverso, colocan a Ethereum en una situación vulnerable que podría llevar su precio hasta la zona baja de los 1,000 dólares.
Sin embargo, cualquier cambio en la dinámica fundamental o técnica podría ofrecer oportunidades de recuperación que conviene observar de cerca. Los participantes del mercado deben mantenerse informados, vigilar los niveles críticos de soporte y resistencia, y gestionar los riesgos adecuadamente en un escenario que se presenta como uno de los más delicados en la historia reciente de Ethereum.