En el mundo cambiante de las inversiones, encontrar alternativas sólidas y rentables es una prioridad para muchos inversores. Larry Fink, CEO de BlackRock, ha planteado recientemente una nueva visión en cuanto a la composición de portafolios tradicionales, especialmente cuestionando la eficacia del modelo clásico 60/40, que distribuye la inversión en un 60% en acciones y un 40% en bonos. Según Fink, la dinámica del mercado y la aparición de nuevas clases de activos demandan una actualización a esta fórmula que ha sido popular durante décadas. Propone en cambio un enfoque 50/30/20, donde un 20% del portafolio se destine a activos alternativos como infraestructura y bienes raíces. Esta recomendación surge de la creciente importancia de la infraestructura como un sector capaz de ofrecer rendimientos atractivos con menor volatilidad y una mayor estabilidad a largo plazo.
La infraestructura es un área que incluye activos físicos esenciales para el funcionamiento de la economía, tales como carreteras, puentes, redes eléctricas, oleoductos, instalaciones portuarias y servicios públicos. Estos activos tienden a generar flujos de caja predecibles debido a contratos a largo plazo y la naturaleza indispensable de los servicios que ofrecen. En un entorno de tasas de interés fluctuantes y mercados volátiles, la infraestructura se presenta como una opción que puede equilibrar y complementar otras inversiones más tradicionales. Por qué reconsiderar el modelo 60/40 Durante mucho tiempo, el modelo 60/40 ha servido como guía para inversores que buscan una mezcla equilibrada de crecimiento y estabilidad, diversificando entre renta variable y renta fija. Sin embargo, con cambios en las condiciones económicas, baja rentabilidad en bonos tradicionales y la creciente complejidad del mercado financiero, este esquema puede no ser tan efectivo como antes.
Larry Fink señala que la inclusión de nuevos tipos de activos permitirá a los inversores mitigar riesgos y aprovechar oportunidades en sectores que anteriormente eran difíciles de integrar en carteras tradicionales. El auge de activos alternativos como infraestructura y bienes raíces responde a la necesidad de diversificación y a la búsqueda de ingresos fiables en un contexto donde las tasas de interés están relativamente bajas. El incremento en demanda por estas inversiones se debe también a factores estructurales, como el crecimiento poblacional, la urbanización acelerada y la necesidad de modernización de la infraestructura en muchos países. Cómo invertir en infraestructura y obtener un rendimiento del 6% Aunque invertir en bienes raíces es relativamente sencillo a través de fideicomisos de inversión inmobiliaria (REITs), la infraestructura tiene menos opciones accesibles para inversionistas particulares. Aquí es donde la recomendación de Larry Fink se materializa en un enfoque práctico: invertir en empresas cotizadas especializadas que ofrecen exposición global a distintos tipos de infraestructura.
Brookfield Infrastructure Partners es un ejemplo destacado en este campo. Esta empresa logra diversificar sus inversiones a través de distintos segmentos de infraestructura, incluyendo transporte, energía y servicios públicos. Ofrece diferentes clases de acciones, con su clase partnership proporcionando un rendimiento de distribución del 6%, mientras que la clase corporativa rinde alrededor del 4.8%. Esta diferencia se debe a la estructura del negocio y a las preferencias regulatorias de ciertos inversores institucionales.
Lo más atractivo de Brookfield Infrastructure es el histórico de incrementos anuales en sus distribuciones, que ha mantenido un crecimiento constante durante 18 años consecutivos, con un aumento anualizado promedio cercano al 7% en la última década. Esta trayectoria no solo posiciona a la empresa como una fuente confiable de ingresos, sino que también refleja su capacidad para adaptarse y crecer en mercados cambiantes. Ventajas de invertir en infraestructura Invertir en infraestructura ofrece múltiples beneficios para quienes buscan diversificar sus carteras y obtener ingresos estables. En primer lugar, debido a la naturaleza de sus activos, los flujos de caja suelen ser menos volátiles y están respaldados por contratos a largo plazo o regulaciones gubernamentales. Esto brinda una protección relativa frente a los ciclos económicos adversos.
Además, la infraestructura actúa como una cobertura contra la inflación, dado que muchos contratos y tarifas se ajustan en función del aumento de precios, lo que protege el poder adquisitivo de los rendimientos a lo largo del tiempo. En tiempos de incertidumbre económica donde otras inversiones pueden sufrir caídas abruptas, los activos de infraestructura tienden a mantener un comportamiento más estable. También importa la diversificación geográfica y sectorial. Empresas dedicadas a infraestructura suelen operar en diferentes países y sectores, reduciendo la dependencia de un solo mercado o segmento específico. Esto permite minimizar riesgos asociados a regulaciones locales o fluctuaciones específicas de una industria, manteniendo una exposición equilibrada a diferentes oportunidades globales.
Consideraciones para inversores particulares Para inversores que no cuentan con acceso directo a oportunidades en infraestructura, una de las formas más viables es a través de fondos cotizados en bolsa (ETFs) o invertir en empresas especializadas como Brookfield Infrastructure Partners. Estos vehículos permiten tener exposición a una cartera diversificada de activos de infraestructura con un solo instrumento financiero. Es fundamental evaluar no solo el rendimiento inmediato, sino también la sostenibilidad del flujo de ingresos, la calidad de los activos subyacentes y la solidez financiera de las empresas en las que se invierte. Tener en cuenta factores regulatorios y políticos, especialmente en infraestructuras que dependen de concesiones gubernamentales, es clave para la gestión del riesgo. Por otro lado, la naturaleza de largo plazo de estos activos implica que los inversores deben estar preparados para mantener sus posiciones durante períodos extendidos y ser pacientes para ver los beneficios acumulativos de los incrementos anuales en distribuciones.
El papel de BlackRock y Larry Fink en la promoción de la infraestructura BlackRock, como uno de los gestores de activos más importantes del mundo, tiene una influencia notable en las tendencias de inversión globales. La recomendación de Larry Fink de incorporar infraestructura en carteras diversificadas refleja una visión alineada con la evolución del mercado financiero y las necesidades actuales de los inversores. Al proponer un modelo 50/30/20, Fink no solo busca modernizar la forma tradicional de inversiones, sino también promover la inclusión de sectores que pueden ofrecer estabilidad y rendimientos atractivos, incluso en un contexto de incertidumbre económica o volatilidad en los mercados de renta variable y bonos. Conclusión La apuesta por la infraestructura como un componente clave en las carteras de inversión representa una evolución significativa en la estrategia financiera personal y corporativa. Por su capacidad de generar ingresos constantes, su resistencia ante la inflación y su diversificación global, la infraestructura se posiciona como una alternativa estratégica para inversores que buscan estabilidad y rentabilidad en un escenario financiero cada vez más complejo.
La recomendación de Larry Fink y BlackRock de destinar un 20% de las inversiones a activos como infraestructura y bienes raíces abre una puerta a un mundo de oportunidades que van más allá de las tradicionales combinaciones de acciones y bonos. Empresas como Brookfield Infrastructure demuestran que es posible acceder a esta clase de activos y obtener rendimientos sólidos y crecientes, como un 6% de rendimiento en distribuciones, lo que puede significar un impulso significativo para el crecimiento y la estabilidad de los portafolios. Invertir en infraestructura no solo es una forma de diversificar, sino también de alinearse con tendencias económicas y sociales que demandan desarrollo y modernización constante. Así, para quienes buscan construir una cartera más resiliente y rentable, dar un paso hacia la infraestructura puede ser una estrategia rentable y segura en el mediano y largo plazo.