El Brighton i360 ha sido un hito arquitectónico y turístico significativo desde su inauguración en la costa de Brighton, Reino Unido. Situada en el extremo terrestre de los restos de la histórica West Pier, esta torre de observación móvil se erige como un símbolo contemporáneo que combina diseño innovador con la intención de revitalizar el patrimonio y la economía local. Con una altura imponente de 162 metros, el i360 ofrece una experiencia única desde su cápsula panorámica completamente cerrada, permitiendo a los visitantes disfrutar de vistas de 360 grados de Brighton, el parque nacional South Downs y el Canal de la Mancha. La historia del Brighton i360 está marcada por grandes aspiraciones, retos económicos y un renovado compromiso con el futuro turístico de la ciudad. Diseñada por el renombrado estudio Marks Barfield, famoso por crear el London Eye, la torre fue concebida como un "muelle vertical", buscando replicar la esencia del muelle tradicional en formato vertical.
La ubicación estratégica en la antigua base del West Pier permitió no solo conservar la memoria histórica sino también complementar el entorno litoral con un elemento arquitectónico moderno y visualmente impactante. La entrada a la torre incluye réplicas de los icónicos puestos de venta de entradas italianizantes originales del West Pier, otorgando un aire nostálgico y homenajeando la historia local a través del diseño. El i360 está compuesto por un fino y esbelto pilar de acero con un diámetro de 3.9 metros, lo que le convierte en uno de los rascacielos más delgados del mundo con una proporción de altura frente a ancho de 41.15:1.
La cápsula ascendente, diseñada y fabricada por Poma, especialistas en teleféricos y también creadores de las cápsulas del London Eye, tiene un diámetro de 18 metros y puede albergar hasta 200 personas simultáneamente. Este diseño ganador no solo enfatiza la seguridad y comodidad de los pasajeros, sino que también ofrece climatización completa y accesibilidad universal, garantizando una experiencia placentera e inclusiva. Sin embargo, la ambición y la innovación no estuvieron exentas de desafíos. Originalmente, el proyecto contemplaba la instalación de un generador eólico en su punta y sistemas de recolección de agua de lluvia para minimizar el impacto ambiental de la estructura. No obstante, tales ideas se descartaron debido a problemas técnicos que afectarían la estabilidad del sistema de amortiguación y la calidad del agua recolectada.
Esta decisión refleja las complejidades inherentes a la ingeniería avanzada que implicó la construcción de este rascacielos costero. El proceso de construcción fue extenso y lleno de retos logísticos. Tras la aprobación de los planes en 2006, comenzó la prefabricación de las secciones de acero en Holanda en 2008, dada la experiencia de la empresa especialista Hollandia Infra BV. Pese a los retrasos iniciales que pospusieron el inicio de la obra real hasta 2014, la construcción avanzó rápidamente hacia su culminación, con una apertura oficial en agosto de 2016. Este desarrollo fue simbólicamente importante para Brighton, un intento de impulsar el turismo tras una denominada “década perdida” en términos de inversión y actividad económica local.
Uno de los aspectos más controvertidos en torno al Brighton i360 fue su financiamiento. Aunque inicialmente se buscó financiación privada, la crisis financiera global de 2008 afectó severamente las posibilidades de inversión. Como consecuencia, Brighton y Hove City Council tuvo que intervenir con un préstamo considerable de £36.2 millones facilitado por el Public Works Loan Board. Además, los arquitectos y promotores de Marks Barfield aportaron alrededor de £6 millones, esperando que la torre generase suficientes ingresos gracias al turismo proyectado.
Las estimaciones originales contemplaban la llegada de más de 700,000 visitantes anuales, un objetivo que resultó ser demasiado optimista. La realidad fue que el i360 no alcanzó esas cifras y, en consecuencia, sufrió problemas financieros recurrentes, ampliándose la deuda que superó los £48 millones en 2023. La pandemia de COVID-19 exacerbó estos problemas al restringir el turismo y las visitas al monumento. La tercera parte del proyecto estaba siendo sustentada por las expectativas que nunca se materializaron, generando críticas desde la oposición política y sectores comunitarios. Esta situación llevó a una restructuración del préstamo y a la solicitud de mejores condiciones para el pago de la deuda, lo que finalmente no evito que en noviembre de 2024 la empresa operadora entrara en administración y que el Brighton i360 cerrara de manera inmediata en diciembre del mismo año.
Sin embargo, el episodio no marcó el final definitivo para la torre. En febrero de 2025, la empresa Nightcap Ltd adquirió el proyecto por £150,000, con la cancelación de la deuda pendiente al ayuntamiento como parte del acuerdo, permitiendo así un nuevo comienzo para la atracción. El i360 reabrió sus puertas al público el 8 de marzo de 2025, renovado e incluido en una estrategia renovada para recuperar visitantes y revitalizar un espacio que, pese a las dificultades, sigue siendo un símbolo icónico en Brighton. La reapertura implicó un rebranding completo, con nuevas tonalidades corporativas, iluminación decorativa y una presencia que busca reposicionar la torre no solo como una atracción turística, sino como un espacio multifuncional para eventos y actividades culturales contemporáneas. A lo largo de su vida, el Brighton i360 ha estado rodeado de polémicas y opiniones divididas.
Mientras que el ayuntamiento y los promotores resaltaban su potencial para transformar el horizonte costero y dinamizar la economía local, varias voces —incluyendo residentes, organizaciones patrimoniales y competidores comerciales— expresaron escepticismo sobre su viabilidad y estética. Algunos calificaron al i360 como un “monumento visual perturbador” que desentonaba con el contexto geográfico y cultural de Brighton, llegando incluso a ser apodado despectivamente como el “i-sore” (un juego de palabras con la palabra en inglés "eyesore", que significa "molestia visual"). En términos técnicos y de reconocimiento, el i360 fue promocionado inicialmente como la torre de observación móvil más alta del mundo, aunque este título fue posteriormente revocado al descubrirse que otro monumento en Texas superaba su altura efectiva. A pesar de esto, el Brighton i360 posee distinciones importantes, incluyendo premios en ingeniería estructural y construcción, que confirman la calidad de su diseño y ejecución. Más allá de servir como torre de observación, el i360 ha explorado usos innovadores y temporales que amplían su alcance cultural y comercial.
En 2021, la cápsula se transformó en un curioso concesionario de automóviles para el lanzamiento de un nuevo modelo de Caterham, convirtiéndose en el showroom de coches más alto del mundo en ese momento. Además, artistas y músicos han utilizado la altura y visibilidad del i360 para realizar vídeos musicales y presentaciones únicas, sumando valor cultural a la estructura. El Brighton i360 representa un interesante caso de estudio sobre cómo un proyecto arquitectónico y turístico puede entrelazar innovación tecnológica, historia local, disputas políticas y desafíos financieros. Su resiliencia y reciente reapertura sugieren que, a pesar de las dificultades, puede seguir siendo un punto de referencia para Brighton y un atractivo para visitantes tanto nacionales como internacionales. Su combinación de diseño futurista y homenaje a la historia costera crea una identidad singular que continúa evolucionando y convocando el interés público.
Para los visitantes que planean acercarse a esta torre, la experiencia promete ser una inmersión en panoramas impresionantes y emociones en altura, complementada con servicios accesibles y opciones gastronómicas. La sostenibilidad y modernización del espacio serán factores clave para su futuro éxito, en un contexto donde la competitividad turística requiere flexibilidad, innovación y sensibilidad hacia las realidades económicas y sociales. En definitiva, el Brighton i360 es más que una estructura: es un reflejo material de las aspiraciones, controversias y potencialidades que giran alrededor del desarrollo urbano y turístico en ciudades costeras contemporáneas. Su historia sirve como una enseñanza sobre la complejidad de integrar pasión arquitectónica con realidades financieras y expectativas ciudadanas, pero también como un símbolo de la capacidad de adaptación y renacimiento que puede experimentar un icono urbano.