En un movimiento estratégico que refleja la evolución global de las cadenas de suministro tecnológicas, Apple planea ensamblar todos los iPhones destinados al mercado estadounidense a partir de India, marcando un cambio significativo en la producción de sus dispositivos emblemáticos. Este cambio, que podría concretarse a partir de 2026, tiene profundas implicaciones tanto para la compañía como para la industria tecnológica global, pues representa un esfuerzo claro por minimizar la dependencia de China en medio de las tensiones comerciales y geopolíticas que han marcado el último lustro. Históricamente, la fabricación y ensamblaje de iPhones ha estado concentrada en China, donde Apple ha establecido una robusta cadena logística a lo largo de años con proveedores clave como Foxconn. Cerca del 90% de los iPhones se ensamblan actualmente en este país, beneficiándose de la infraestructura especializada y una mano de obra altamente calificada que ha desarrollado una gran eficiencia en la producción masiva de dispositivos electrónicos sofisticados. Sin embargo, con la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, implementada principalmente por la administración Trump a través de aranceles y restricciones, Apple ha visto la necesidad imperiosa de diversificar sus fuentes de producción para evitar costos adicionales y riesgos geopolíticos.
India ha emergido en los últimos años como un destino atractivo para la fabricación tecnológica, impulsada por políticas de incentivo para la inversión extranjera, un mercado interno creciente y la disponibilidad de mano de obra joven y en expansión. Apple ya ha incrementado su producción en India, con tres plantas operativas y una marcada colaboración con proveedores locales y multinacionales como Foxconn y Tata. La infraestructura en ciudades como Chennai ha mejorado para facilitar una mayor capacidad de ensamblaje, y la empresa incluso ha extendido operaciones a domingos para incrementar la producción y cumplir con los objetivos de exportación. El cambio hacia India no es simplemente una respuesta a la política arancelaria de Estados Unidos, sino también una estrategia para optimizar costos y garantizar estabilidad en el suministro. Los aranceles estadounidenses sobre productos fabricados en China han fluctuado considerablemente, generando incertidumbre en los planes de producción y afectando los márgenes de ganancia.
Aunque los smartphones fueron excluidos de los aranceles más severos, Apple sigue enfrentando un gravamen del 20% en otros productos chinos, vinculado principalmente a la respuesta estadounidense contra el denominado problema del fentanilo, que es fabricado en territorio chino. Este escenario ha impulsado a Apple a redoblar esfuerzos para que más de 60 millones de iPhones vendidos anualmente en Estados Unidos provengan de India, lo que implica duplicar la capacidad de ensamblaje en el país asiático para 2026. En marzo de 2025, se reportó que Apple envió casi 2 mil millones de dólares en iPhones ensamblados en India al mercado estadounidense, evidenciando un rápido incremento en la producción exportable. Además, se emplearon vuelos de carga especiales para transportar alrededor de 1.5 millones de dispositivos hacia Estados Unidos, lo que subraya la urgencia y la magnitud del cambio logístico.
La manufactura de los iPhones continúa siendo un proceso altamente complejo que implica más de mil componentes provenientes de diferentes partes del mundo. Aunque la mayoría de estos componentes provienen de diversos países, el ensamblaje final había estado históricamente centralizado en China. La transición hacia una fabricación más localizada en India, con su red de proveedores y fábricas auxiliares, requiere un elevado nivel de coordinación y adaptación. Otros productos de Apple mantienen una producción diversificada, con más del 50% de las Mac y un 80% de los iPads ensamblados en China. Los Apple Watch, por otro lado, se fabrican mayormente en Vietnam, demostrando la estrategia de la empresa de distribuir su producción para mitigar riesgos.
No obstante, la decisión de mover toda la fabricación de iPhones para un mercado tan clave como el estadounidense a India representa un compromiso importante y una apuesta por convertir a India en un centro neurálgico para la compañía. Sin embargo, la posibilidad de retornar la producción a Estados Unidos, como ha expresado la Casa Blanca en distintos momentos, parece remota debido a los elevados costos que implicaría esta medida. Expertos financieros y especialistas en cadenas de suministro coinciden en que fabricar iPhones en territorio estadounidense podría triplicar el costo de producción, reflejando una clara barrera para que Apple reubique su fabricación completamente en suelo norteamericano. La falta de instalaciones especializadas y la dificultad para capacitar un volumen tan grande de trabajadores para la complejidad del ensamblaje también contribuyen a esta realidad. La preparación y capacitación necesarias para formar entre 200,000 y 300,000 trabajadores capaces de ensamblar con precisión los iPhones es un desafío mayúsculo, según declaraciones de expertos en logística y cadenas de suministro.
En contraste, India ya cuenta con una fuerza laboral joven y una industria en crecimiento que facilita esta transición. Más allá de apenas sortear los aranceles comerciales, este movimiento estratégico también se enmarca en una visión a largo plazo de diversificación geopolítica. La relación comercial y política entre Estados Unidos y China ha presentado numerosos altibajos que impactan directamente en las empresas multinacionales con operaciones globalizadas. Al reducir la dependencia de China, Apple no solo protege su producción ante posibles futuras disputas comerciales, sino que también gana flexibilidad para adaptarse a las demandas del mercado y a las dinámicas globales. Este cambio también tiene particular relevancia para India, que se posiciona firmemente como un actor clave en la cadena mundial de suministro tecnológico.
La expansión de Apple en India no solo genera empleo directo e indirecto en la región, sino que además atrae inversiones y tecnologías que pueden impulsar el desarrollo del sector tecnológico del país. A su vez, India podría afianzar su papel como destino preferente para otras compañías tecnológicas que buscan diversificar sus fuentes de fabricación fuera de China. En conclusión, la intención de Apple de ensamblar todos sus iPhones para Estados Unidos en India para 2026 representa un paso trascendental en la evolución de una de las cadenas de suministro más complejas y observadas del mundo tecnológico. Este cambio responde tanto a las presiones de la guerra comercial como a los desafíos de costos, riesgos geopolíticos y la búsqueda de mayor estabilidad y eficiencia productiva. Para India, es una oportunidad de oro que podría redefinir su protagonismo en el mapa global tecnológico, mientras que para China implica una señal clara de que la dependencia absoluta está siendo reconsiderada por los gigantes tecnológicos del mundo.
Apple, al diversificar y adaptar su estrategia de fabricación, demuestra su capacidad de innovación no solo en productos, sino también en gestión industrial y sensibilidad ante los cambios globales.