Energy Transfer es una de las entidades fundamentales en el sector midstream de América del Norte, una industria que se encarga de transportar petróleo y gas natural desde las áreas de producción hasta los puntos de consumo. Esta empresa cotiza en la Bolsa de Nueva York bajo el símbolo ET y ha capturado la atención de muchos inversores por su atractiva rentabilidad de distribución, actualmente alrededor del 7.8%. Pero, ¿es realmente recomendable adquirir acciones de Energy Transfer cuando su precio está por debajo de los veinte dólares? Para responder a esta pregunta, es fundamental examinar a fondo su modelo de negocio, su desempeño histórico, riesgos asociados, así como las perspectivas del mercado energético. El negocio principal de Energy Transfer se basa en una estructura conocida como asociación limitada maestra (MLP por sus siglas en inglés), que se caracteriza por operar activos relacionados con la infraestructura energética, principalmente oleoductos y gasoductos.
La naturaleza de esta industria implica que los ingresos se generan mediante cargos o tarifas por el uso de esos activos, aportando así una estabilidad relativa en el flujo de caja, incluso durante períodos de volatilidad en los precios del petróleo y gas. Más allá de sus operaciones principales, Energy Transfer también actúa como socio general de otras dos MLPs, Sunoco y USA Compression Partners. La primera se especializa en la distribución de gasolina a estaciones de servicio, mientras que la segunda ofrece servicios de compresión que aumentan la capacidad y eficiencia de las tuberías. Además, la empresa está involucrada en proyectos de gas natural licuado (GNL), un sector que ha cobrado importancia en la transición energética y la demanda global. Esta diversificación aporta una capa adicional de solidez y potencial crecimiento al negocio principal, lo que puede hacer que su rendimiento por dividendos sea más atractivo para ciertos inversores.
Sin embargo, existen varias consideraciones y riesgos importantes que los interesados en Energy Transfer deben evaluar cuidadosamente. Uno de los aspectos más relevantes es la historia de ajustes en sus distribuciones. Durante la pandemia del coronavirus, la compañía tuvo que recortar sus dividendos en aproximadamente un 50%. La justificación oficial fue reducir el apalancamiento financiero para proteger la salud económica a largo plazo, pero esta decisión impactó negativamente en la confianza de los inversionistas que buscan rendimientos estables y confiables. Este antecedente resalta que, aunque la empresa puede ofrecer altos dividendos actualmente, la consistencia de esos pagos puede estar sujeta a presiones externas y decisiones de gestión basadas en la coyuntura.
Otro punto a considerar es la complejidad de la estructura corporativa de Energy Transfer. La participación en diferentes negocios, así como su papel como socio general para otras MLPs, puede dificultar una evaluación clara y directa de su desempeño financiero y operativo. Además, la gestión y las decisiones pasadas, como la fallida adquisición de la empresa Williams en 2016, añaden incertidumbre. En ese momento, Energy Transfer se retractó debido al posible aumento excesivo de deuda y un impacto adverso sobre sus dividendos. La forma en que se manejó la oferta, incluyendo la emisión de valores convertibles y la participación directa del entonces CEO, ahora presidente de la junta, puede levantar dudas sobre la estrategia y el perfil de riesgo del liderazgo actual.
Por otro lado, el sector energético en general se encuentra en un momento de transición. Las presiones hacia las energías renovables, la regulación ambiental y las fluctuaciones en la demanda de combustibles fósiles imponen desafíos que podrían afectar los volúmenes que transitan por las infraestructuras gestionadas por Energy Transfer. Sin embargo, la naturaleza esencial y regulada de sus activos garantiza cierto nivel de demanda y barreras de entrada para nuevos competidores, lo que puede proteger ingresos y ofrecer resiliencia frente a otros subsectores más volátiles. En suma, comprar acciones de Energy Transfer cuando cotizan por debajo de $20 puede resultar tentador por el alto rendimiento por dividendos y la aparente estabilidad de una empresa situada en un sector crítico para la economía. No obstante, los inversionistas deben tener en cuenta el riesgo asociado a la volatilidad en los pagos y a la complejidad de la estructura corporativa.
Una cartera diversificada que incluya Energy Transfer podría beneficiarse de su rentabilidad, siempre y cuando el inversionista tenga una tolerancia al riesgo adecuada y un horizonte de inversión a mediano o largo plazo. Finalmente, para aquellos que buscan exposición en el sector energético midstream, es recomendable comparar Energy Transfer con otras opciones similares y considerar también la situación macroeconómica y las tendencias regulatorias que podrían afectar el mercado. Consultar fuentes especializadas, análisis de expertos y la información financiera oficial de la compañía es crucial antes de tomar una decisión. La compra de acciones por debajo de un determinado umbral nunca debe basarse únicamente en el precio o la rentabilidad actual, sino en una evaluación integral de la salud financiera, la estrategia empresarial y las perspectivas del sector. En conclusión, Energy Transfer representa una oportunidad de inversión con su alto rendimiento y diversificación del negocio, pero con riesgos evidentes que no deben pasarse por alto.
La decisión de comprar acciones a un precio inferior a $20 debe estar alineada con el perfil financiero y objetivos del inversor, así como con un análisis actualizado del mercado energético y del contexto económico global.