En abril de 2025, Estados Unidos alcanzó un nuevo récord en la exportación de líquidos de gas natural (LGN), enviando aproximadamente 2.9 millones de barriles diarios al mercado internacional. Este hito refleja la creciente capacidad productiva del país, derivada de su abundante y económico gas de esquisto, y confirma su posición como uno de los principales actores en el comercio global de estos hidrocarburos esenciales. Los líquidos de gas natural, compuestos mayormente por etano, butano y propano, desempeñan un papel fundamental en diversas industrias, especialmente en la fabricación de plásticos, productos químicos, así como en aplicaciones residenciales y comerciales como calefacción y cocina. El crecimiento constante de las exportaciones de LGN de Estados Unidos desde 2010 responde no solo a la evolución tecnológica en la extracción y procesamiento del gas natural, sino también a la demanda mundial en aumento por fuentes energéticas versátiles y más limpias.
La ventaja competitiva estadounidense radica en su capacidad para producir estos derivados a precios competitivos, lo que ha impulsado su penetración en mercados tradicionales y emergentes. Sin embargo, este auge no está exento de desafíos. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha afectado de manera significativa las ventas de LGN, especialmente porque China es el mayor comprador mundial de etano, una materia prima utilizada extensamente por la industria petroquímica china. A pesar de que Estados Unidos ha dominado el suministro de etano a China, las tensiones arancelarias, incluyendo un gravamen del 125% impuesto a principios de año, limitaron las exportaciones hacia ese país, provocando una caída del 35% en los envíos durante abril, alcanzando el nivel más bajo desde noviembre de 2023. Sin embargo, un reciente cambio en la política comercial china, que implicó la suspensión temporal de dicha tarifa, sugiere una posible recuperación de las exportaciones hacia ese mercado crucial.
Esta medida, que toma en cuenta la dependencia de China del etano estadounidense debido a la carencia de alternativas competitivas, podría aliviar en parte la presión sobre los exportadores estadounidenses. Mientras tanto, Estados Unidos ha compensado parcialmente la merma en las exportaciones hacia China mediante un redireccionamiento estratégico hacia otros mercados globales. Países como India, Brasil y Japón han aumentado considerablemente sus adquisiciones de líquidos de gas natural estadounidenses. India más que triplicó su demanda, fijando un récord con 179,000 barriles diarios, mientras Brasil dobló su consumo con un volumen histórico en cinco años. Japón, tradicional segundo mayor importador, incrementó sus compras en un 64%, alcanzando niveles que no se veían desde febrero de 2023.
Este fenómeno de reordenamiento comercial no solo evidencia la flexibilidad del mercado global de energéticos sino también el dinamismo de la oferta estadounidense para adaptarse a la volatilidad geopolítica y económica mundial. El Energy Information Administration (EIA) de EE.UU. proyecta un crecimiento del 3.6% en la producción de etano para 2025, que llegará a un total de 2.
9 millones de barriles diarios, señalando que gran parte de este aumento estará destinado a satisfacer la demanda internacional en expansión. La repercusión de estas exportaciones récord trasciende las fronteras del comercio, ya que impacta en las cadenas globales de producción, la seguridad energética y las estrategias ambientales. La industria petroquímica, que utiliza el etano para la fabricación de etileno —el precursor de numerosos plásticos usados cotidianamente— se beneficia de precios más competitivos frente a otros insumos como el nafta, una ventaja que se traduce en un menor costo para los consumidores y una mayor competitividad internacional. Además, la distribución más amplia y diversa de los compradores contribuye a disminuir riesgos asociados a la concentración de mercados, lo que es especialmente relevante en un contexto global marcado por incertidumbres políticas, sanciones económicas y fluctuaciones en los precios energéticos. La diversificación geográfica del comercio de LGN favorece también una mayor estabilidad en los ingresos para los productores estadounidenses.
No obstante, la competencia con otras regiones productoras, como el Medio Oriente, se intensifica, especialmente en segmentos como el gas licuado de petróleo (GLP), compuesto principalmente por propano y butano. Los mercados asiáticos y emergentes, principales consumidores de estos productos, juegan un papel esencial en definir las rutas comerciales futuras y, por ende, la rentabilidad para los exportadores norteamericanos. El análisis del mercado global revela que los cambios en las políticas tarifarias, las inversiones en infraestructura logística y los avances tecnológicos en extracción y procesamiento serán determinantes para mantener y expandir la cuota de mercado de Estados Unidos en el sector de líquidos de gas natural. Los puertos, terminales de exportación y flotas de transporte marítimo especializadas se vuelven activos estratégicos para sostener la capacidad de respuesta a la demanda global. Sumado a eso, las preocupaciones ambientales y la transición hacia energías más limpias obligan a los productores y exportadores a considerar las implicaciones sostenibles de su actividad.
Las regulaciones más estrictas sobre emisiones y el impulso a tecnologías de captura de carbono son elementos que, aunque representan costos adicionales, también abren oportunidades para innovar y posicionarse favorablemente en un entorno cada vez más sensible al impacto climático. En definitiva, las exportaciones récord de líquidos de gas natural de Estados Unidos en abril demuestran la fortaleza y adaptabilidad del sector energético nacional. A pesar de los obstáculos derivados de disputas comerciales y fluctuaciones en la demanda, el país sigue consolidándose como un proveedor clave en el mercado global, con un portafolio de clientes cada vez más diversificado y una producción en expansión. Estas dinámicas no solo aseguran beneficios económicos para Estados Unidos, sino que también contribuyen a la estabilidad y evolución del suministro energético mundial en una era de múltiples desafíos geopolíticos y ambientales. Mirando hacia el futuro, la capacidad de Estados Unidos para capitalizar estos avances dependerá de su habilidad para mantener la competitividad de sus precios, optimizar sus cadenas de suministro y responder proactivamente a los cambios regulatorios y tecnológicos.
El desarrollo de nuevos mercados, especialmente en África y otras regiones en crecimiento, junto con la consolidación en Asia y América Latina, será clave en el mapa energético global. En síntesis, el récord alcanzado en abril 2025 es un reflejo del vigor y eficiencia del sector de líquidos de gas natural estadounidense, cuya evolución impacta significativamente en la economía global, genera oportunidades en la industria química y energética y plantea un escenario estimulante para inversores, reguladores y consumidores en todo el mundo.