El año 2025 ha presentado un desafío considerable para los mercados bursátiles globales, y especialmente para el mercado estadounidense. Los movimientos bajistas han generado un creciente sentimiento de cautela entre los inversores, quienes observan con atención cómo las acciones más volátiles y las opciones de crecimiento enfrentan caídas más severas que ponen a prueba la resistencia de sus carteras. En este contexto, la atención se ha desplazado hacia inversiones más conservadoras, destacando especialmente aquellas que ofrecen dividendos sólidos y consistentes. Estas acciones no solo brindan ingresos pasivos regulares, sino que también suelen ser menos volátiles, lo que las convierte en una opción atractiva para quienes buscan estabilidad durante periodos de incertidumbre económica. Entre las acciones que han captado la atención de los inversores en 2025 se encuentran algunas consideradas verdaderos refugios en tiempos de turbulencia financiera.
Estas empresas pertenecen a sectores con demanda resiliente y modelos de negocio bien establecidos que les permiten mantener generación de ingresos incluso en entornos adversos. Al centrarse en compañías que reparten dividendos atractivos y con historial sólido de pago, los inversores pueden equilibrar sus carteras, obteniendo rentabilidad sin depender exclusivamente de la apreciación del valor de las acciones. Una de estas empresas que se ha destacado es un gigante de las telecomunicaciones en Estados Unidos, conocido por su masiva base de usuarios y por ofrecer servicios que se han vuelto esenciales en la vida moderna. La telefonía móvil y el acceso a internet de alta velocidad son servicios que mantienen una demanda estable y difícilmente prescindible para la mayoría de las personas, incluso cuando la economía sufre contracciones. Esta entidad cuenta con una cartera impresionante de millones de suscriptores, tanto en telefonía post-paga como en servicios de fibra óptica, lo que le otorga ingresos recurrentes sólidos.
Además, esta compañía presenta un perfil de riesgo relativamente bajo en comparación con el mercado en general, medido a través de su beta que indica menor volatilidad. Este aspecto es crucial para aquellos inversores que buscan un colchón contra las fluctuaciones bruscas. El atractivo se ve reforzado por un rendimiento por dividendo que supera el 4%, lo cual es especialmente llamativo en un entorno de tipos de interés bajos o inestables. Su dividendos representan una proporción saludable de las ganancias previstas para 2025, reflejando un compromiso con la retribución al accionista que agradará a quienes priorizan los ingresos periódicos. Por otra parte, un actor relevante en la industria del tabaco a nivel global atrae una atención similar.
Esta empresa opera en numerosos países fuera de Estados Unidos y posee marcas emblemáticas reconocidas internacionalmente. Más allá de los cigarrillos tradicionales, ha innovado con productos alternativos libres de combustión, incluyendo dispositivos que ayudan a la transición hacia opciones con menor generación de humo y productos orales basados en nicotina. Este giro hacia productos de menor riesgo podría asegurar la relevancia y sostenibilidad a largo plazo del negocio en un sector enfrentado a regulaciones cada vez más estrictas y a la disminución del consumo tradicional en muchos mercados. Las compañías del sector tabacalero y otros negocios etiquetados como "pecaminosos" o siniestros suelen considerarse inversiones defensivas. Esto se debe a que la demanda de sus productos tiende a ser inelástica; es decir, que aunque la economía se contraiga, los consumidores suelen mantener su gasto en estas categorías.
La beta de esta empresa en particular refleja un riesgo bajo, similar al caso anterior, proporcionando una mayor estabilidad a la acción durante las fluctuaciones del mercado. El atractivo de este gigante del tabaco también se evidencia en su política de dividendos. La empresa ha mantenido y aumentado su reparto anual desde su separación de una corporación matriz en 2008, ofreciendo una rentabilidad cercana al 3.2%. Su precio de acción ha experimentado una subida notable en el último año, causada en parte por el interés en sus innovaciones de productos y la percepción de su carácter defensivo en el mercado.
Si bien el consumo de cigarrillos tradicionales ha mostrado una tendencia decreciente mundialmente, la apuesta por los productos libres de humo porta un mensaje alentador para el crecimiento futuro. Estos productos representan ya un porcentaje significativo de las ventas totales y se espera que esta cifra siga en aumento, lo que podría contribuir a sostener los ingresos y dividendos en los próximos años. Ante la incertidumbre económica y la volatilidad del mercado que caracteriza a 2025, muchos inversores se han alejado de activos de mayor riesgo como las empresas emergentes o las criptomonedas, que suelen tener un comportamiento más excéntrico en los ciclos bajistas. En cambio, se ha observado un renovado interés por activos con fundamentos sólidos y capacidad de ofrecer retornos constantes a través de dividendos. Esta tendencia plantea una reflexión más amplia sobre la estrategia de inversión en entornos turbulentos.