En mayo de 2025, el Ministerio de Comunicación y Digital de Indonesia tomó la decisión de suspender las operaciones de la aplicación Worldcoin, un innovador proyecto de criptomoneda impulsado por Sam Altman, CEO de OpenAI. La medida responde a inquietudes sobre la seguridad y la legalidad de la aplicación, que se volvió viral en redes sociales cuando cientos de personas en Indonesia se formaron para escanear su retina y obtener recompensas monetarias a cambio. Este fenómeno ha abierto un debate central sobre la protección de datos personales, especialmente en el contexto de tecnologías emergentes que utilizan información biométrica. Worldcoin es un proyecto que combina criptomonedas con verificación de identidad a través de escaneo biométrico, particularmente mediante la captura de la retina del usuario para crear una World ID, que funciona como identidad digital única en el ecosistema de esta criptomoneda. La idea promete una forma segura y descentralizada de autenticar usuarios, facilitando transacciones y acceso a servicios digitales mediante esta nueva identidad criptográfica.
Sin embargo, esta innovación ha encontrado resistencia debido a las dudas sobre la protección de la privacidad y el riesgo de potenciales abusos o filtraciones de datos sensibles. El Ministerio de Comunicación y Digital de Indonesia, liderado por la ministra Meutya Viada Hafid, fundamentó la suspensión en dos motivos principales. Primero, se basó en denuncias y comentarios de la ciudadanía, que expresaron preocupación por la recolección masiva y no regulada de datos biométricos a cambio de incentivos económicos. Esto despertó temores sobre la posible exposición y mal uso de información personal que, en este caso, es extraordinariamente sensible por estar relacionada con la retina, un dato irreversible y único de cada individuo. En segundo lugar, la autoridad identificó que World App, la plataforma detrás de Worldcoin, no contaba con todos los permisos necesarios, incumpliendo regulaciones nacionales que obligan a los proveedores de servicios digitales a registrarse y operar bajo supervisión formal.
Según la legislación indonesia, particularmente el Reglamento Gubernamental Número 71 de 2019 y la Regulación Ministerial Número 10 de 2021, todo servicio digital que maneje datos electrónicos debe estar debidamente registrado y regulado para garantizar la seguridad y protección de los usuarios. La proliferación viral de la aplicación en Indonesia generó filas masivas en varias ciudades, debido al atractivo incentivo económico que ofrecían. Los usuarios recibían sumas equivalentes a entre 200 mil y 800 mil rupias a cambio de escanear sus retinas. Esta rápida adopción, sin embargo, fue una señal de alerta para las autoridades, dado que sucedió sin la claridad necesaria sobre los protocolos de seguridad ni la transparencia en el manejo de datos personales. La ministra Meutya Viada Hafid admitió que el Ministerio aún no ha tenido contacto directo con los representantes de Worldcoin, pero afirmó que en breve llevarán a cabo reuniones para obtener explicaciones claras sobre el funcionamiento, uso de la tecnología biométrica y la legalidad de sus actividades en el país.
Además, enfatizó que la congelación de las operaciones permanecerá vigente hasta que la empresa pueda responder satisfactoriamente a estas inquietudes regulatorias y de privacidad. Los riesgos potenciales de la utilización de datos biométricos en aplicaciones como Worldcoin son múltiples. Una de las mayores preocupaciones es que, a diferencia de las contraseñas o números de identificación, la información biométrica no puede cambiarse si se ve comprometida. Esto hace que la protección y el manejo ético de este tipo de datos sean una prioridad absoluta para evitar vulnerabilidades que pudieran suponer fraudes, robo de identidad o violaciones a derechos fundamentales. A nivel global, la problemática de Worldcoin no es exclusiva de Indonesia.
Otros países también han manifestado inquietudes similares, generando políticas restrictivas ante la operación de esta aplicación. Esto indica un marco de debate internacional sobre el equilibrio entre innovación tecnológica y la salvaguarda de la privacidad y derechos digitales. La controversia refleja los desafíos que enfrentan las innovaciones disruptivas que, si bien pueden ofrecer soluciones revolucionarias, deben operar dentro de un marco regulatorio claro y respetuoso con las normas internacionales de protección de datos. El Director General de Supervisión del Espacio Digital en Indonesia, Alexander Sabar, subrayó que la medida de congelar la aplicación fue una acción preventiva, destinada a evitar riesgos mayores para los usuarios y la seguridad nacional del espacio digital. La supervisión constante del ecosistema digital es crucial para mantener un ambiente seguro, confiable y justo para todos los ciudadanos.
Asimismo, se ha hecho un llamado a la participación activa de la ciudadanía para reportar cualquier servicio digital sospechoso o que opere sin las debidas autorizaciones. Este enfoque colaborativo entre autoridades y usuarios busca fomentar una cultura de vigilancia y prevención que permita detectar y mitigar posibles abusos o irregularidades a tiempo. Por otro lado, la suspensión también plantea reflexiones importantes respecto a la aceptación social y la educación digital en torno a nuevas tecnologías en mercados emergentes. Muchos usuarios, atraídos por la recompensa económica inmediata, pueden no ser plenamente conscientes de los riesgos asociados con la entrega de datos biométricos. Este panorama revela la necesidad de una mayor alfabetización digital y campañas informativas que expliquen claramente los beneficios, riesgos y derechos que los usuarios tienen frente a plataformas similares.