En el corazón de la exuberante selva panameña, un castillo se alza entre la neblina y los árboles imponentes, creando una atmósfera mágica y un tanto surrealista. Este castillo, conocido como Bambuda Castle, no solo es una curiosidad arquitectónica, sino un refugio acogedor para aquellos que buscan una experiencia única en Boquete, una región famosa por su belleza natural y su creciente atractivo turístico. Decidí pasar dos noches en una de las peculiares casas diminutas de la propiedad, una decisión que resultó ser un viaje encantador, lleno de descubrimientos y maravillas. Bambuda Castle, que alguna vez fue una residencia privada, ha sido transformado en un hotel accesible, dirigido por un par de canadienses que han encontrado el equilibrio perfecto entre la aventura y la comodidad. Al llegar a la cima de la empinada carretera que conduce al castillo, quedé impresionada por la arquitectura inusual que se erguía en medio de la selva.
La vasta propiedad incluye habitaciones compartidas, cabañas, y cuatro diminutas casas inspiradas en los hobbits, donde elegí pasar mis dos noches. Tras registrarme y recibir la llave de mi casa diminuta, un sendero adornado con flores vibrantes y árboles frondosos me guió hacia mi alojamiento. El aroma fresco de la vegetación y el canto de las aves me rodeaban, haciéndome sentir como si hubiera sido transportada a un cuento de hadas. Esta casa diminuta no solo era un lugar donde dormir, sino un refugio que prometía una conexión íntima con la naturaleza. Al acercarme, la casa se presentaba con un exterior cubierto de suave hierba, casi camuflándose con el entorno verde que la rodeaba.
Este diseño, aunque peculiar, era parte del encanto de la propiedad y parecía brindarle vida propia. En cuanto abrí la puerta deslizante, fui recibida con un espacio acogedor que albergaba una cama queen, dos mesitas de noche y una pequeña mesa ideal para disfrutar de un café matutino mientras contemplaba el paisaje. El interior era sencillo pero rústico, con detalles en madera y piedra que recordaban a las fábulas que leía de niña. Miré por la ventana y no pude evitar admirar la vista: montañas verdes que se alzaban hacia el cielo y campos de café que se extendían a la vista. La ubicación del hogar diminuto permitió que la belleza del entorno penetrara incluso en el espacio interior, creando una atmósfera envolvente y relajante.
Lo que realmente me sorprendió fue el baño, un pequeño refugio con una ducha de piedra y un lavabo de madera que ofrecía un toque natural y auténtico. Cada detalle parecía haber sido cuidadosamente diseñado para mantener la conexión con la naturaleza, lo que hacía que la experiencia fuera aún más especial. Sabía que había elegido bien al optar por esta casa diminuta; era un lugar que me hacía sentir en armonía con el mundo que me rodeaba. Después de instalarme, decidí explorar más de Bambuda Castle. La propiedad no solo ofrecía alojamientos únicos, sino también áreas comunes donde los huéspedes podían relajarse y socializar.
Encontré un comedor con mesas de estilo comunitario, donde se servían deliciosas comidas, y una amplia terraza con vistas al paisaje circundante. La atmósfera era vibrante, llena de risas y conversaciones amistosas entre viajeros de diferentes rincones del mundo. Un punto culminante de mi estancia fue la oportunidad de conocer a otros huéspedes que compartían historias sobre sus aventuras en Panamá. Muchos de ellos habían viajado a Boquete atraídos por la fama de sus plantaciones de café y la variedad de actividades al aire libre que ofrecía la región. Desde caminatas en la selva hasta catas de café, había algo para todos.
A pesar de que no realicé ninguna excursión organizada durante mi visita, la propiedad ofrecía una variedad de opciones que incluían deportes de aventura como el rafting en aguas blancas y excursiones a los jardines de café. Me prometí a mí misma volver y explorar más a fondo este paraíso escondido. Durante mis días en Boquete, no pude resistirme a salir y disfrutar del aire fresco y templado que caracteriza a la región. Dedicaba mis mañanas a pasear por los senderos que rodeaban el castillo, sintiendo cómo el sol se filtraba a través de las hojas y disfrutando el canto de los pájaros que me acompañaban en mi travesía. La combinación de la tranquilidad del entorno y la belleza natural era un bálsamo para el alma.
Al caer la tarde, regresaba a mi hogar diminuto, donde me recostaba y contemplaba el atardecer desde mi pequeño patio. El cielo se teñía de tonos naranjas y morados, creando una paleta de colores que deslumbraba los sentidos. Cada puesta de sol parecía ser un recordatorio de la belleza que el mundo tiene para ofrecer, algo que siempre había anhelado experimentar de manera más intensa. Con el pasar de los días, la sensación de conexión con la naturaleza se hacía más profunda. No solo apreciaba el entorno, sino que comenzaba a valorar la simplicidad en mi vida diaria.
Las noches en la casa diminuta eran tranquilas; el suave murmullo de la selva y el crujido de las hojas eran mis únicos compañeros mientras me sumía en un sueño reparador. Antes de regresar a casa, me tomé un momento para reflexionar sobre mi estancia en Bambuda Castle. No solo había disfrutado de un refugio acogedor en una casa diminuta, sino que también había experimentado una conexión con la naturaleza que revitalizaba mi espíritu. La combinación de aventura, belleza y sencillez me invitaba a soñar con nuevas escapadas y recuerdos por crear. Antes de despedirme de este mágico lugar, prometí volver a explorar más de Panamá y su vasta diversidad de paisajes.
El viaje me había mostrado que a veces, los mejores momentos son aquellos que se viven en un entorno natural, rodeado de belleza y simplicidad. Así, con el corazón lleno de gratitud y la mente repleta de nuevos sueños, dejé Bambuda Castle, con la expectativa de mis próximas aventuras.