El pasado evento del Milken Institute Global Conference en Los Ángeles congregó a destacados líderes políticos, financieros y expertos económicos, ofreciendo un escenario ideal para abordar temas cruciales que afectan a la economía global y, en particular, a la estadounidense. En este marco, las palabras del Secretario del Tesoro, Scott Bessent, captaron la atención de inversionistas, analistas y medios, generando tanto apoyo como críticas que vale la pena desglosar para comprender la dinámica actual y futura del panorama económico de EE.UU. Bessent centró su discurso en la importancia de políticas ligadas al comercio, recortes fiscales y desregulación para impulsar el crecimiento económico y la prosperidad en Estados Unidos. Subrayó que estos elementos serían los pilares fundamentales para fortalecer la manufactura nacional y reducir la deuda pública a niveles más sostenibles, alrededor de un 3% del PIB.
Sin embargo, destacó que, aunque el objetivo está claro, el camino y el momento preciso en que se materializarán estos resultados aún son inciertos. Esta ambigüedad ha devenido en un debate intenso con voces críticas que ponen en duda la eficacia y las consecuencias de estas medidas a corto y mediano plazo. El tema de los aranceles fue tratado de manera indirecta por Bessent, quien no ofreció un compromiso específico sobre su futuro, pero resaltó la necesidad de certidumbre para los mercados y las empresas. En el panel posterior, Jane Fraser, CEO de Citigroup, aportó una visión complementaria al señalar que un arancel del 10% podría ser más aceptable para los clientes corporativos que un 25%, pero que el elemento crucial sigue siendo la claridad y estabilidad política. Desde esta perspectiva, la incertidumbre sobre el rumbo de la política comercial genera un ambiente de cautela en las inversiones y la planificación estratégica empresarial.
Por otro lado, Rich Lesser, presidente global de BCG, ofreció recomendaciones prácticas para que las empresas se adapten a este entorno de cambio constante. Abogó por la adopción de la inteligencia artificial y el aumento de la productividad como “movimientos sin arrepentimiento” para mejorar la competitividad. Este enfoque refleja la nueva realidad donde la innovación tecnológica y la flexibilidad operativa son determinantes esenciales para enfrentar desafíos económicos globales y locales. Entre los asistentes del Milken, la actitud general fue optimista en cuanto a oportunidades de inversión, especialmente en créditos oportunistas y activos emergentes. Victor Khosla, de Strategic Value Partners, reportó un incremento significativo en su actividad durante el último año, señalando un panorama propicio para quienes buscan rentabilidad en momentos de volatilidad.
Asimismo, el lanzamiento de un ETF de Bitcoin protegido por capital por Calamos Investments, liderado por John Koudounis, ilustra cómo el respaldo y apoyo político están influyendo en la aceptación y expansión de las criptomonedas en el mercado estadounidense, incentivando a los inversores tradicionales a considerar este tipo de activos, aunque con el debido cuidado. No obstante, no todas las voces fueron positivas. Algunos críticos cuestionan la supuesta reducción de la deuda pública, señalando que las políticas actuales podrían tener efectos contraproducentes a largo plazo. Otros advierten que una excesiva desregulación y recortes fiscales podrían incrementar la desigualdad económica y debilitar las bases fiscales necesarias para sostener inversiones públicas esenciales. El propio contexto global, con mercados occidentales a la baja y un Asia con desempeño positivo, evidencia las complejidades que enfrenta EE.
UU. para mantener su liderazgo económico. Adicionalmente, el CEO de Aon, Greg Case, resaltó en el evento la importancia de entender la interconectividad de riesgos que afectan a la economía, desde las tendencias en comercio y tecnología hasta el cambio climático y la evolución de la fuerza laboral. Según Case, la colaboración entre sectores público y privado es fundamental para manejar estos riesgos de manera efectiva y aprovechar las sinergias que pueden surgir. Esta visión amplía el enfoque tradicional sobre la política económica, incluyendo aspectos más integrales que impactan directamente en el desarrollo sostenible.
Los discursos y las discusiones del Milken Institute reflejan un momento de transición y ajuste en la política económica estadounidense. Mientras que el Secretario del Tesoro Scott Bessent promueve un enfoque basado en estímulos fiscales y reducción de regulaciones para fomentar el crecimiento, sus detractores advierten sobre posibles consecuencias negativas y plantean la necesidad de estrategias más equilibradas y prudentes. A su vez, la comunidad empresarial y de inversión se orienta hacia la innovación tecnológica y la adaptabilidad como claves para navegar en un entorno global incierto. En síntesis, el evento del Milken ofreció un espacio enriquecedor para el diálogo entre múltiples actores y perspectivas, poniendo en evidencia la complejidad de las decisiones económicas en un mundo cada vez más interconectado. Las declaraciones de Bessent y las reacciones que despertaron son un reflejo del debate más amplio en torno al futuro económico de Estados Unidos, donde la búsqueda de crecimiento económico debe equilibrarse con la gestión de riesgos, la certidumbre política y la inclusión social.
Este análisis es fundamental para cualquier interesado en entender las fuerzas que moldean las políticas económicas actuales y futuras del país.