El ecosistema Ethereum está inmerso en una fase crucial de evolución tecnológica que apunta a consolidar la escalabilidad, seguridad y eficiencia en su red. En este contexto, Kakarot, una startup respaldada por Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, y StarkWare, empresa líder en soluciones de escalabilidad, ha presentado un enfoque alternativo para la generación de pruebas de conocimiento cero (ZK) orientado a Ethereum, con miras a implementar pruebas STARK en tiempo real en la capa base (Layer 1) para finales de 2025. Las pruebas de conocimiento cero han revolucionado la manera en la que las redes blockchain verifican la validez de las operaciones sin necesidad de revelar información sensible. Esto es fundamental para Ethereum, que desde su hoja de ruta para 2028 aspira a ser una blockchain completamente validada mediante tecnologías ZK, aumentando drásticamente la privacidad y eficiencia del sistema. Kakarot emerge como un jugador distintivo en este escenario, aportando no solo una solución tecnológica robusta, sino también un compromiso con la diversificación del ecosistema ZK-EVM por medio de una pila tecnológica diferente.
Kakarot ha desarrollado una implementación funcional del Ethereum Virtual Machine (EVM) utilizando Cairo, el lenguaje nativo ZK creado por StarkWare para construir sistemas basados en STARK. Esta integración con la infraestructura probadora de StarkWare permite que Kakarot entregue pruebas cripto-gráficas de los bloques Ethereum en tiempo real, lo que representa un hito significativo. Según Clement Walter, cofundador y CTO de Kakarot, la intención es lograr que cada bloque, generado cada 12 segundos en Ethereum, pueda ser probado mediante un STARK en un lapso inferior, aproximadamente ocho segundos, superando así la velocidad de producción de bloques y garantizando una validación casi instantánea. Este enfoque independiente y zk-nativo marca una importante diferencia frente a las soluciones tradicionales, que suelen basarse en una misma implementación del EVM, usando RISC-V como conjunto de instrucciones y Plonky3 como probador principal. Estas plataformas tienden a generar una dependencia tecnológica única que Kakarot identifica como una vulnerabilidad estratégica, ya que la falta de diversidad puede derivar en riesgos mayores en caso de fallas o ataques.
La apuesta por Cairo y la infraestructura de StarkWare, por lo tanto, no solo responde a una búsqueda por eficiencia, sino también por resiliencia y innovación añadida a la robustez del ecosistema. El reconocimiento de esta estrategia ha sido compartido por figuras clave dentro de Ethereum, como el investigador Justin Drake de la Ethereum Foundation, quien destaca que la diversidad de clientes ZK-EVM puede fortalecer la «robustez de la snarkificación», asegurando que incluso si algún cliente presenta errores, el sistema global mantiene su integridad y seguridad. El propio Eli Ben-Sasson, cofundador y CEO de StarkWare, ha expresado su confianza en que Kakarot será un referente en la carrera hacia las pruebas ZK en tiempo real, subrayando que la utilización de un lenguaje ZK-nativo representa una ventaja competitiva definitiva. Además, enfatiza que la llegada de una pila alternativa para Ethereum constituye un paso fundamental hacia la tan esperada diversidad tecnológica, elemento necesario para que la promesa de las pruebas ZK sea realmente sostenible y resistente. Esta propuesta surge en un momento en que Vitalik Buterin también ha planteado una transformación ambiciosa para Ethereum, proponiendo la adopción de la arquitectura RISC-V para reemplazar el bytecode tradicional del EVM.
Este cambio radical, según Buterin, podría aumentar exponencialmente la escalabilidad y abaratar hasta cien veces los costos de ejecución on-chain en ciertos casos. Aunque Vitalik sostiene que los contratos construidos con la vieja EVM seguirán siendo compatibles e interoperables con los nuevos contratos RISC-V, Kakarot toma una postura prudente pero innovadora, argumentando que el desarrollo de un sistema específico y optimizado desde cero resulta más beneficioso que apresurarse a adoptar tecnologías existentes que no fueron diseñadas originalmente para Ethereum. El proyecto Kakarot, con sede en París y un equipo de apenas diez personas, ha evolucionado rápidamente desde sus inicios como un proyecto comunitario que codificaba opcodes de Ethereum en Cairo hasta convertirse en una startup con una financiación que asciende a seis millones de dólares, obtenida de diversos inversionistas expertos en el mundo cripto, incluyendo a sus fundadores destacados. Todo esto ocurre en un momento clave para Ethereum, que se prepara para su actualización Pectra del mainnet, prevista para mayo de 2025, enfocada en mejorar la experiencia de usuario, la escalabilidad de las rollups y aumentar el límite superior para las participaciones de validadores, elementos que complementan la visión de un Ethereum más eficiente, seguro y preparado para la adopción masiva. La innovación de Kakarot no solo contribuye al avance tecnológico, sino que también tiene implicaciones profundas para el ecosistema Ethereum.
Al diversificar las tecnologías ZK-EVM, se generan nuevas opciones para desarrolladores y usuarios que requieren optimizaciones específicas según sus necesidades, aumentando la competencia saludable entre proyectos y estimulando la investigación y desarrollo. Esta competencia garantiza que Ethereum no dependa exclusivamente de una única solución técnica, mitigando riesgos y fomentando la resiliencia frente a posibles vulnerabilidades. En cuanto a la comunidad de desarrolladores de Ethereum, la aparición de una pila alternativa como Kakarot abre las puertas a diferentes enfoques para crear aplicaciones descentralizadas y contratos inteligentes que pueden aprovechar la eficiencia de las pruebas STARK en tiempo real. La adopción de Cairo como lenguaje base facilita la integración con la infraestructura de StarkWare y permite a los desarrolladores explorar nuevas funcionalidades y optimizaciones que no serían posibles con las pilas tradicionales. Además, los beneficios tangibles para los usuarios de Ethereum son significativos.
La reducción del tiempo necesario para validar bloques implica una mayor velocidad en la confirmación de transacciones, lo que se traduce en una mejor experiencia en aplicaciones DeFi, NFTs y otras plataformas construidas sobre Ethereum. También se mejora la seguridad y la privacidad, ya que las pruebas ZK permiten validar sin revelar detalles sensibles, un requisito cada vez más demandado en el panorama actual. A nivel estratégico, el avance de Kakarot fortalece la posición de Ethereum en la carrera por convertirse en la blockchain pública más escalable y segura. Su ambición de comenzar a probar bloques Layer 1 en tiempo real mediante STARKs antes de que concluya 2025 sitúa a la red en la vanguardia tecnológica, alineándose con los objetivos ambiciosos planteados para 2028 y más allá. En resumen, Kakarot representa una propuesta disruptiva y necesaria dentro del ecosistema Ethereum.
Su enfoque diferencial basado en un lenguaje zk-nativo y una pila independiente contribuye a la diversificación, seguridad y eficiencia de las soluciones ZK-EVM. Respaldado por figuras prestigiosas como Vitalik Buterin y StarkWare, el proyecto promete no solo impulsar la escalabilidad y velocidad de Ethereum, sino también sentar precedentes para futuras innovaciones en tecnología blockchain. La consolidación de Kakarot dentro del espacio cripto podría afectar positivamente la percepción y adopción de Ethereum, brindando mayor confianza a desarrolladores, instituciones y usuarios finales. En un mundo donde la competencia entre blockchains es intensa, esta clase de avances tecnológicos refuerzan la relevancia y sostenibilidad a largo plazo de Ethereum como plataforma líder. A medida que se acerca el final de 2025, el sector estará atento a los progresos de Kakarot en su objetivo de implementar las pruebas de bloques en tiempo real.
Su éxito marcará un antes y un después en la forma en que las cadenas de bloques públicas gestionan la validación y certificación, abriendo camino a una nueva era de eficiencia, seguridad y descentralización otimizada.