Wien, una ciudad que ha sido durante mucho tiempo un bastión del socialismo en Austria, ha sorprendido a muchos al mostrar un voto que se aleja de las tendencias nacionales en las recientes elecciones nacionales. En un contexto donde el escenario político en el país parece más polarizado que nunca, el resultado de las elecciones en la capital austriaca revela tanto cambios significativos como continuidades en la preferencia electoral de los ciudadanos. Las elecciones nacionales de 2024 han dejado claro que el electorado vienés no se ha dejado llevar por la corriente predominante que ha afectado a tantas otras regiones del país. A medida que los resultados preliminares se fueron dando a conocer, las cifras comenzaron a contar una historia que, aunque no del todo inesperada para los observadores más atentos, tiene implicaciones importantes para el futuro político de Österreich. El partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ) se posicionó nuevamente como el vencedor en la ciudad, con un 29,89% de los votos, marcando un aumento del 2,78% respecto a las elecciones de 2019.
Este resultado es especialmente notable en un clima donde muchos otros partidos han visto descensos significativos en su popularidad a nivel nacional. Por ejemplo, el Partido Popular Austriaco (ÖVP) se posicionó en un modesto tercer lugar con un 17,58%, experimentando una caída de 7,05%. Las razones de esta tendencia son múltiples y complejas, pero no se pueden ignorar las decisiones políticas y de liderazgo que han caracterizado la administración actual. Sin embargo, uno de los resultados más sorprendentes fue sin duda el ascenso del Partido de la Libertad (FPÖ), que logró un notable 21,16% de los votos, lo que significa un aumento de 8,33% desde hace cinco años. Este crecimiento refleja un cambio en el electorado que, al igual que en otros lugares de Europa, está buscando respuestas a las inquietudes sobre la inmigración y la seguridad.
A pesar de este aumento, la FPÖ todavía se encuentra en una posición desventajosa frente a la SPÖ en la capital, lo que también subraya las peculiaridades del electorado vienés. Las elecciones en Viena también fueron testigos de la caída de los Verdes, un partido que había disfrutado de años de favor en la ciudad. Con un 12% de los votos, los Verdes ahora enfrentan un retroceso significativo, con una pérdida de 8,69% en comparación con sus resultados en 2019. Esta debacle se agudiza aún más al notar que el partido dejó de ser la principal fuerza en varias de sus antiguas bases electorales, específicamente en los distritos del centro. En un giro que pocos esperaban, la SPÖ capitalizó este descenso, consolidando su base en zonas donde antes los Verdes eran fuertes.
Los Neos, que en Viena formaron parte de la coalición de gobierno a nivel nacional, también sufrieron un ligero crecimiento, alcanzando un 11,09%, lo que representa un aumento de 1,23% desde las últimas elecciones. Sin embargo, su desempeño sigue siendo opaco y adecuado para un partido que se consideraba durante mucho tiempo un jugador clave en la política de la ciudad. Entre las sorpresas menores de la contienda se encuentra el desempeño de otros partidos más pequeños. La queja de que las proyecciones y encuestas no han reflejado con precisión las intenciones del electorado es un punto que ha resonado en los círculos políticos. La Bierpartei, que había suscitado expectativas, logró solo un 2,11%, confirmando que los votantes en Viena tienden a priorizar a los partidos más establecidos.
Por otro lado, el KPÖ, un partido comunista, vio una leve mejora al conseguir un 3,76%, evidenciando que incluso las ideologías más marginales mantienen un pequeño pero fiel grupo de seguidores. La geografía electoral en Viena revela más sobre estas elecciones. En los tradicionales bastiones socialdemócratas, la SPÖ ha visto ganancias significativas, especialmente en distritos donde los Verdes habían dominado en el pasado. Distritos como Neubau han mostrado un notable aumento en el apoyo al SPÖ, superando incluso la barrera del 30%. Sin embargo, en las áreas periféricas y más rurales, la FPÖ ha demostrado que todavía tiene un seguimiento fuerte, siendo capaz de obtener el primer lugar en varios distritos.
Este patrón en las votaciones también señala que los ciudadanos de Viena están buscando claridad y definiciones en un momento de incertidumbre política. Las preocupaciones sobre los problemas económicos, la inmigración, y la seguridad han llevado a muchos ciudadanos a considerar a la FPÖ como una alternativa viable, aunque el apoyo a la SPÖ demuestra que la propuesta de un estado de bienestar accesible sigue teniendo eco entre los votantes. La caída de los Verdes es una noticia desalentadora para aquellos que vieron en este partido una fuerza renovadora en la política austriaca. Su incapacidad para ganar en ningún distrito y el hecho de que han dejado de ser la fuerza principal en áreas que solían ser sus baluartes, plantea serias dudas sobre su futuro en la política vienesa y, por ende, en la austriaca. Sin embargo, el enfoque ahora se dirigirá a la próxima elección municipal que se llevará a cabo en el próximo año, lo que obligará a todos los partidos a reevaluar sus estrategias y propuestas a medida que se acercan las elecciones.