En un discurso pronunciado en Milán durante el foro NEXT Milan, la ministra de Finanzas de India, Nirmala Sitharaman, hizo un llamado enfático a la comunidad internacional para desarrollar un marco regulador global para la inteligencia artificial (IA), trazando un paralelismo con las recientes regulaciones internacionales aplicadas al mundo de las criptomonedas. Esta declaración pone de manifiesto la creciente preocupación de los gobiernos sobre cómo abordar el avance vertiginoso de las tecnologías disruptivas y la necesidad de cooperación multilateral para evitar lagunas regulatorias que puedan ser aprovechadas irresponsablemente. Sitharaman subrayó que la regulación fragmentada o localizada de la inteligencia artificial puede acarrear riesgos significativos, no solo en aspectos técnicos o de seguridad, sino también en términos económicos y sociales. «No puede ser que un solo país decida cómo manejar la IA con un marco regulatorio independiente, desconectado del resto del mundo», afirmó durante la sesión plenaria sobre el equilibrio entre la resiliencia económica y climática en la Universidad Bocconi de Milán. La inteligencia artificial se está convirtiendo en un motor clave para la transformación de las economías y sociedades.
Sin embargo, su desarrollo rápido y sus aplicaciones amplias y diversas plantean numerosas interrogantes. Entre ellas se encuentran la ética, la protección de datos, la seguridad, la equidad, y el impacto en el empleo y la competitividad global. La ministra Sitharaman ejemplificó que, al igual que las criptomonedas, la IA necesita una vigilancia que esté a la altura de la complejidad tecnológica y que una regulación descoordinada haría que los reguladores pierdan terreno frente a los avances. El marco regulador aplicado a las criptomonedas en diferentes países ha servido como base para pensar en cómo fortalecer la gobernanza de la IA a nivel internacional. Las criptomonedas se han caracterizado por su naturaleza descentralizada y la dificultad que enfrentan los gobiernos para controlar y supervisar estas tecnologías en un mercado globalizado.
Las regulaciones acordadas colectivamente han buscado mitigar riesgos como el lavado de dinero, el fraude, y la evasión fiscal, protegiendo al mismo tiempo la innovación y el desarrollo tecnológico. Sitharaman propone una visión similar para la IA, con un esfuerzo cooperativo que permita definir estándares globales y mecanismos de cumplimiento. Además, la ministra señaló la importancia de que los reguladores se mantengan tecnológicamente actualizados para no quedar rezagados. Esto implica no solo entender las herramientas y capacidades de la inteligencia artificial, sino también anticiparse a sus posibles impactos y desarrollar políticas adecuadas que concilien la innovación con la seguridad y la justicia social. En el contexto de India, un país con un gran potencial tecnológico y una economía digital en rápido crecimiento, esta perspectiva es especialmente relevante para aprovechar los beneficios de la IA y evitar consecuencias no deseadas.
Sitharaman también destacó que la democracia india puede ser un activo fundamental para enfrentar estos retos, siempre y cuando la población esté adecuadamente preparada y capacitada para hacer un uso provechoso de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías. La educación y la formación en habilidades digitales se convierten entonces en elementos clave para maximizar el potencial económico y social de la inteligencia artificial, garantizando además que la innovación beneficie a todos los sectores de la sociedad. Durante el mismo foro, la ministra expresó su optimismo respecto a los acuerdos comerciales bilaterales como vías para expandir el comercio y diversificar la oferta exportadora del país. En particular, mencionó la reciente conclusión de las negociaciones del tratado de libre comercio entre India y el Reino Unido, que ejemplifica la tendencia global hacia acuerdos multilaterales que facilitan la cooperación y el crecimiento económico. Estos pactos comerciales pueden también ofrecer un contexto propicio para avanzar en la regulación de las nuevas tecnologías, estableciendo pautas comunes y fomentando la cooperación internacional.
El llamado de Sitharaman por una regulación global de la IA enfatiza un tema crucial en la actualidad: la necesidad de armonizar las políticas nacionales con un enfoque global en un mundo cada vez más interconectado. Las tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial no conocen fronteras y pueden impactar globalmente de manera rápida y profunda. Por eso, las respuestas deben ser también globales y coordinadas, evitando que decisiones aisladas o contrapuestas generen confusión, injusticias o riesgos innecesarios. En el plano internacional, ya hay señales de ciertos esfuerzos para avanzar hacia una regulación común de la IA. Organismos multilaterales y foros internacionales trabajan en el desarrollo de principios éticos y normativas que aúnan diferentes perspectivas y contextos culturales.
Sin embargo, la concreción de un marco regulador efectivo y global todavía enfrenta importantes desafíos, desde las diferencias políticas y económicas entre países hasta las complejidades técnicas inherentes a la propia tecnología. En este sentido, modelos como los desarrollados para las criptomonedas pueden ofrecer lecciones valiosas. La regulación de estos activos digitales ha requerido el establecimiento de estándares compartidos, la cooperación entre agencias reguladoras y la creación de mecanismos para supervisar actividades transfronterizas. Asimismo, se han tenido que equilibrar la protección del consumidor, la innovación tecnológica y la estabilidad financiera, puntos que resultan también relevantes para la gobernanza de la IA. La adopción de un marco regulador global para la inteligencia artificial traerá múltiples beneficios.
Primero, permitirá gestionar los riesgos asociados, tales como la manipulación de datos, la discriminación algorítmica, y los posibles impactos negativos en el empleo. Segundo, ofrecerá a las empresas un entorno normativo claro y predecible que incentive la inversión y el desarrollo de tecnologías avanzadas. Tercero, fortalecerá la confianza de los ciudadanos y consumidores, al garantizar el respeto a la privacidad, la seguridad y los derechos fundamentales. Para India, la apuesta por la inteligencia artificial es estratégica. El país está posicionándose como un centro tecnológico y de innovación que puede aprovechar esta revolución tecnológica para impulsar su digitalización y crecimiento económico.
Sin embargo, para ello, es esencial contar con reglas claras, coherentes y adaptadas a la realidad de un mercado global. La propuesta de Sitharaman abre la puerta a trabajar no solo en lo interno, sino también en estrecha colaboración con socios internacionales. El panorama global destaca que los países con infraestructuras tecnológicas avanzadas y políticas públicas sólidas tendrán ventajas competitivas importantes. La cooperación internacional, por tanto, no solo debe buscar la regulación, sino también fomentar el intercambio de conocimiento, la inversión conjunta y la capacitación de talento humano en IA y tecnologías relacionadas. En conclusión, el llamado de la ministra Nirmala Sitharaman a la adopción de un marco global para la regulación de la inteligencia artificial, inspirado en el modelo de regulación de criptomonedas, representa una visión contemporánea necesaria para afrontar los retos tecnológicos y económicos del siglo XXI.
La inteligencia artificial transformará múltiples sectores, desde la economía hasta la vida cotidiana, y requiere de marcos de gobernanza que sean efectivos, equitativos y adaptables. La cooperación internacional se perfila como el camino para alcanzar un equilibrio adecuado entre innovación y regulación, permitiendo que la IA funcione como un motor de progreso sostenido y responsable. India se plantea así no solo como un actor relevante en el diseño de políticas, sino también como un ejemplo de cómo integrar tecnología y democracia para crear oportunidades y enfrentar desafíos globales.