En un giro inesperado en el mundo de los activos digitales y la cultura web3, Nike, uno de los gigantes mundiales del calzado y la indumentaria deportiva, se encuentra en el centro de una controvertida demanda colectiva relacionada con su decisión de cerrar el estudio de tokens no fungibles (NFT) RTFKT. La demanda, presentada el 25 de abril en un tribunal federal de Nueva York, acusa a la empresa de fraude de valores y de cometer un ‘soft rug pull’ —un término conocido en el ecosistema cripto para describir cuando un promotor abandona un proyecto dejando a los inversores en la incertidumbre—. Este caso atrae la atención no sólo por el impacto en los usuarios de los NFT sino también por las implicaciones legales y técnicas que revela sobre este emergente mercado digital. RTFKT, un estudio innovador especializado en la creación y venta de NFT, fue adquirido por Nike a mediados de 2021, integrando una colección de arte digital y avatares digitales conocidos como CloneX. Esta adquisición fue vista inicialmente como un impulso estratégico hacia la convergencia entre el deporte, la moda y la tecnología blockchain.
Sin embargo, en diciembre de 2024, Nike decidió cerrar las operaciones de RTFKT, lo que dio lugar a numerosas quejas de los poseedores de NFT que se sintieron abruptamente abandonados y despojados del valor que esperaban obtener. La demanda, encabezada por el inversor Jagdeep Cheema y una clase de otros compradores de NFT, alega que Nike actuó de forma engañosa al detener el mantenimiento y las promociones relacionadas con RTFKT sin avisar adecuadamente, lo que causó pérdidas económicas significativas para los inversores. Según el texto legal, la técnica llamada ‘soft rug pull’ ocurre cuando los compradores adquieren activos digitales esperando que el promotor continúe impulsando y aumentando su valor, pero en cambio el proyecto se cierra repentinamente, dejando a los inversores con activos simbólicos sin funcionalidad ni respaldo práctico. Uno de los puntos más candentes de la demanda es la afirmación de que los NFT de Nike deberían considerarse valores (securities) bajo la ley estadounidense. Tradicionalmente, la definición de valores incluye activos cuya valorización depende en gran medida del esfuerzo y gestión de terceros.
Los demandantes argumentan que dado que el valor de los NFT de Nike estaba indisolublemente ligado a las campañas promocionales y la reputación de la marca Nike, estos activos cumplen con los criterios para ser clasificados como valores, y por tanto deberían estar sujetos a regulaciones financieras y protección de los inversores. Esta cuestión sobre si los NFT son o no valores es una de las discusiones más delicadas e inéditas en el mundo del derecho y la tecnología. Hasta ahora, ningún tribunal estadounidense ha dictaminado de forma definitiva, aunque se espera que un proyecto de ley regulatoria sobre criptomonedas que podría ser aprobado a mediados de 2024 aclara esta ambigüedad legal. La resolución de esta cuestión tendrá un impacto profundo en la industria de los NFT y en cómo las empresas desarrollan y comercializan estos activos digitales. Otro aspecto crucial bajo el escrutinio judicial es la fragilidad técnica inherente a los NFT.
No es un secreto para los conocedores del campo que la mayoría de los archivos digitales asociados a los NFT no se almacenan directamente en blockchain, sino que consisten en metadatos y enlaces a ubicaciones centralizadas donde residen los archivos, como imágenes o videos. Esto significa que el supuesto carácter inmutable, descentralizado y permanente de los NFT puede verse comprometido si los servidores que alojan el contenido fallan, son retirados o modificados. Un ejemplo reciente que puso en evidencia esta vulnerabilidad fue un incidente el 24 de abril de 2024, cuando cerca de 19,800 avatares digitales CloneX desaparecieron temporalmente de la red, siendo reemplazados por un mensaje que indicaba una violación de los términos de servicio de Cloudflare, el proveedor de almacenamiento. Aunque la empresa logró restaurar las imágenes al día siguiente, el incidente generó dudas profundas sobre la confianza y permanencia de los activos NFT y alimentó la preocupación de que muchos compradores no comprenden completamente las limitaciones técnicas del sistema. Expertos en la industria han explicado que, debido a limitaciones técnicas y de costes en redes como Ethereum, almacenar archivos digitales grandes en la cadena de bloques es inviable, por lo que se recurre a soluciones híbridas que combinan la cadena para la propiedad del token y servidores externos para el contenido asociado.
Sin embargo, este modelo presenta riesgos evidentes, desde problemas técnicos hasta la posibilidad de que los proveedores de servicios no cumplan con sus responsabilidades o que las entidades propietarias retiren el acceso a los archivos. En respuesta a estos retos, el ecosistema Web3 ha orientado sus esfuerzos hacia el desarrollo de infraestructuras de almacenamiento descentralizado y permanente. Plataformas como Arweave y Filecoin promueven la fragmentación y distribución de datos a través de nodos independientes en redes globales, asegurando que el contenido asociado a los NFT no pueda ser censurado ni eliminado fácilmente. Nike y RTFKT han anunciado planes para migrar sus colecciones CloneX y Animus a estas redes, con la promesa de brindar a los usuarios una mayor seguridad y permanencia para sus activos digitales. La demanda colectiva contra Nike no sólo arroja luz sobre el riesgo financiero y legal asociado a la compra de NFT dentro del modelo tradicional, sino que también pone sobre la mesa la necesidad urgente de una mayor transparencia y regulación en el mundo cripto.
El caso podría sentar precedentes importantes sobre cómo las grandes corporaciones gestionan sus proyectos digitales y sobre la responsabilidad que tienen hacia sus inversores y comunidad. Mientras tanto, el incidente también sirve de recordatorio a los coleccionistas y usuarios sobre la importancia de entender a fondo el funcionamiento técnico y legal de los NFT y los riesgos asociados, especialmente en un mercado en rápida evolución y con pocos marcos regulatorios sólidos. La percepción de los NFT como activos permanentes y seguros aún debe enfrentarse a estos desafíos técnicos, legales y comerciales. Finalmente, el desarrollo de normas regulatorias y la mejora continua en tecnologías descentralizadas podrían transformar el panorama para bien, pero la experiencia de Nike y RTFKT es una señal clara de que, en la actualidad, invertir en NFT sigue siendo una actividad con riesgos considerables y complejidades que pueden afectar incluso a los proyectos respaldados por marcas globales reconocidas.