El mercado financiero está viviendo un momento sensible en el que diversos sectores experimentan fluctuaciones significativas debido a múltiples factores macroeconómicos, incluyendo políticas comerciales, tensión en la economía global y el temor a una posible recesión. Sin embargo, el sector de servicios públicos, específicamente las acciones de compañías energéticas y eléctricas, ha demostrado una notable resiliencia y hasta un rendimiento sobresaliente en comparación con el principal índice de referencia estadounidense, el S&P 500. La demanda de electricidad en Estados Unidos ha experimentado un aumento inusual en los últimos meses, algo que está impulsando el valor de las acciones de las empresas de servicios públicos. Según los datos analizados a lo largo de 2024 y principios de 2025, la demanda de energía ha crecido un 5.5% interanual, superando ampliamente el promedio anual de 0.
6% que se había observado en la última década. Esta notable recuperación y expansión reflejan un dinamismo poco común en un contexto global marcado por incertidumbres económicas. La causa principal detrás de esta creciente demanda radica en varios factores interrelacionados. El auge de los centros de datos, impulsado por la irrupción de la inteligencia artificial y la transformación digital, ha elevado significativamente el consumo eléctrico. Empresas tecnológicas líderes en el mundo, como Google, Microsoft y Amazon, han intensificado sus inversiones en infraestructura energética, firmando acuerdos y realizando operaciones para asegurar suficiencia energética que responda a sus necesidades de procesamiento y almacenamiento de datos.
A esta tendencia se suma el esfuerzo por el relocalización o onshoring de manufacturas, especialmente en sectores estratégicos como la fabricación de semiconductores y baterías. Estas industrias requieren grandes cantidades de electricidad para sus procesos productivos, lo que incrementa el consumo en el sector industrial. El apoyo que ofrecen estas empresas tecnológicas a las compañías eléctricas también se traduce en asociaciones y proyectos conjuntos que buscan innovar en tecnologías energéticas, mejorar la eficiencia y garantizar el suministro sostenible. Ejemplos significativos incluyen los acuerdos entre Microsoft y Constellation Energy para reactivar plantas nucleares, o la colaboración de Google con startups de energía nuclear avanzada. Estos movimientos posicionan al sector como un eje fundamental en la transición energética y el desarrollo tecnológico.
Pese a la incertidumbre generada por las políticas tarifarias implementadas por la administración estadounidense, que generaron preocupación en los mercados, el impacto en las acciones de servicios públicos ha sido relativamente limitado. Analistas financieros como Daniel Rich de CFRA destacan que la mayoría de las inversiones de capital de estas compañías se basan en recursos locales, tanto en materia prima como en mano de obra, lo que contribuye a protegerlas de la volatilidad originada por las tensiones comerciales globales. El ETF de servicios públicos del S&P 500 (XLU), un indicador que agrupa a las principales compañías del sector, ha presentado un rendimiento positivo del 6% en lo que va del año 2025, mientras que simultáneamente el índice S&P 500 general cayó aproximadamente un 4%. Otros sectores como el tecnológico y el de consumo discrecional han sufrido pérdidas aún más pronunciadas, cayendo 6% y casi 10%, respectivamente. Compañías puntuales dentro del sector eléctrico muestran números aún más contundentes.
Por ejemplo, Duke Energy ha registrado un incremento del 11% en su cotización año tras año, sustentado en la firma de contratos significativos para la operación de más de un gigavatio en proyectos asociados a centros de datos. Exelon y Southern Company también han reportado incrementos de casi 20% y 10%, respectivamente, ratificando la fortaleza y las expectativas positivas que existen en este nicho. El crecimiento sostenido en la demanda de electricidad no solo se relaciona con el uso residencial o comercial, sino que el sector industrial está registrando el mayor crecimiento. La llegada de nuevas plantas de fabricación de semiconductores y baterías está jugando un papel crucial en esta expansión, consolidando la energía eléctrica como un motor clave para la actividad económica y el desarrollo tecnológico. Es importante destacar que esta tendencia se da en un momento en el que varios indicadores económicos alertan sobre posibles recesiones o desaceleraciones.
Sin embargo, el sector eléctrico ofrece un refugio y una oportunidad de crecimiento gracias a sus características estructurales y la función esencial que cumple en toda la economía. Al ser un servicio básico, la demanda de electricidad es menos cíclica y más resistente a las fluctuaciones económicas. Más allá del incremento en la demanda, el sector también está en un proceso acelerado de modernización y diversificación energética. Muchas compañías están invirtiendo en fuentes renovables, ampliando su capacidad nuclear y explorando tecnologías limpias para reducir la huella ambiental, un aspecto que cada vez atrae más atención por parte de inversores conscientes del impacto social y ambiental. El panorama energético en Estados Unidos demuestra que, incluso en tiempos de incertidumbre, sectores estratégicos con fundamentos sólidos pueden destacar y ofrecer rendimientos atractivos.
La combinación de crecimiento en la demanda, innovación tecnológica, proyectos colaborativos entre gigantes tecnológicos y eléctricas, así como una gestión capitalizada en recursos locales, hacen que el sector de servicios públicos sea un referente de estabilidad y oportunidad. De cara al futuro inmediato, se espera que la tendencia favorable continúe. Los datos y proyecciones oficiales, como los de la Administración de Información Energética (EIA), apuntan a un crecimiento acelerado de la demanda eléctrica, especialmente impulsada por el sector industrial y la industria de datos. La culminación de nuevos proyectos y la ampliación de redes eléctricas con tecnologías avanzadas seguramente contribuirán a mantener este escenario dinámico. En conclusión, el sector de servicios públicos no solo está superando al índice S&P 500 en 2025, sino que se posiciona como un área clave para entender la transformación energética y económica del país.
Para inversores y analistas, el comportamiento de este sector ofrece señales claras de resistencia y crecimiento en medio de entornos complejos, subrayando la importancia de la electricidad como piedra angular para el desarrollo tecnológico y la estabilidad económica en Estados Unidos.