En un contexto global donde la adopción de las criptomonedas y tecnologías blockchain avanza a ritmo acelerado, Australia se encuentra en un momento crucial para definir su futuro en el ecosistema digital. La reciente reelección del gobierno Laborista ha sido recibida con esperanza por la industria crypto que reclama reformas legales urgentes para no quedar rezagada respecto a otros países que han avanzado en la regulación de activos digitales y criptomonedas. El 3 de mayo de 2025, el Partido Laborista Australiano consolidó su posición con una victoria contundente, obteniendo un 54.9% del voto en la preferencia de dos partidos. Esta victoria representa una oportunidad para retomar y acelerar el desarrollo de un marco normativo claro y robusto para los criptoactivos, que permita tanto la protección de los consumidores como la promoción de la innovación tecnológica.
Este aspecto es vital, pues la falta de regulación específica ha generado incertidumbre y provocado la fuga de talento y capital hacia mercados más amigables y avanzados. Los actores clave del sector han expresado su llamado urgente al gobierno y han planteado propuestas concretas para impulsar estas reformas. John O’Loghlen, director general para Asia Pacífico de Coinbase, señaló que el gobierno de Albanese tiene la “responsabilidad y la oportunidad” de actuar con rapidez. En sus palabras, la creación de una fuerza de tarea especializada en criptoactivos dentro de los primeros 100 días del nuevo mandato es esencial para promover leyes que resguarden a los usuarios y eviten la pérdida de inversión hacia otras regiones. Por su parte, Joy Lam, la encargada global de regulaciones y asuntos legales de Binance en el área de Asia Pacífico, ha venido trabajando junto a funcionarios del Tesoro durante varios meses para perfilar el proceso legislativo.
Sin embargo, advierte que el tiempo es un factor crítico y que es momento de pasar de la consulta a la acción efectiva, frente al avance regulatorios de otras jurisdicciones como Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea. Estas regiones están implementando marcos legales claros que permiten el desarrollo sostenible de la industria cripto. El Reino Unido ha presentado recientemente sus regulaciones para activos digitales, Estados Unidos continúa con proyectos en torno a stablecoins y la Unión Europea ha sentado un precedente con la aprobación del reglamento MiCA (Markets in Crypto-Assets). Australia, por tanto, debe acelerar su propia legislación para no perder competitividad y evitar quedar fuera de la dinámica internacional. El Tesoro australiano anunció la publicación de un borrador de exposición para consulta pública durante el 2025, con un enfoque en la regulación de plataformas de activos digitales y la modernización de los sistemas de pago.
Esto permitiría un proceso de implementación escalonado para minimizar el impacto en las empresas existentes, asegurando una transición ordenada hacia un marco regulatorio más seguro y claro. No obstante, algunos expertos del sector muestran escepticismo respecto a los plazos prometidos y destacan la necesidad de que las reformas se materialicen en meses, no años. El uso de la licencia de servicios financieros australianos (AFSL) para regular las plataformas digitales ha sido bien recibido, dado que aprovechar un régimen conocido por los reguladores y participantes facilita la supervisión y cumplimiento. Asimismo, el gobierno planea revisar y potenciar el entorno regulatorio conocido como el Enhanced Regulatory Sandbox, espacio diseñado para que startups innovadoras puedan evolucionar sin trabas burocráticas excesivas. La tokenización, uno de los fenómenos emergentes que ofrece nuevas aplicaciones tecnológicas y financieras, también será objeto de evaluación con miras a su promoción dentro del ecosistema financiero.
La mejora en el diálogo entre la industria y el regulador ha sido notable en los últimos meses, evidenciando una mayor comprensión de los desafíos y oportunidades del sector cripto. El Tesoro ha mostrado receptividad a las experiencias internacionales y retroalimentación local, procurando que la regulación se adapte a las realidades tecnológicas actuales y a las expectativas de sostenibilidad. Dea Markova, directora de políticas en Fireblocks, ha remarcado la importancia del avance en la definición del régimen de Plataformas de Activos Digitales (DAPs), que clarifique de forma precisa el marco de licenciamiento y operaciones. Esta claridad es fundamental para eliminar la complejidad y la incertidumbre normativa que ha limitado el crecimiento del sector. Por su parte, el regulador de valores australiano ASIC ha emitido propuestas de regulación y guías específicas que están sirviendo de base para la legislación en desarrollo.
En sus lineamientos, por ejemplo, se distinguen los activos que pueden considerarse productos financieros, como stablecoins con capacidad de generar rendimiento o tokens respaldados por activos, frente a otros que no están clasificados como valores, como algunos NFTs o tokens de entretenimiento. Un tema recurrente dentro del ecosistema local es el problema del debanking, es decir, la dificultad que enfrentan muchas empresas y usuarios para acceder a servicios bancarios tradicionales debido al estigma vinculado a las criptomonedas. Joy Lam sostiene que una regulación clara y equilibrada con licencias limpias contribuiría significativamente a dar confianza a las instituciones financieras para que trabajen con operadores cripto sin temor a riesgos legales. En términos globales, la regulación de las criptomonedas y activos digitales no solo es cuestión de control o cumplimiento, sino también una oportunidad para atraer inversiones, fomentar la innovación tecnológica y generar empleo calificado. Australia tiene la capacidad de posicionarse en la vanguardia del desarrollo financiero digital si hace las reformas adecuadas en los tiempos previstos.
La evolución del gobierno australiano, de mostrar un enfoque cauteloso a adoptar una postura proactiva y colaborativa, es una señal positiva para toda la industria. Sin embargo, las expectativas son altas, y la comunidad espera resultados concretos y rápidos. Asimismo, el equilibrio regulatorio debe ser meticuloso para no sofocar la creatividad ni restringir el acceso a tecnologías emergentes como las finanzas descentralizadas (DeFi), que aunque presentan desafíos, también traen consigo el potencial disruptivo que puede transformar los servicios financieros tradicionales. Finalmente, la responsabilidad pública y privada de sentar un marco que combine seguridad jurídica con promoción de la innovación es un reto compartido. La coordinación entre organismos gubernamentales, expertos del sector y la sociedad civil será crucial para alcanzar un ecosistema cripto australiano sólido y competitivo, que sirva de ejemplo para la región y más allá.
El futuro de la regulación cripto en Australia se define hoy, y las decisiones que tome el gobierno reelecto no solo influirán en el desarrollo económico y tecnológico del país, sino en su papel dentro de la economía digital mundial. La demanda de reformas legales urgentes refleja la necesidad imperante de avanzar hacia un entorno donde la innovación y la protección vayan de la mano para construir una industria cripto sostenible, segura y en crecimiento.