Skechers, la reconocida marca de calzado originaria de Manhattan Beach, California, ha anunciado un cambio fundamental en su estructura corporativa al pasar a ser una empresa privada después de que la firma de inversión neoyorquina 3G Capital acordara una adquisición valorada en 9.400 millones de dólares. Este significativo acuerdo, que se espera se cierre en el tercer trimestre del año, representa un paso estratégico importante para Skechers en un momento de incertidumbre económica global y creciente tensión en las relaciones comerciales internacionales. Antes de esta operación, Skechers alcanzaba una valoración de mercado aproximada de 7.400 millones de dólares.
La oferta de compra de 3G Capital implica un precio por acción de 63 dólares, considerando ambas clases de acciones que componen el capital social de la empresa. El anuncio de esta adquisición provocó un aumento del 25% en el precio de las acciones el día del comunicado, aunque la firma había experimentado una caída del 28% desde el inicio del año hasta ese momento, reflejando un contexto de volatilidad y preocupación entre los inversores. Skechers es una marca con un legado que se remonta a décadas atrás, conocida por sus diseños innovadores, enfoque en la comodidad y precios accesibles que la han posicionado como una favorita entre consumidores que buscan calzado deportivo y para caminar. La empresa ha demostrado una capacidad notable para reinventarse y adaptarse, lo cual es crucial en el entorno competitivo del retail y la moda deportiva. 3G Capital, por su parte, manifestó su entusiasmo y respeto por la trayectoria de Skechers, destacando el espíritu creativo y la visión de su equipo directivo, con el fin de impulsar la próxima etapa en la historia de la compañía.
Este movimiento hacia la privatización se produce tras la decisión de Skechers de no emitir una guía formal de beneficios anuales en abril, citando la “incertidumbre macroeconómica derivada de las políticas comerciales globales.” Esta cautela responde a un contexto desafiante, especialmente por la imposición de aranceles agresivos por parte de la administración estadounidense, encabezada por el expresidente Donald Trump, que aplicó un gravamen del 145% a productos importados desde China. Una parte considerable del calzado de Skechers, aproximadamente un 40%, se fabrica en China y Vietnam, dos países que se han visto directamente afectados por disputas comerciales y tarifas arancelarias que encarecen significativamente los costos de importación. Estas medidas han generado un efecto cascada que impacta tanto en la cadena de suministro como en los precios finales al consumidor, dificultando la operativa de muchas compañías que dependen de estos mercados y creando presión sobre los márgenes de ganancia. En respuesta a este panorama, Skechers ha adoptado diversas medidas para mitigar estos impactos, como la negociación con proveedores para reducir costos y el ajuste de precios en sus productos.
Sin embargo, el entorno sigue siendo complejo, con fluctuaciones constantes en términos de política comercial y económica global que afectan la confianza y el comportamiento del consumidor. Desde la perspectiva de analistas y expertos, reducir la exposición al mercado público presenta ciertas ventajas para empresas como Skechers. La privatización permite una mayor flexibilidad para reestructurar estrategias sin la presión de los ciclos trimestrales y la volatilidad que caracterizan a los mercados bursátiles. Lloyd Greif, banquero de inversiones con vínculos cercanos al CEO de Skechers, Robert Greenberg, comentó que en tiempos de shocks económicos en la industria de productos de consumo, optar por no cotizar en bolsa puede contribuir a manejar mejor los desafíos, facilitando una reorientación hacia el crecimiento sostenible. Un aspecto clave para Skechers en esta nueva etapa será la reorganización de su cadena de suministro.
La situación actual obliga a evaluar alternativas para diversificar las fuentes de producción y minimizar riesgos relacionados con conflictos comerciales. El objetivo es mantener la competitividad mientras se protege la rentabilidad ante eventuales escenarios de tarifas más restrictivas o perturbaciones logísticas. Los resultados financieros recientes de Skechers muestran un crecimiento positivo en ventas, con un récord trimestral reportado en el mes previo al anuncio de la compra, alcanzando los 2.410 millones de dólares, lo que representa un incremento superior al 7% respecto al mismo periodo del año anterior. Las ventas anuales en 2024 totalizaron 8.
970 millones de dólares, con 27 millones de unidades vendidas. No obstante, los beneficios netos tuvieron una ligera disminución del 2% llegando a los 202,4 millones en el último trimestre, reflejando las presiones de costos y otros factores económicos. El movimiento de Skechers contrasta con algunas dificultades que han enfrentado otros gigantes del sector, como Nike, que ha experimentado una caída en las ventas y en el valor de sus acciones, y que recientemente nombró a un nuevo CEO para intentar revertir su situación. Mientras tanto, Skechers, con su enfoque en la comodidad, precios asequibles y adaptabilidad, parece estar posicionándose para resistir mejor las fluctuaciones del mercado y las crisis económicas. En el escenario global, la industria del calzado está navegando una transformación marcada por cambios en hábitos de consumo, mayor conciencia sobre la sustentabilidad, y avances tecnológicos aplicados al diseño y producción.
La privatización permite a Skechers ajustar sus recursos y estrategias de innovación con mayor agilidad, sin el escrutinio constante de los accionistas públicos. Además, la alianza con 3G Capital abre la puerta a un mayor respaldo financiero y operativo que podría potenciar la expansión internacional de la marca. La firma inversora es reconocida por su historial de adquisiciones exitosas y manejo eficiente de empresas, lo cual puede traducirse en sinergias y una sólida visión a largo plazo para Skechers. En conclusión, la decisión de Skechers de pasar a ser una compañía privada mediante un acuerdo multimillonario con 3G Capital refleja una respuesta estratégica ante un entorno comercial y económico global lleno de incertidumbres y desafíos, desde las tensiones en la guerra comercial entre Estados Unidos y China hasta la fluctuación en la demanda del consumidor. La operación permite a Skechers ganar flexibilidad, reducir presiones financieras y enfocarse en reformas internas necesarias para seguir creciendo y adaptándose en un mercado en constante evolución.
Este cambio significa no solo el fin de una era como empresa pública sino el inicio de una nueva etapa para Skechers, que con una base sólida y el respaldo de una firma experta, puede consolidar su posición como uno de los principales protagonistas en la industria del calzado mundial durante los próximos años.