En el universo de la investigación científica, la reproducibilidad representa la piedra angular que garantiza la fiabilidad y validez de los conocimientos generados. Sin embargo, un proyecto ambicioso realizado en Brasil ha evidenciado que esta cualidad crucial está en riesgo, mostrando que solo una minoría de experimentos biomédicos pueden ser replicados con éxito. Esta problemática no solo impacta a la comunidad científica brasileña sino también refleja un fenómeno global que exige reflexiones profundas y acciones urgentes. El proyecto de reproducibilidad brasileño, desplegado por un consorcio de más de 50 equipos de investigación y coordinado por la Iniciativa Brasileña de Reproducibilidad, tenía como objetivo evaluar la fidelidad de los resultados publicados en estudios biomédicos producidos en ese país. A diferencia de otras investigaciones similares a nivel internacional, que se enfocan en campos específicos o en la relevancia del estudio, este esfuerzo se basó en seleccionar los trabajos que utilizaban tres métodos comunes aplicados en la biomedicina: ensayos de metabolismo celular, técnicas de amplificación genética y pruebas conductuales con roedores.
Esta aproximación metodológica única permitió evaluar la reproducibilidad desde una perspectiva práctica y amplia, involucrando una enorme diversidad de laboratorios comprometidos con la revisión y validación. Lo que emergió fue desconcertante: menos del 50% de los experimentos replicados arrojaron resultados consistentes con los reportados originalmente. De hecho, solo el 21% cumplió con al menos la mitad de los criterios estadísticos planteados para definir una replicación exitosa, incluyendo resultados estadísticamente significativos en la misma dirección observada inicialmente. Además, se detectó que el tamaño del efecto, es decir, la magnitud del impacto detectado en las investigaciones originales, tendía a estar inflado, con un 60% más grande en comparación con las repeticiones. Esto sugiere que muchos estudios podrían estar presentando hallazgos exagerados o incluso potencialmente engañosos.
Las implicaciones de estos hallazgos son profundas. En primer lugar, la reproducibilidad es fundamental para que la comunidad científica construya sobre bases sólidas, permitiendo que los descubrimientos sean confiables y útiles para avanzar en el conocimiento y en la aplicación clínica. Cuando los resultados no pueden repetirse, se pone en duda no solo la integridad de los estudios individuales, sino también la efectividad de sistemas de publicación, revisión por pares y financiamiento de la ciencia. Además, en el caso específico de Brasil, el proyecto proporciona una evidencia crucial para implementar reformas internas. La coordinadora del estudio, Mariana Boechat de Abreu, destaca que contar con datos propios sobre reproducibilidad abre la puerta a cambios concretos que pueden realizarse tanto a nivel de políticas públicas como en las universidades, garantizando mejores estándares y prácticas más exigentes.
La pandemia de COVID-19 complicó la logística del proyecto, pero también dio testimonio de la necesidad imperiosa de contar con investigaciones robustas en momentos críticos para la salud pública. Desde una perspectiva global, este esfuerzo se une a una serie de investigaciones que ponen en duda la eficacia del sistema científico actual en garantizar resultados reproducibles. Casos emblemáticos, como la crisis de reproducibilidad en psicología y otras áreas de la biomedicina, han llevado a cuestionar variables como la presión por publicar resultados innovadores, la calidad del entrenamiento metodológico, la falta de acceso a datos originales y protocolos detallados, y la influencia de factores económicos y políticos en la investigación. Para enfrentar estos desafíos, expertos proponen diversas soluciones. La promoción de la ciencia abierta y el acceso a datos y materiales de forma transparente es fundamental.
El preregistro de experimentos, que obliga a definir hipótesis y métodos antes de realizar el estudio, puede reducir sesgos y malas prácticas. Incentivar la publicación de resultados negativos o no confirmatorios también puede disminuir la acumulación de pruebas sesgadas. Asimismo, la capacitación continua en métodos estadísticos y rigurosidad experimental fortalecerá las capacidades del investigador. Es importante resaltar que la reproducibilidad no es sinónimo de exactitud absoluta o imposibilidad de variaciones. La naturaleza misma de la investigación, que trabaja sobre fenómenos complejos y aleatorios, implica que algunas diferencias ocurran en repeticiones.
Sin embargo, cuando los resultados distan significativamente de los originales o cuando los efectos son sistemáticamente sobreestimados, entonces es necesario cuestionar la validez y la calidad del trabajo. La Iniciativa Brasileña de Reproducibilidad también muestra un modelo colaborativo y de comunidad que puede ser ejemplo para otros países y disciplinas. En lugar de esfuerzos aislados, la coordinación conjunta de múltiples laboratorios en un marco de transparencia y respeto científico permite maximizar los recursos, compartir conocimientos y fomentar una cultura de responsabilidad. El balance final es un llamado a no desalentar la ciencia sino a fortalecerla. La crisis de reproducibilidad pone en evidencia falencias, pero también genera oportunidades para mejorar.