En el panorama empresarial actual, la escasez de profesionales en contabilidad está generando una presión sin precedentes para los directores financieros (CFOs). Esta situación no solo afecta la operación diaria de los departamentos de finanzas, sino que también expone a los CFOs a mayores niveles de responsabilidad y expectación, colocándolos literalmente en el ‘punto de mira’. Pese a que el número de estudiantes universitarios que eligen la carrera de contabilidad ha mostrado un modesto incremento, esto no ha sido suficiente para mitigar el problema de fondo que enfrentan las organizaciones: un déficit creciente de talento calificado en finanzas. Un estudio reciente realizado por Deloitte, en el que participaron CFOs de empresas norteamericanas con ingresos anuales superiores a mil millones de dólares, revela que solo un 15% de los 200 encuestados indicaron no sufrir escasez de contadores u otros especialistas en finanzas. Este dato pone de manifiesto la gravedad de la situación.
La preocupación principal entre estos líderes financieros es clara: el aumento en la carga de trabajo para los empleados que ya están en plantilla. Cerca del 44% señaló específicamente esta problemática como la más relevante, aunque también se destacaron otros riesgos como la pérdida de credibilidad frente a inversores institucionales y privados, un daño que puede tener consecuencias profundas en el acceso a financiamiento y en la confianza del mercado. La pregunta que domina la agenda de los CFOs es cómo mantener la eficiencia y efectividad de sus departamentos en medio de esta carencia de habilidades y experiencia crítica. Mantener los estándares de cumplimiento, generación de reportes financieros y análisis estratégico con equipos reducidos o menos capacitados representa un verdadero desafío. Para muchos, la respuesta está en la tecnología, particularmente en las herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa.
Según el mismo estudio, un 79% de los directores financieros consideran que la IA generativa será una herramienta clave para cerrar la brecha de capacidades en los próximos dos años. Esto representa un cambio notable con respecto a la encuesta de 2024, donde solamente un 9% de profesionales en contabilidad utilizaban estas tecnologías. La IA tiene el potencial de automatizar tareas repetitivas y de bajo impacto, como la entrada de datos, liberando tiempo para que los especialistas puedan concentrarse en actividades de mayor valor estratégico. Un desarrollo tecnológico emergente que promete revolucionar aún más las funciones financieras es la incorporación de la IA agente, la cual usa agentes autónomos para realizar tareas de forma independiente. Esta innovación podría permitir que los departamentos financieros respondan a consultas internas y analicen datos complejos con mínima intervención humana, mejorando la rapidez y precisión de la información relevante para la toma de decisiones.
Sin embargo, la adopción tecnológica no está exenta de dificultades. Un reto importante es la resistencia interna al cambio, con casi la mitad de los encuestados identificando la reticencia del personal a utilizar nuevas tecnologías como un obstáculo significativo. Esta resistencia puede limitar la implementación exitosa de herramientas de IA y frenar los avances en la optimización de procesos. Además de la tecnología, las empresas están explorando otras vías para mitigar el problema del talento. Más de un tercio de los CFOs están recurriendo a firmas de recursos humanos especializadas para identificar candidatos adecuados, mientras que el mismo porcentaje está apostando por el reclutamiento interno, moviendo talento dentro de la organización para cubrir vacantes críticas en finanzas.
Estas estrategias reflejan una búsqueda activa por mantener la capacidad operativa y la calidad en la gestión financiera pese a las dificultades de mercado. La escasez de contadores y profesionales financieros tiene implicaciones que van más allá de la simple carga administrativa. A medida que las regulaciones financieras y los estándares de reporte se vuelven más complejos, la necesidad de expertos calificados es más apremiante. Un equipo financiero infraempleado o inexperto puede llevar a errores costosos, riesgos regulatorios y decisiones estratégicas equivocadas, lo que afecta directamente la salud financiera y reputación de la empresa. Para los CFOs, el ‘punto de mira’ significa no solo administrar recursos humanos y tecnológicos, sino también liderar cambios culturales dentro de sus organizaciones que faciliten la aceptación y el aprovechamiento efectivo de la innovación.
La transformación digital en finanzas no es únicamente una cuestión tecnológica, sino también humana y estratégica. La capacitación continua y la comunicación abierta con los equipos son elementos esenciales para superar la resistencia y desarrollar competencias que respondan a las exigencias actuales. Por otro lado, la dificultad para atraer nuevos talentos no solo está relacionada con la cantidad sino también con la calidad. Muchos jóvenes profesionales prefieren áreas tecnológicas o de análisis de datos que consideran más innovadoras o que ofrecen trayectorias profesionales más atractivas. Esto obliga a los CFOs a repensar sus estrategias de marca empleadora y aprovechar la tecnología para hacer el trabajo contable más atractivo y moderno.
Asimismo, las empresas que quieran mantener su competitividad y crecimiento necesitan cerrar rápidamente esta brecha. La implementación de soluciones de IA y la optimización del talento dentro de las estructuras actuales son sólo parte del camino. También debe existir un esfuerzo conjunto entre instituciones educativas, sector privado y organismos reguladores para fomentar la formación y certificación de nuevos contadores, alineando sus programas con las demandas reales del mercado. En conclusión, la escasez de contadores representa un desafío multidimensional que coloca a los CFOs en una posición de alta presión. La clave para navegar esta crisis está en la combinación justa entre tecnología avanzada, gestión del talento y liderazgo estratégico.
Solo a través de un enfoque integrado será posible sostener departamentos financieros eficientes, reducir riesgos y asegurar el cumplimiento de las metas empresariales en un entorno cada vez más complejo y dinámico. La transformación de la función financiera está en marcha, y los CFOs deben estar preparados para liderarla con visión y adaptabilidad.