Jony Ive es una de las figuras más influyentes en la historia reciente del diseño tecnológico. Como exdirector de diseño industrial en Apple, su trabajo fue decisivo para darle forma a productos icónicos como el iMac, iPod, iPhone y Apple Watch, dispositivos que no solo revolucionaron el mercado sino que también cambiaron la relación de las personas con la tecnología. En una entrevista reciente durante el evento Stripe Sessions 2025, Ive abrió una ventana hacia su filosofía de diseño, recordó la cultura interna de Apple y compartió reflexiones que ponen en perspectiva su legado y visión sobre el futuro de la tecnología. Desde sus primeros pasos como estudiante en el Reino Unido, la sensibilidad de Ive hacia el diseño quedó marcada tras su primer contacto con el Macintosh original, que caracterizó como un "bicycle for the mind" o "bicicleta para la mente", concepto popularizado por Steve Jobs. Este encuentro fue tan decisivo que motivó su traslado a California en los años 90 para integrarse plenamente a Apple, empresa en la que inició su carrera en 1992 y ascendió rápido hasta liderar el grupo de diseño industrial.
Una de las claves que Ive destacó sobre el éxito del diseño en Apple residía en la cultura de la empresa, que fomentaba la colaboración profunda y la empatía entre los integrantes de los equipos. Entre las prácticas más llamativas se encontraban las reuniones semanales en un ambiente relajado, como los desayunos de los viernes, en donde miembros del equipo se turnaban para preparar comida para sus compañeros. Esta tradición no solo fortalecía las relaciones personales sino que alentaba a los diseñadores a pensar en sus colegas como usuarios, inculcando la idea de "hacer cosas para los demás" como principio esencial. Además, el trabajo creativo en Apple se extendía más allá de las oficinas convencionales. Diseñadores recurrían a encuentros en casas particulares, entornos informales donde fluían las ideas, generándose vínculos que luego se traducían en productos diseñados con un alto nivel de detalle y cuidado.
Esta convivencia hacía que el diseño trascendiera la simple función para convertirse en una experiencia emocional y significativa, un reflejo de respeto hacia quienes utilizarían esos dispositivos. Ive puso especial atención en la importancia de lo aparentemente pequeño. Citó como ejemplo el diseño del embalaje de los productos de Apple, un elemento que a simple vista parece trivial pero que en realidad envuelve una intención profunda. Detalles mínimos, como la manera en que se recoge un cable dentro de la caja o la facilidad para abrir el paquete, revelan una sensibilidad que comunica cuidado, consideración y agradecimiento hacia el usuario. Esta filosofía, según Ive, se fundamenta en una ética del diseño que honra al ser humano, inspirada en una frase de Steve Jobs: "Puedes expresar gratitud a la especie a través de aquello que haces".
Desde su salida de Apple en 2019, Ive ha continuado su trabajo en LoveFrom, un colectivo independiente de diseño que cofundó junto al reconocido Marc Newson. LoveFrom ha ampliado su alcance para abarcar no solo productos tecnológicos, sino también proyectos en arquitectura, software y branding. Esta diversidad refleja la evolución natural de su misión: usar el diseño como una herramienta para "elevar sinceramente a la especie" y contribuir con propuestas que, a la vez que son funcionales, poseen una dimensión enriquecedora a nivel humano. El equipo de LoveFrom combina talentos provenientes de distintos ámbitos creativos, incluyendo músicos y tipógrafos, buscando un enfoque interdisciplinario que potencialice la riqueza de sus proyectos. Esta apertura hacia nuevas formas de expresión es una extensión de la filosofía de Ive que reconoce el diseño como un factor que va más allá de lo visual o técnico, moldeando emociones y experiencias culturales.
No obstante, Ive también mostró preocupación por las implicaciones éticas que los diseñadores y tecnólogos deben confrontar en la actualidad. Destacó la necesidad de tener conciencia y responsabilidad sobre las consecuencias no intencionadas de sus creaciones, insistiendo en que las buenas intenciones no eximen de asumir las repercusiones negativas que puedan generar ciertos productos o tecnologías. En un contexto donde la innovación avanza a un ritmo acelerado y las plataformas tecnológicas influyen cada vez más en la sociedad, Ive consideró que la industria ha perdido, en buena medida, el foco sobre la alegría humana. Remarcó la complejidad creciente de los dispositivos y la tendencia a confundir dicha alegría con trivialidad, señalando que diseñar para la alegría no significa crear algo frívolo sino generar experiencias que eleven emocionalmente a los usuarios. La visión de Ive es un llamado a recuperar la dimensión humana y empática en el diseño, integrando funcionalidad, estética y cuidado ético en un equilibrio saludable.
Sus declaraciones invitan a reflexionar sobre la manera en la que las empresas tecnológicas pueden reconciliar la innovación y la responsabilidad social. Además de la entrevista, la influencia de Ive continúa siendo visible en la evolución de Apple, aunque con debates y opiniones divididas acerca de algunas decisiones posteriores a su salida, como la transición hacia un diseño más plano en iOS 7, que algunos usuarios criticaron por perder parte de la calidez y personalidad originales. En ese sentido, su legado suscita una apreciación compleja que reconoce tanto sus contribuciones revolucionarias como las polémicas que también marcaron su etapa. En resumen, Jony Ive se presenta no solo como un diseñador brillante sino como un pensador preocupado por la intersección entre tecnología, humanidad y ética. Su trayectoria es un testimonio de cómo la cultura organizacional y la filosofía del diseño pueden transformar productos en íconos culturales, y cómo esta visión debe evolucionar para enfrentar los desafíos del presente y futuro tecnológico.
Su trabajo en LoveFrom promete continuar aportando a este diálogo con proyectos que buscan realmente impactar positivamente a la sociedad en su conjunto.