El año 2025 está marcando un punto de inflexión en la industria de las criptomonedas, en particular en el ámbito de la financiación. Por un lado, las startups cripto están recuperando su capacidad para recaudar capital de manera acelerada, evidenciando un interés renovado entre los inversores hacia proyectos innovadores en este sector. Sin embargo, en contraste, los fondos de capital de riesgo cripto enfrentan considerables obstáculos para atraer y movilizar fondos destinados a nuevas inversiones, generando un escenario complejo e interesante para el ecosistema. Las cifras más recientes revelan que en el primer trimestre de 2025, las startups de criptomonedas lograron recaudar aproximadamente 5.85 mil millones de dólares, lo que representa un sorprendente 61% del total de capital levantado a lo largo de todo el año 2024.
Este dato indica que, a nivel de proyectos individuales, existe una dinámica positiva y creciente que impulsa la innovación y el desarrollo en el sector. Sin embargo, los fondos de capital de riesgo, responsables de canalizar buena parte del capital hacia estas startups, están enfrentando lo que algunos expertos denominan una consolidación masiva. Según declaraciones de Tom Dunleavy, director de venture en Varys Capital, muchas firmas de capital de riesgo creadas durante el ciclo alcista de 2021 y 2022 están experimentando serias restricciones operativas derivadas de la falta de reservas financieras y el poco retorno hasta ahora obtenido. Incluso algunas de estas organizaciones se encuentran en una zona que podría definirse como “sombra de insolvencia”, donde permanecen nominalmente activas, pero con capacidad prácticamente agotada para realizar nuevas inversiones. Esta situación refleja que, aunque la demanda y el interés en startups cripto están en aumento, la oferta de capital a través de fondos VC se encuentra en contracción.
Datos de Galaxy Research complementan esta visión al mostrar que, mientras las startups aumentan su recaudación, los fondos de capital de riesgo están levantando menos recursos para invertir. Además, el número de nuevos fondos lanzados ha disminuido notablemente año tras año después de alcanzar un pico de más de 300 en 2022, bajando a unos 50 nuevos fondos en 2024 y aún menos en el primer trimestre de 2025. Un fenómeno asociado a esta dinámica es la fuerte reducción en la cantidad de inversores recurrentes que participan activamente con más de una inversión en el período más reciente. De acuerdo con DefiLlama, únicamente 67 fondos han realizado más de una inversión en los últimos 180 días, menos de la mitad del total de fondos activos. Esto es indicativo de una concentración del capital en un grupo reducido de jugadores que disponen de la suficiente liquidez y experiencia para seguir apostando por proyectos emergentes.
Entre las razones implicadas en el retroceso de los fondos VC, Dunleavy menciona la falta de distribuciones a capital invertido que puedan atraer de vuelta a los grandes inversores, la ausencia de inversiones emblemáticas que capten la atención mediática y el interés de los allocadores de capital, además de flujos más lentos provenientes de individuos con patrimonio ultra alto o altos patrimonios netos. Otro factor que contribuye a esta cautela es la incertidumbre que aún persiste en el entorno regulatorio global, que afecta especialmente a los inversionistas institucionales. Aunque en ocasiones recientes ha habido avances normativos positivos en ciertas regiones, la percepción general de riesgo regula el apetito por asumir compromisos financieros significativos en proyectos de criptomonedas. El panorama actual de la inversión en criptomonedas está transitando hacia una fase bifurcada. Por un lado, las startups consolidan un crecimiento sostenido en su capacidad para atraer capital, lo que incrementa las posibilidades de desarrollo y expansión de nuevas tecnologías y modelos de negocio basados en blockchain.
Por otro, los fondos de capital riesgo se ven obligados a un escrutinio mucho más riguroso y selectivo para decidir en qué iniciativas apuestan su capital, debido a la reducción en recursos disponibles y a la presión por generar retornos más contundentes. Esta contracción no necesariamente es negativa para el sector. La concentración del flujo de capital en fondos más experimentados y estratégicos podría traducirse en una mejora en la calidad y resiliencia de las empresas que reciben financiamiento. Al enfocarse en compañías con modelos de negocio sólidos y escalables, la industria podría dejar atrás una etapa donde abundaban inversiones más dispersas y, a veces, poco rentables. En términos operativos, esta nueva realidad demanda que los fondos VC adopten una disciplina financiera más estricta y mejoren sus capacidades análisis para identificar oportunidades con alto potencial.
Esto, a su vez, podría fortalecer el ecosistema, facilitando que las startups que logren acceder a financiamiento cuenten con respaldo más robusto y con una red de apoyo capaz de acompañarlas en el crecimiento sostenible. Al mismo tiempo, la evolución de la regulación y la madurez del mercado podrían abrir nuevas ventanas para que más inversores institucionales se involucren, siempre que se estabilicen los marcos legales y se garantice mayor transparencia y seguridad jurídica. En este sentido, figuras políticas y reguladoras están comenzando a tomar medidas que apuntan a dar claridad y un futuro más predecible para los activos digitales. En conclusión, el año 2025 refleja una transformación profunda en el ecosistema de financiamiento cripto. Las startups muestran señales claras de reactivación y crecimiento en la captación de capital, mientras que los fondos de capital de riesgo atraviesan una fase de ajuste y consolidación, donde la eficiencia, el enfoque y la diferenciación serán claves para su supervivencia.
Esta dualidad invita a observar con atención cómo se desarrollan las estrategias de inversión y qué impacto tendrán en la consolidación del sector, anticipando un futuro donde solo las iniciativas más sólidas y las entidades más preparadas prosperarán en el competitivo escenario del capital riesgo cripto.