La obtención de la licencia para una sede regional por parte de Bank of New York Mellon (BNY Mellon) en Arabia Saudita marca un hito importante tanto para la institución financiera como para el desarrollo del sector financiero del país y de toda la región de Medio Oriente. Este paso refleja no solo la confianza de BNY Mellon en el potencial económico del Reino saudí, sino también su compromiso de profundizar y expandir sus operaciones en un mercado estratégico que se encuentra en plena transformación impulsada por la ambiciosa Visión 2030 del país. Desde hace décadas, BNY Mellon ha mantenido una presencia activa en Arabia Saudita, ofreciendo una amplia gama de servicios financieros que incluyen custodia global, soluciones de riesgo, servicios de cambio de divisas para custodia, así como contabilidad institucional. Hasta ahora, estas actividades se desarrollaban bajo la regulación y licencia de la Autoridad del Mercado de Capitales del país. Sin embargo, la reciente concesión de la licencia por parte del Ministerio de Inversiones de Arabia Saudita para establecer una sede regional en Riyadh permitirá a BNY Mellon consolidar y ampliar sus operaciones estratégicas, administrativas y corporativas en toda la región de Medio Oriente.
El establecimiento de esta sede regional responde a una estrategia clara de crecimiento internacional que contempla la región del Golfo y sus vecinos como un eje esencial para la expansión del negocio financiero global de BNY Mellon. La cercanía geográfica y cultural facilita la prestación de servicios ajustados a las necesidades específicas de clientes en mercados como los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Baréin y Omán, además de Arabia Saudita. La sede regional actuará como un centro neurálgico para coordinar las actividades y ofrecer soporte centralizado, optimizando la eficiencia operacional y acercando los servicios a clientes clave en la zona. Este movimiento no solo mejora la capacidad de respuesta y personalización de la firma en términos regulatorios y comerciales, sino que también refleja la importancia estratégica que BNY Mellon atribuye a la región. La presencia de BNY Mellon en Arabia Saudita se inserta dentro de un contexto más amplio de modernización y apertura del mercado financiero saudí.
La Visión 2030, impulsada por el gobierno saudí, plantea diversificar la economía y fortalecer sectores clave, incluyendo el financiero, para dejar atrás la dependencia del petróleo. Esta visión contempla la atracción de inversiones extranjeras, el desarrollo de mercados de capital más robustos y la creación de un ecosistema competitivo y tecnológico que favorezca la innovación y el crecimiento sostenible. Hani Kablawi, director internacional de BNY Mellon, ha destacado que la concesión de la licencia para la sede regional es un reflejo claro de la confianza en los avances regulatorios del Reino y su compromiso con la transformación económica. Él subraya que BNY Mellon continuará aportando su experiencia en todas las etapas del ciclo financiero para contribuir al logro de las metas planteadas en Arabia Saudita y en la región en general. La estrategia de BNY Mellon consiste en desempeñar un papel clave como facilitador en el desarrollo de infraestructura financiera, apoyando tanto a clientes institucionales como a intermediarios de riqueza que buscan acceder a nuevas oportunidades en mercados alternativos y privados.
En septiembre de 2024, la firma lanzó Alts BridgeSM, una solución integral que combina datos, software y servicios para facilitar la inversión en mercados alternativos, respondiendo a la creciente demanda de productos financieros diversificados en Medio Oriente. Además, BNY Mellon es uno de los custodios más grandes del mundo, administrando activos que superan los 53 billones de dólares, con una gestión de activos que alcanza los 2 billones. Su experiencia y solidez representan un valor diferencial para atraer confianza en un mercado saudí que busca consolidar su reputación internacional como un hub financiero relevante. Este enfoque integral posiciona a BNY Mellon como un socio estratégico para las instituciones financieras saudíes, fondos soberanos, bancos y otros actores del ecosistema, facilitando soluciones de custodia, gestión de riesgos, administración y asesoría regulatoria que pueden acelerar el desarrollo y la integración de los mercados locales con la economía global. La decisión de establecer la sede regional en Riyadh también tiene un impacto simbólico y práctico para el fortalecimiento del centro financiero del país.
Riyadh se perfila como un polo creciente de innovación financiera, apoyado por reformas regulatorias que buscan flexibilizar y modernizar los marcos legales para atraer inversión extranjera y fomentar la competencia. Esta nueva sede permitirá a BNY Mellon colaborar de manera más estrecha con las autoridades regulatorias saudíes y contribuir al diseño e implementación de políticas que impulsen la estabilidad, la transparencia y la eficiencia del mercado. Esto es particularmente relevante en un contexto donde la colaboración internacional se vuelve esencial para supervisar riesgos y adaptar los servicios financieros a un entorno cambiante. Además, la ampliación de las operaciones en Arabia Saudita fortalece la posición de BNY Mellon frente a otros grandes actores globales que también buscan aumentar su cuota en Oriente Medio. La región posee un potencial excepcional derivado de factores demográficos, económicos y geopolíticos que la convierten en un centro neurálgico para la inversión y la banca internacional.
Por otra parte, la consolidación de la sede regional puede traer beneficios directos a la economía saudí en términos de creación de empleo cualificado, transferencia de conocimiento y desarrollo de capacidades locales en el sector financiero. Esto está alineado con las políticas del gobierno que promueven la Saudización y el desarrollo de capital humano. Los clientes de BNY Mellon en Medio Oriente, que incluyen una gran mayoría de las empresas Fortune 100 y bancos líderes a nivel mundial, podrán beneficiarse de una oferta de servicios más integral y cercana, facilitando la gestión de sus activos y operaciones en la región. Esto fortalece la confianza y permite responder con mayor agilidad a las necesidades cambiantes del mercado. En conclusión, la concesión de la licencia para la sede regional de BNY Mellon en Arabia Saudita representa un paso fundamental en la expansión de la banca y los servicios financieros en Medio Oriente.
Refuerza la cooperación entre actores locales e internacionales y contribuye a la modernización del sector financiero saudí, alineándose con los objetivos de crecimiento y diversificación establecidos por el Reino. Esta iniciativa también posiciona a BNY Mellon como un agente clave en la consolidación de Arabia Saudita como un epicentro financiero global en los próximos años.