En un momento crucial para el desarrollo y regulación de los activos digitales a nivel mundial, El Salvador ha tomado un papel protagónico gracias a la visión avanzada de su Comisión Nacional de Activos Digitales (CNAD). La reciente reunión entre Juan Carlos Reyes, presidente del CNAD, y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), ha abierto una puerta sin precedentes para la cooperación internacional en materia de regulación de criptomonedas. Este histórico encuentro, calificado como "muy refrescante" por los propios participantes, podría ser el inicio de un modelo colaborativo que beneficie a ambas naciones y siente las bases para un marco regulatorio global más eficiente y efectivo. El Salvador ha estado en el punto de mira internacional desde que, en 2021, el presidente Nayib Bukele convirtió a bitcoin en moneda de curso legal en el país. Esta iniciativa única en su tipo catapultó al país centroamericano al centro del debate sobre el futuro financiero mundial.
Sin embargo, el camino hacia la adopción de criptomonedas no ha sido sencillo. A diferencia de otros países con sistemas financieros robustos y ecosistemas tecnológicos desarrollados, El Salvador partía prácticamente de cero. Esto permitió que la CNAD diseñara desde la base un marco regulatorio moderno, adaptado específicamente a las características y desafíos de los activos digitales. Bajo el liderazgo de Juan Carlos Reyes, quien asumió la presidencia del CNAD casi dos años atrás, El Salvador ha logrado atraer a gigantes del sector criptográfico como Tether, Bitfinex y Binance, que han establecido operaciones en el país. Este atractivo no solo radica en la regulación amigable y clara, sino también en la voluntad del gobierno salvadoreño de innovar y apoyar la creación de un ecosistema criptográfico eficiente y seguro.
El CNAD representa un modelo único de regulación, que combina la flexibilidad necesaria para fomentar la innovación con los controles necesarios para proteger a los usuarios y garantizar la integridad del mercado. La reunión con la SEC tuvo como foco principal la propuesta de establecer un sandbox regulatorio transfronterizo, un entorno piloto donde reguladores y actores del mercado puedan probar nuevos modelos y estrategias regulatorias bajo supervisión, con el objetivo de generar datos reales y aprender en conjunto. La iniciativa contempla escenarios concretos, como la posibilidad de que un corredor financiero tradicional con licencia en EE.UU. obtenga también una licencia para operar con activos digitales bajo la regulación salvadoreña.
Además, incluye la realización de ofertas pequeñas de tokenización, limitadas a 10,000 dólares, facilitadas por empresas autorizadas por el CNAD. Esta metodología permite evaluar de manera controlada y segura el impacto y funcionamiento de diferentes enfoques regulatorios en la práctica. Desde el punto de vista de la SEC, la propuesta es especialmente relevante, considerando los recientes cambios y debates internos encabezados por la nueva jefa del Grupo de Trabajo de Cripto de la SEC, la comisionada Hester Peirce. Peirce ha manifestado su interés en adoptar estrategias más flexibles y centradas en el diálogo con la industria, marcando un giro respecto a la postura tradicionalmente estricta y sancionadora del organismo. En febrero, ella delineó nuevas líneas de trabajo que buscan mejorar la regulación de activos digitales sin obstaculizar la innovación.
Así, la colaboración con El Salvador podría aportar información valiosa y experiencias en tiempo real que ayuden a pulir el marco regulatorio estadounidense. Erica Perkin, abogada especializada y parte del grupo asesor del CNAD, destacó la importancia de esta colaboración, remarcando que El Salvador está en una posición privilegiada para proporcionar datos difíciles de obtener en Estados Unidos debido a la complejidad y la escala del mercado local. La flexibilidad y agilidad del marco normativo salvadoreño permiten realizar pruebas con mayor facilidad, lo que podría ofrecer a la SEC información precisa para la toma de decisiones regulatorias futuras. El encuentro virtual del 22 de abril de 2025 mostró una actitud abierta y receptiva por parte de la SEC, que se encuentra en una fase de recopilación de información para moldear un enfoque regulatorio que equilibre la protección del consumidor, la estabilidad financiera y la promoción de la innovación tecnológica. León Carlos Reyes manifestó que la información recogida en El Salvador servirá como un caso de estudio vivo para los reguladores estadounidenses y de otras partes del mundo que buscan entender mejor cómo manejar este nuevo tipo de activos.
Este hito también evidencia la creciente importancia de la cooperación internacional en la regulación de las criptomonedas. Los activos digitales, por su naturaleza global y descentralizada, desafían las fronteras tradicionales y requieren de marcos regulatorios que puedan adaptarse a esta realidad sin caer en la fragmentación o la descoordinación entre países. La iniciativa de sandbox conjunto propuesta por El Salvador y la SEC puede ser un camino ejemplar para fomentar un diálogo basado en la confianza mutua y la búsqueda de soluciones compartidas. Además de sus implicaciones regulatorias, esta colaboración podría impulsar el desarrollo económico y tecnológico de ambos países. Para El Salvador, ser un referente internacional en la regulación de criptomonedas atrae inversión, talento y proyectos innovadores que pueden transformar la economía local y ofrecer mayores oportunidades a sus ciudadanos.
Para Estados Unidos, entender y aprovechar las experiencias de mercados más flexibles puede acelerar la adaptación de sus propios marcos legales, que durante años han sido considerados demasiado lentos o restrictivos frente al rápido avance del sector cripto. Esta alianza ejemplifica un cambio de paradigma: los países y las autoridades reguladoras ya no deben actuar de forma aislada, sino como socios activos en un ecosistema global interconectado. La disposición del CNAD para compartir información y facilitar pruebas regulatorias controladas representa un avance diáfano hacia esta nueva realidad. No solo se trata de supervisar y controlar, sino de entender el funcionamiento real, apoyar la innovación y construir confianza con los diferentes actores involucrados. En síntesis, la reunión entre el principal regulador de activos digitales de El Salvador y la SEC estadounidense refleja un compromiso genuino con la creación de un espacio de cooperación que favorezca tanto la seguridad jurídica como el crecimiento sostenible del mundo cripto.
Al ofrecer su plataforma regulatoria como un caso de estudio vivo y encabezar la voluntad política para un diálogo constructivo, El Salvador no solo afianza su posición en el mapa global del cripto sino que también da un paso decisivo para que la regulación de activos digitales sea un motor de innovación y desarrollo económico, y no un obstáculo para la misma. Este avance promete abrir una nueva etapa en la relación entre reguladores a nivel internacional y ofrece a los profesionales, inversores y entusiastas del mundo cripto una perspectiva renovada sobre cómo podría evolucionar la regulación global, más allá de políticas rígidas y enfoques autoritarios. La futura colaboración entre El Salvador y la SEC podría convertirse en un referente para el diseño de un marco regulatorio que impulse la transparencia, fomente la innovación y proteja a los consumidores, respetando la naturaleza transfronteriza de la economía digital del siglo XXI.