El mes de mayo de 2025 ha traído consigo un cambio destacado en el panorama financiero asiático, con el retorno significativo de inversión extranjera a las acciones de la región después de varios meses marcados por importantes salidas de capital. Este fenómeno refleja no solo el alivio de las tensiones comerciales internacionales sino también una renovada confianza en las perspectivas económicas de los principales mercados asiáticos, integrando países como Taiwán, India, Corea del Sur, Tailandia, Indonesia, Vietnam y Filipinas. Durante los primeros cuatro meses del año, los mercados asiáticos sufrieron una histórica salida de capital extranjero que alcanzó aproximadamente los 54.33 mil millones de dólares. Esta cifra representa la mayor fuga desde al menos 2010, generada en gran parte por las preocupaciones derivadas de la política comercial de Estados Unidos bajo la administración del expresidente Donald Trump, así como por el ambiente general de incertidumbre global.
El temor a una escalada en la imposición de aranceles y las posibles repercusiones en la economía mundial provocaron que muchos inversores adoptaran una postura cautelosa, retirando fondos de los mercados emergentes asiáticos y buscando refugio en activos percibidos como más seguros. Sin embargo, esta tendencia se revirtió drásticamente en mayo, cuando los inversores extranjeros adquirieron valores en la región por un valor aproximado de 6.22 mil millones de dólares hasta el día 12 de mayo, según datos de LSEG (London Stock Exchange Group). Taiwán lideró la recuperación con entradas netas de capital por 4.43 mil millones de dólares, rompiendo un ciclo de cuatro meses consecutivos de salida de fondos.
India también destacó como un destino atractivo para la inversión extranjera, recibiendo alrededor de 1.68 mil millones de dólares en compras de acciones, reflejando un renovado interés por su dinamismo económico y sus reformas estructurales. El resurgimiento del interés inversor en Asia está fuertemente ligado a la evolución positiva de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Ambas economías acordaron una suspensión temporal de 90 días en la imposición de nuevos aranceles, una medida que ha aliviado parte de la presión sobre las cadenas globales de suministro y ha mitigado de forma significativa el riesgo de desaceleración económica. En concreto, Estados Unidos redujo los aranceles sobre productos chinos del 145% al 30%, mientras que China bajó sus gravámenes del 125% al 10% para el mismo periodo.
Este acuerdo temporal ha sido un factor decisivo para restaurar la confianza de los inversores internacionales, quienes habían descuidado parcialmente la región por temor a represalias comerciales y volatilidad. La suspensión de las tarifas ha desencadenado una subida notable en los índices bursátiles asiáticos, impulsando el MSCI Asia-Pacific Index en un 18% desde el 7 de abril, reforzando el optimismo en torno a la recuperación económica regional y mundial. No obstante, los expertos advierten que persisten incertidumbres. Aunque las tensiones comerciales han disminuido temporalmente, las negociaciones todavía se encuentran en una fase incipiente y es prematuro determinar si estas reducciones arancelarias serán permanentes. La volatilidad inherente a los procesos políticos y económicos podría generar giros inesperados que afecten la sostenibilidad del flujo de capital a largo plazo.
Adicionalmente, el crecimiento modesto en las ganancias corporativas y algunos niveles de valoración complacientes en ciertos mercados podrían propiciar correcciones a corto plazo. Goldman Sachs, una de las firmas financieras más influyentes a nivel global, señala en un informe reciente que, aunque el flujo de noticias positivo sobre acuerdos comerciales ha contribuido a un descenso en las medidas de estrés del mercado, la prudencia debe mantenerse por la posible evolución del entorno macroeconómico. La debilitación del dólar estadounidense también ha jugado un rol en esta reaparición del apetito por riesgo, facilitando menores costos de entrada para los inversores internacionales en activos asiáticos. El reintegro de capital foráneo en los mercados asiáticos es particularmente relevante dado el contexto actual de desaceleración del crecimiento económico global y la persistencia de ciertos desafíos geopolíticos. La consolidación de esta tendencia puede favorecer no solo la estabilidad financiera regional, sino también la mejora de condiciones para la inversión directa y la proliferación de proyectos de largo plazo en sectores clave como tecnología, manufactura, infraestructura y consumo.
Países como India han ganado protagonismo no solo por sus políticas internas orientadas a la liberalización económica y el impulso a la digitalización, sino también por su posición estratégica frente a la reconfiguración de las cadenas de valor globales. La promoción de la manufactura local y el desarrollo de mercados de capital más profundos han convertido a la India en un destino prioritario para fondos internacionales que buscan diversificación y crecimiento. Por su parte, Taiwán mantiene su fortaleza gracias a su papel indispensable en la fabricación de semiconductores y componentes tecnológicos, sectores altamente demandados que sostienen muchas de las economías avanzadas. La recuperación en flujos hacia Taiwán refleja la confianza en la resiliencia del sector tecnológico y en la capacidad del mercado para adaptarse a cambios globales. Mercados del sudeste asiático como Tailandia, Indonesia, Vietnam y Filipinas también han empezado a captar la atención de inversores que buscan oportunidades en economías emergentes con alto potencial de crecimiento y jóvenes poblaciones urbanizadas.