En el primer trimestre de 2025, el ecosistema criptográfico ha vivido una de sus etapas más interesantes y complejas al mismo tiempo. El mercado global de activos digitales superó los 3.27 billones de dólares, impulsado principalmente por el despegue de Bitcoin y la fuerte revalorización de Ether tras una actualización técnica crucial. Sin embargo, la situación del sector DeFi, tradicionalmente motor de innovación y crecimiento en la blockchain, presenta una dinámica más volátil y dispar, con señales tanto de consolidación como de retrocesos que merecen un análisis detallado. El fenómeno más destacado en este periodo ha sido sin duda la recuperación espectacular de Bitcoin, que recuperó la barrera psicológica y simbólica de los 100,000 dólares, alcanzando máximos de 103,600 dólares a comienzos de mayo.
Esto significa que Bitcoin ha superado los seis dígitos por tercera ocasión desde diciembre de 2024. La fortaleza del activo se refleja también en un aumento notable de su dominio de mercado, que superó el 60%, una cifra que indica una clara preferencia de los inversores por la principal criptomoneda frente a otras alternativas. Diversos factores convergieron para apoyar este rally de Bitcoin. No solo el interés creciente de inversores institucionales ha resultado clave, sino también ciertos eventos políticos internacionales. Entre ellos destaca el anuncio de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido que contempla la posible eliminación de aranceles del 10% sobre importaciones, impulsando la confianza en mercados financieros y criptoactivos.
Ese entorno favorable ayuda a que Bitcoin no solo mantenga su lugar como reserva de valor digital, sino que también fomente nuevas formas de uso y aceptación. En paralelo, Ethereum ha experimentado un comportamiento sobresaliente, especialmente tras la implementación de su actualización conocida como Pectra. Este upgrade resolvió varios cuellos de botella en la red, mejorando la eficiencia y la seguridad, factores críticos para mantener la competitividad y el uso de Ether en aplicaciones descentralizadas y contratos inteligentes. Como resultado, su precio saltó más de un 26%, pasando de alrededor de 1,800 dólares a más de 2,500 en pocos días. La actualización confirmó la relevancia de Ethereum en el ecosistema y su capacidad para reinventarse y responder a las demandas tecnológicas del mercado.
No obstante, mientras Bitcoin y Ethereum mostraban claras señales de fortaleza, el panorama para las finanzas descentralizadas (DeFi) fue más complejo y menos uniforme. La plataforma Rootstock, que permite realizar minería combinada con la red Bitcoin, mostró un aumento récord en su participación minera, alcanzando un 81% en el primer trimestre de 2025, cifra que no solo refleja un crecimiento sino la consolidación de su infraestructura técnica. El hash rate también experimentó un aumento significativo, superando los niveles del propio Bitcoin en octubre de 2024 y marcando un nuevo hito para la minería fusionada, lo que apunta a una mayor madurez para esta tecnología. Sin embargo, esta buena noticia minera contrastó con la caída en el valor total bloqueado (TVL) dentro del ecosistema Rootstock y más ampliamente en el sector DeFi. En Rootstock, el TVL en Bitcoin disminuyó un 7.
2%, mientras que en términos de dólares la caída superó el 20% trimestre a trimestre. Esta reducción fue un reflejo de un fenómeno más global, dado que el TVL en los protocolos DeFi basados en Ethereum también experimentó una caída del 27% en el mismo lapso. Estas cifras sugieren que, a pesar de las innovaciones técnicas y la creciente capacidad minera, la liquidez y la confianza de los usuarios en las plataformas DeFi enfrentan presiones importantes. A esta compleja situación se suma un incremento preocupante en los incidentes de seguridad que afectan a la industria cripto. En abril de 2025, el número y monto de hackeos experimentaron un alarmante aumento, con casi 360 millones de dólares sustraídos en 18 ataques diferentes.
Entre ellos, destacó un robo masivo de 330 millones de dólares en Bitcoin, resultado de una elaborada estafa de ingeniería social contra un individuo mayor, lo que evidencia que los riesgos no solo provienen de fallas técnicas sino también de vulnerabilidades humanas. Expertos del sector subrayan que la seguridad cripto no ha evolucionado al ritmo que demandan estos ataques. A pesar de que muchas plataformas realizan análisis de penetración y programas de recompensas por detección de bugs, estas medidas se quedan cortas frente a la sofisticación de los atacantes. Es necesario adoptar estrategias más integrales y robustas para proteger a usuarios y activos, un desafío que debe ser prioridad para garantizar la sostenibilidad y confianza en el ecosistema blockchain. En el ámbito de las aplicaciones descentralizadas (DApps), la rivalidad entre sectores se intensifica.
Aunque DeFi y gaming siguen siendo líderes indiscutidos, el crecimiento de las soluciones basadas en inteligencia artificial (IA) es imparable. Según datos de DappRadar, mientras que en febrero la dominancia de las DApps de IA estaba en 11%, para abril subió al 16%, acercándose rápidamente al 21% que mantienen los sectores tradicionales más consolidados. Este auge no solo indica un cambio en los intereses de los usuarios sino que también apunta a una posible transformación de la arquitectura futura del ecosistema descentralizado, donde la IA podría jugar un papel central en la automatización, análisis y toma de decisiones dentro de entornos blockchain. Otra tendencia relevante es la creciente adopción de préstamos respaldados en Bitcoin. Los holders están cada vez más dispuestos a utilizar su criptomoneda como garantía para obtener liquidez sin necesidad de vender su activo, estrategia que responde a una visión de largo plazo y confianza en el potencial de Bitcoin.
Esta modalidad permite a los inversores mantener exposición al alza del mercado mientras gestionan gastos imprevistos, beneficiándose de las condiciones actuales de estabilidad y crecimiento. Instituciones como Xapo Bank promueven esta tendencia, destacando que la prudencia financiera en el uso de Bitcoin no solo preserva riqueza sino que también abre nuevas oportunidades para la diversificación y gestión del patrimonio. En cuanto a los tokens y criptomonedas emergentes, algunos memecoins como Pepe y Pudgy Penguins han mostrado un ascenso espectacular, con ganancias de 53% y 47% respectivamente en la última semana, reflejando la volatilidad y dinamismo que aún caracteriza al mercado criptográfico. Sin embargo, desde una perspectiva a largo plazo, el protagonismo sigue estando en las monedas que combinan robustez tecnológica, adopción institucional y seguridad. En resumen, el primer trimestre de 2025 en el universo cripto se define por una combinación de crecimiento exponencial en Bitcoin y Ethereum, avances técnicos importantes, pero también por importantes retos para el sector DeFi.
La ciberseguridad emerge como una preocupación crítica junto con la necesidad de mejorar experiencias de usuario y modelos de gobernanza en las plataformas descentralizadas. La irrupción de aplicaciones de inteligencia artificial dentro del ecosistema promete ser un factor transformador en el mediano plazo. Mientras tanto, la evolución del mercado continúa bajo la influencia de factores geopolíticos, cambios regulatorios y la creciente madurez de actores institucionales y retail. Mantenerse informado y atento a estas dinámicas será clave para cualquier inversor o entusiasta que busca posicionarse con éxito en la próxima era financiera redefinida por las criptomonedas y la tecnología blockchain.