El mundo de las criptomonedas, especialmente en el ámbito de las monedas meme, sigue siendo un terreno fértil para la especulación, la volatilidad y, lamentablemente, para las acciones poco transparentes que generan incertidumbre entre inversores y entusiastas. Recientemente, nuevos acontecimientos han colocado bajo el lente de la atención al token Melania, un activo digital inspirado en la figura pública Melania Trump y que ha capturado la atención de una comunidad creciente, aunque cada vez más preocupada por el futuro del proyecto y la integridad del equipo que lo maneja. En los últimos días, la plataforma de análisis blockchain Arkham Intelligence lanzó una alerta respecto a una significativa transferencia por parte del equipo de Melania. Se reportó que el proyecto retiró un millón de dólares en tokens Melania desde los grupos de liquidez en Meteora y los movió a una nueva cartera. Aparentemente, pudiera parecer una operación normal dentro del ecosistema cripto, sin embargo, la historia reciente del proyecto revela un patrón inquietante.
Anteriormente, movimientos similares de liquidez fueron seguidos rápidamente por ventas de tokens a través de plataformas como Jupiter DCA, y el posterior depósito de criptomonedas SOL en intercambios centralizados como MEXC. Esta práctica estratégica de fragmentar las operaciones y utilizar métodos dispersos para vender grandes volúmenes busca evitar caídas abruptas en el precio que puedan alertar prematuramente a la comunidad o a inversionistas. Estas maniobras han intensificado las dudas y sospechas sobre una posible estrategia de «rug pull suave», término usado en el mundo cripto para describir cuando los desarrolladores o insiders retiran grandes cantidades de fondos o liquidez causando la depreciación rápida y significativa del activo, pero de manera controlada para evitar levantar alertas inmediatas. Durante la jornada del 28 de abril de 2025, se constató que el equipo vendió cerca de 938,000 dólares en tokens, apenas dos días después de una operación similar valorada en 632,000 dólares. En total, en el lapso de 72 horas, las cifras alcanzaron más de 1.
5 millones de dólares vendidos, lo que refleja una estrategia bien orquestada para descargar grandes cantidades de tokens sin provocar un colapso violento que disuada a otros inversionistas o haga evidente la intentona de dumping. La utilización de una estrategia de promediado de costo en dólares (Dollar-Cost Averaging o DCA), comúnmente utilizada para minimizar el riesgo comprando o vendiendo en pequeños intervalos, ha sido adaptada en este caso para un fin contrario: vender discretamente altos volúmenes mientras se diluye la percepción del mercado sobre el volumen real que se mueve. Estos movimientos no son aislados. Registros blockchain indican que el equipo vendió más de 14.75 millones de dólares en tokens durante el mes previo, empleando tanto plataformas centralizadas como manipulación de liquidez en pools descentralizados.
Esto ha generado un baño de desconfianza dentro de la comunidad, puesto que a pesar de las señales evidentes, no se han tomado medidas correctivas significativas y la operación sigue activa. De hecho, Melania, que en su punto más alto llegó a tener una capitalización de mercado de 13 mil millones de dólares, ha caído casi un 99% desde entonces. Este desplome doloroso recuerda al caso Libra, otra moneda meme que experimentó una destrucción de valor similar tras evidentes esquemas de dumping de parte de sus creadores. Este contexto no solo afecta al proyecto Melania sino que forma parte de una tendencia mayor dentro del segmento de monedas meme, especialmente las que giran en torno a figuras políticas o temas sociales virales. Por ejemplo, el token Trump tuvo un desempeño notable al principio, con valores superiores a los 75 dólares por token, pero en un lapso de tres meses sufrió una caída abrupta hasta $8.
14, a pesar de eventos promocionales y liberaciones importantes de tokens por parte de su equipo. La caída en la confianza hacia estos proyectos puede atribuirse a la incapacidad de muchos equipos para aportar valor real y sostenibilidad, apoyándose demasiado en el bombo mediático y el hype momentáneo. Cuando los equipos deciden liquidar fondos masivamente sin informar o sin un plan claro para mantener la confianza, la comunidad se desintegra y los precios colapsan. Además, esta realidad ha captado la atención no solo de inversores y entusiastas sino también de reguladores y actores legales. Casos paralelos, aunque en sectores relacionados, ejemplifican que la impunidad puede llegar a su fin.
La demanda colectiva contra Nike por parte de inversionistas de su plataforma NFT RTFKT, que acusan a la empresa de un «soft rug pull» tras clausurar abruptamente el proyecto, demuestra que la transparencia y el cumplimiento de obligaciones legales son cada vez más requeridos en el mundo digital. Dicho incidente refleja patrones similares a los reportados en Melania y Libra, evidenciando que cuando las compañías o equipos ignoran responsabilidades y solo buscan extraer el máximo beneficio rápidamente, el sistema legal y la reputación del proyecto pueden colapsar. Este escenario alerta a inversionistas sobre la importancia de analizar con detenimiento las bases y el comportamiento de cualquier proyecto, en especial dentro de sectores tan volátiles como las criptomonedas y los activos digitales. La crisis actual de Melania es un reflejo más de cómo la era dorada de los tokens meme, empujada por la especulación e impulsada por tendencias culturales o políticas, está enfrentando un duro remezón. Los inversionistas están cada vez más cautelosos, volcándose hacia activos con fundamentos más sólidos o innovaciones tecnológicas vinculadas a inteligencia artificial y tokenización de activos reales.