En un contexto global en el que las criptomonedas y los activos digitales han cobrado una relevancia creciente, Estados Unidos avanza hacia la regulación responsable con la intención de consolidar su posición como epicentro de innovación tecnológica y financiera. El Secretario del Tesoro, Scott Bessent, se pronunció de manera clara y contundente en una audiencia ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes el pasado 7 de mayo, mostrando su apoyo a dos proyectos legislativos clave centrados en la regulación de stablecoins y en la estructura del mercado de activos digitales. Estas declaraciones reflejan un interés estratégico de Estados Unidos en liderar la próxima fase de desarrollo digital en el sector financiero global. La intervención de Bessent no solo marca una postura oficial sobre la necesidad de establecer reglas claras para los activos digitales, sino que también enfatiza un enfoque en fomentar una «buena estructura de mercado» que brinde seguridad y confianza tanto a los inversores como a las empresas que buscan innovar en el ámbito cripto. Para el Secretario, esta regulación permitirá que Estados Unidos se convierta en el destino preferente para la adopción y desarrollo de tecnologías cripto, compitiendo directamente con la creciente influencia de China en este ecoistema.
Este anuncio cobra relevancia en un momento en que, a nivel legislativo, dos proyectos fundamentales están siendo evaluados. Por un lado, el llamado proyecto de ley sobre la estructura del mercado de activos digitales, promovido principalmente por los republicanos, que busca establecer reglas claras para el comportamiento y la operativa de los participantes en el mercado cripto. Por otro lado, la propuesta conocida como GENIUS, centrada en la regulación específica de las stablecoins —criptomonedas respaldadas por activos tradicionales—, que se espera sea votada en el Senado próximamente. La estabilidad y regulación de las stablecoins es vista como un aspecto crítico para evitar riesgos sistémicos y proteger a los consumidores, debido a la rápida integración de estos activos en el sistema financiero tradicional y su potencial impacto en la economía real. La postura firme y favorable del Secretario del Tesoro también refleja afinidad con declaraciones previas de figuras políticas como el expresidente Donald Trump, quien durante su campaña para las elecciones de 2024 manifestó su intención de posicionar a Estados Unidos como la «capital mundial de las criptomonedas».
Bessent ha sido un apoyo estratégico para estas políticas, participando en grupos de trabajo orientados a explorar regulaciones federales para stablecoins e incluso en iniciativas para la creación de un fondo soberano digital nacional. Sin embargo, es significativo que el Secretario haya expresado su oposición a la creación de una moneda digital de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés) estadounidense mientras esté en el cargo, dejando claro un enfoque más conservador en cuanto a la emisión de dinero digital por parte del gobierno federal. A pesar del apoyo oficial, la propuesta legislativa enfrenta resistencia y un intenso debate político, especialmente entre los miembros del Partido Demócrata. Algunos representantes han expresado preocupaciones en torno a posibles conflictos de interés vinculados con las actividades cripto de algunos personajes políticos, generando controversia y rechazo hacia la legislación propuesta. Por ejemplo, la representante Maxine Waters lideró una protesta durante una audiencia relacionada con la estructura de mercado cripto, argumentando la necesidad de investigar aspectos de corrupción relacionados con el ecosistema cripto y la influencia política.
De manera similar, varios senadores demócratas han expresado que no apoyarán el proyecto GENIUS en su forma actual, planteando que debe incluir salvaguardas más estrictas contra el lavado de dinero, mayor supervisión de emisores extranjeros y fortalecer las medidas de seguridad nacional. Este escenario político plantea desafíos para la aprobación de ambas iniciativas, incluso con el control mayoritario que ostentan los republicanos en el Congreso. La mayor incertidumbre reside en si estas leyes podrán contar con el respaldo necesario para avanzar y convertirse en normas aplicables en el corto plazo. No obstante, estos debates reflejan el dinamismo y la importancia del sector cripto para la política estadounidense, evidenciando que el regulador y los legisladores buscan equilibrar la innovación con la protección del consumidor y la estabilidad financiera. Además, se percibe un interés genuino en evitar que Estados Unidos quede rezagado frente a otros países que impulsan agresivamente el desarrollo cripto, especialmente China, que está desplegando su propia moneda digital y fortaleciendo su influencia en el mercado de activos digitales.