El constante crecimiento del comercio y la globalización ha impulsado la necesidad de encontrar soluciones de transporte más eficientes, sostenibles y económicas para la movilidad de mercancías. En este contexto, las autopistas rodantes, conocidas también como rolling highways o Ro-La trains, se presentan como una innovadora modalidad de transporte combinado que permite transportar camiones completos a través de determinados tramos ferroviarios, especialmente en zonas de tránsito pesado y con desafíos geográficos importantes, como los Alpes. Esta forma de transporte representa una fusión entre el transporte por carretera y ferroviario, fomentando la intermodalidad y optimizando la logística en las rutas de tránsito internacional. El concepto básico de una autopista rodante consiste en usar trenes especialmente diseñados para acarrear camiones completos sobre vagones, evitando así que estos recorran largos trayectos por carretera. Esta modalidad resulta especialmente útil para reducir la congestión vehicular, disminuir la contaminación ambiental, ahorrar costos en combustibles y reducir el desgaste vial.
Además, al aprovechar la capacidad del ferrocarril para transportar grandes volúmenes, contribuye a un uso más eficiente de los recursos, aliviando redes de carreteras saturadas. A nivel técnico, la implementación de las autopistas rodantes presenta diversos desafíos, principalmente debido a las diferencias en el perfil geométrico y la infraestructura ferroviaria según las regiones. En América del Norte, por ejemplo, la altura permitida para la carga en los trenes es suficiente para acomodar incluso contenedores apilados, lo que facilita la carga directa de semirremolques sobre plataformas planas. Sin embargo, en Europa, la restricción del gálibo en muchas rutas limita la altura máxima permitida, lo que obliga a diseñar vagones específicos que colocan las ruedas del camión por debajo de las ruedas del vagón, elevando solo ligeramente el semirremolque respecto a los raíles para cumplir con el perfil. Las soluciones técnicas más comunes para garantizar la viabilidad de este sistema en Europa incluyen tres diseños principales de vagones especializados.
El primero es el Modalohr, un sistema francés que utiliza vagones con plataformas giratorias para facilitar la carga lateral de los camiones sin necesidad de maniobras complejas. Otro diseño destacado es el CargoBeamer, basado en una tecnología que permite una carga y descarga mediante sistemas automatizados de rodillos, incrementando la eficiencia operativa. Finalmente, el Niederflurwagen es una solución de vagones de piso bajo que permite transportar los semirremolques con las ruedas más bajas y por debajo del nivel de las ruedas del vagón. Estas tecnologías han superado el obstáculo del gálibo y han sido adaptadas para el uso comercial en distintas rutas. Para los conductores que acompañan a los camiones, las autopistas rodantes ofrecen la posibilidad de viajar cómodamente en coches de pasajeros o en coches cama durante el trayecto, facilitando una experiencia integral de transporte con menos fatiga y mayor seguridad.
En los extremos de las rutas, se encuentran terminales especialmente diseñadas para la rápida y segura carga y descarga de camiones, disminuyendo tiempos y costos de operación. Históricamente, algunos intentos iniciales como el vagón Kangourou en Francia promovían la idea de modificar los remolques para facilitar el transporte ferroviario, pero el rechazo del mercado a modificaciones en los trailers de camiones convencionales frenó su progreso. Actualmente, los sistemas establecidos no requieren modificaciones en los vehículos, lo cual ha permitido una aceptación mucho más amplia y un impulso en su desarrollo. En Europa, las autopistas rodantes tienen un papel fundamental en las rutas transalpinas, donde cruzar cadenas montañosas por carretera resulta complejo, costoso y contaminante. Países como Austria, Suiza, Italia y Francia han desarrollado y operan diversas líneas de rolling highways que conectan puntos estratégicos y fomentan el tránsito sostenible.
Austria, debido a su condición geográfica y de país de tránsito, utiliza extensos servicios de rolling highway que conectan Baviera con Italia y Europa del Este, trasladando anualmente cientos de miles de camiones y miles de millones de toneladas de carga. Suiza, por su parte, es uno de los pioneros en el empleo de esta tecnología para minimizar el impacto ambiental en sus rutas alpinas, utilizando servicios como el de RAlpin AG que conecta la región con Alemania e Italia. La construcción del túnel de base del Gotardo ha sido clave para el aumento de la capacidad y la eficiencia de estos servicios, permitiendo el transporte incluso de trailers articulados con mayor altura. En Francia, las iniciativas de rolling highways están impulsadas por la empresa VIIA, una marca de SNCF Geodis, que opera rutas emblemáticas como la Autoroute Ferroviaire Alpine conectando la región de Saboya con Turín a través del túnel de Fréjus y la línea Lorry-Rail entre Luxemburgo y Perpiñán. Estos servicios demuestran la viabilidad económica y ambiental en una potencia logística europea, con planes de expansión a otras regiones y conexiones internacionales, aunque en ocasiones también enfrentan dificultades como la cancelación de algunos proyectos debido a preocupaciones financieras.
En Italia, la adecuación progresiva de su red ferroviaria para cumplir con los estándares europeos de interoperabilidad ha permitido integrar eficazmente servicios de rolling highway, facilitando la movilidad fluida de camiones en todo el territorio y hacia puntos internacionales clave. Este esfuerzo es parte de una estrategia más amplia para modernizar el transporte ferroviario y reducir la dependencia del transporte por carretera. El caso de India también merece especial mención. Aquí, el servicio conocido como Roll On Roll Off (RORO) comenzó en la región del Konkan Railway a finales del siglo XX y desde entonces ha ido extendiéndose a otras áreas. Este servicio revolucionó el transporte de camiones en zonas con topografía complicada y alta congestión, permitiendo reducir costos, accidentes y la huella ambiental de la logística.
El éxito de estos servicios ha llevado a que se vean como una solución replicable en otras economías emergentes con problemas similares. Las ventajas de las autopistas rodantes no solo radican en la reducción de emisiones y contaminación sonora, sino también en el aumento de la seguridad vial al sacar de las carreteras a un gran número de camiones pesados. Esto es especialmente relevante en zonas de paso donde el tráfico de vehículos pesados puede ser un riesgo para la población y la infraestructura. Además, la disminución de tráfico genera beneficios indirectos como la reducción de atascos y el desgaste de las rutas. Desde un punto de vista económico y logístico, el rolling highway ofrece la posibilidad de optimizar la cadena de suministro, facilitando el envío de mercancías en mayor volumen y con horarios más fiables.
Al integrar transporte por carretera y ferrocarril, permite un mejor aprovechamiento de las capacidades de cada modo, contribuyendo así a la competitividad empresarial. Los gobiernos y las empresas ferroviarias también ven en estas soluciones una forma de alinearse con políticas ambientales cada vez más estrictas y con objetivos de reducción de gases de efecto invernadero. El transporte intermodal a través de autopistas rodantes es un instrumento clave para alcanzar estas metas, favoreciendo un enfoque multimodal y sostenible. En el futuro, es probable que las autopistas rodantes sigan ganando protagonismo, sobre todo con continuas mejoras técnicas que permitirán transportar más tipos de vehículos y cargas, así como con la posible incorporación de tecnologías digitales que optimicen la gestión logística y la experiencia del usuario. La ampliación de las redes y la construcción de nuevos terminales serán también fundamentales para que este sistema pueda expandirse y atender mayores volúmenes en distintas regiones del planeta.
En resumen, las autopistas rodantes representan una innovadora convergencia entre carretera y ferrocarril, ofreciendo una alternativa ecológica y eficiente para el transporte de camiones a largas distancias. Su desarrollo continuo y adaptación tecnológica demuestran que el futuro del transporte de mercancías estará cada vez más marcado por la intermodalidad y la sostenibilidad, aspectos que resultan imprescindibles en un mundo que demanda soluciones inteligentes y responsables para la movilidad.