La reproducibilidad es un pilar fundamental del método científico, pues garantiza que los resultados obtenidos en un estudio puedan ser replicados y verificados por investigadores independientes. Sin embargo, en las últimas décadas, una creciente preocupación ha tomado fuerza en la comunidad científica: muchos resultados de investigaciones, especialmente en el ámbito biomédico, no pueden ser reproducidos con exactitud, generando dudas sobre la validez y confiabilidad de dichos hallazgos. Esta problemática no solo afecta la credibilidad de la ciencia, sino que también tiene implicaciones directas en la salud pública, la inversión en investigación y el avance del conocimiento. En este contexto, un proyecto único en Brasil ha puesto sobre la mesa una cruda realidad: al intentar replicar más de cuarenta estudios biomédicos publicados por científicos brasileños, el equipo internacional involucrado en la iniciativa logró reproducir menos de la mitad de los experimentos. Esta cifra, aunque alarmante, coincide con tendencias observadas en otras regiones y especialidades, reforzando la idea de que la crisis de reproducibilidad es un fenómeno global que demanda una respuesta urgente y coordinada.
El proyecto brasileño, coordinado por la Iniciativa Brasileña de Reproducibilidad, nació en 2019 con la ambición de evaluar la reproducibilidad de publicaciones científicas desde una perspectiva metodológica en lugar de centrarse solamente en áreas de investigación específicas o en estudios con alta influencia en la comunidad científica. De este modo, se priorizó analizar investigaciones que compartieran técnicas comunes en biomedicina, como ensayos sobre metabolismo celular, amplificación de material genético y pruebas conductuales en roedores. La elección de métodos específicos en lugar de temas de investigación ofreció un enfoque innovador, que permitió agrupar a más de cincuenta laboratorios en todo Brasil, con la participación de más de doscientos científicos. Ellos replicaron experimentos publicados entre 1998 y 2017, que contaban con la mayoría de los autores afiliados a instituciones brasileñas. Esta magnitud y diversidad de laboratorios implicó una gran coordinación y desafíos logísticos, especialmente durante la pandemia de COVID-19, que afectó la dinámica y el cronograma del proyecto.
Entre los principales retos destacó la dificultad para estandarizar protocolos, pues cada grupo de investigación tenía métodos y condiciones particulares. Esta variabilidad agregó complejidad al intento de reproducir resultados de forma rigurosa y comparable, concepto que en sí mismo fue uno de los focos de debate entre los investigadores. Sin embargo, estas diferencias también reflejan de manera realista las condiciones en las que muchas investigaciones se desarrollan, lo que hace más valiosas las conclusiones derivadas de la experiencia colectiva. Desde un punto de vista estadístico, los revisores evaluaron la replicabilidad bajo cinco criterios distintos, invitando a aplicar múltiples perspectivas para valorar el éxito de la réplica. Al final, sólo alrededor del veintiuno por ciento de los experimentos cumplió con al menos la mitad de estos criterios, evidenciando que la mayoría de los estudios no lograron mantener la robustez necesaria para considerarse reproducibles.
Es decir, en la mayoría de los casos los resultados originales no pudieron ser confirmados en condiciones comparables. Además, un hallazgo relevante fue la diferencia en la magnitud del efecto observado en las publicaciones originales con respecto a los experimentos replicados. En promedio, el tamaño del efecto reportado en los trabajos originales fue un sesenta por ciento mayor que en las réplicas. Esto sugiere que los resultados iniciales tienden a sobreestimar el impacto de las intervenciones estudiadas, lo que puede deberse a diversos factores como sesgos en la publicación, tamaño de muestra insuficiente, presiones para demostrar hallazgos positivos o malas prácticas estadísticas. Este fenómeno de sobreestimación representa un riesgo importante para la ciencia y para la sociedad, especialmente en biomedicina, donde decisiones clínicas y políticas sanitarias pueden depender de la interpretación de datos cuya robustez es cuestionable.
La confiabilidad en los resultados de investigación es esencial para guiar el desarrollo de tratamientos, el diseño de ensayos clínicos y la asignación de recursos para proyectos innovadores. Conscientes de la importancia de los hallazgos, los líderes del proyecto brasileño y sus colaboradores hacen un llamado claro a establecer reformas profundas en el ecosistema científico de Brasil. Entre las recomendaciones se incluyen la promoción de una cultura que valore la transparencia, la implementación de políticas públicas que incentiven la validación de estudios, y una revisión crítica de los sistemas de evaluación académica que actualmente pueden fomentar prácticas poco rigurosas debido a la presión por publicar resultados significativos. El proyecto también refuerza la necesidad de incorporar la replicación como una etapa esencial en la investigación, no sólo como una práctica complementaria sino como un estándar para asegurar la calidad científica. Fomentar la formación en metodologías robustas, fortalecer la infraestructura para compartir datos y protocolos, y apoyar investigaciones multicéntricas y colaborativas son acciones clave para construir un futuro en el que los resultados científicos sean más fiables y útiles.
A nivel internacional, esta iniciativa brasileña se suma a esfuerzos similares que han demostrado tasas bajas de reproducibilidad en áreas diversas de la ciencia. La crisis de reproducibilidad se manifiesta en distintos ámbitos, desde la psicología y la biología molecular hasta la medicina clínica. Los factores que contribuyen a esta situación son complejos y multifactoriales, incluyendo problemas estructurales en la publicación, sesgos cognitivos, financiamiento inadecuado y falta de incentivos para la replicación. La creciente conciencia sobre esta crisis ha provocado que diversas organizaciones e instituciones académicas promuevan prácticas de ciencia abierta, estímulos a la preregistración de estudios, acceso libre a datos y materiales, y mayor escrutinio durante el proceso de revisión por pares. Estos cambios buscan transformar la manera en la que se genera, comunica y valida el conocimiento científico.
La experiencia de Brasil ofrece además una perspectiva regional, mostrando que la reproducibilidad no es un problema exclusivo de las grandes potencias científicas o países con elevados presupuestos de investigación. Por el contrario, los desafíos son universales y afectan también a sistemas emergentes, destacando la necesidad de solidaridad global y cooperación para elevar los estándares científicos. Para los investigadores jóvenes y estudiantes, comprender la importancia de la reproducibilidad y adoptar buenas prácticas desde el inicio de su formación es fundamental para cambiar la cultura científica. La transparencia, el rigor y la ética son valores que deben promoverse para garantizar que el conocimiento generado sea confiable y contribuya efectivamente al bienestar colectivo. En resumen, el proyecto brasileño de reproducibilidad es un llamado de atención sobre la calidad y el rigor de la investigación biomédica en Latinoamérica y el mundo.
Los hallazgos evidencian que gran parte de los resultados publicados pueden no ser tan sólidos como se pensaba, y subrayan la urgencia de cambiar paradigmas y fortalecer normas que garanticen investigaciones reproducibles y éticamente responsables. Solo así la ciencia podrá recuperar la confianza pública y cumplir cabalmente su misión de mejorar la salud y calidad de vida de las personas.