En un contexto marcado por fluctuaciones en el mercado energético y tensiones económicas globales, Chevron, la segunda mayor productora de petróleo en Estados Unidos, ha dado a conocer sus resultados financieros del primer trimestre de 2025, cumpliendo con las estimaciones de ganancias previstas por los analistas de Wall Street. Sin embargo, la compañía también anunció una importante reducción en el volumen de recompra de acciones que realizará durante el segundo trimestre de este año, una medida que refleja las incertidumbres a las que se enfrenta la industria petrolera en medio de la volatilidad de los precios del crudo y un entorno económico global desafiante. Durante los primeros tres meses del año, Chevron logró reportar ganancias ajustadas por un total de 3.8 mil millones de dólares, lo que equivale a 2.18 dólares por acción, cifras que coincidieron con las expectativas de los analistas según datos de LSEG.
Esta estabilidad en los ingresos es particularmente notable en un escenario donde la empresa ha tenido que lidiar con una caída significativa en los precios del crudo desde abril, afectada por decisiones políticas y movimientos estratégicos del mercado internacional. Uno de los factores que más ha impactado en el mercado petrolero ha sido el anuncio inesperado de la administración del expresidente Donald Trump sobre la imposición de aranceles generalizados a partir del 2 de abril, una medida que ha suscitado preocupación sobre el crecimiento económico mundial y, por ende, sobre la demanda de energía. Este ajuste en las políticas comerciales internacionales ha generado presión a la baja en los precios del petróleo, un fenómeno que, combinado con la decisión de OPEC+ de aumentar la producción, ha provocado que los precios del petróleo alcancen su nivel más bajo en cuatro años. Esta situación ha llevado a Chevron a reevaluar sus estrategias de recompra de acciones, un mecanismo que históricamente ha sido clave para atraer inversionistas y fortalecer la confianza en el valor de sus acciones. En vez de seguir el rango previamente establecido, la compañía ha decidido reducir la cantidad de acciones que planea recomprar durante 2025, fijando el rango de recompra entre 11.
5 y 13 mil millones de dólares, lo que está en el extremo inferior de su estimado inicial de entre 10 y 20 mil millones. Eimear Bonner, directora financiera de Chevron, indicó en una entrevista que a pesar de esta reducción, la compañía sigue comprometida con la recompra significativa de sus acciones, acompañada de un crecimiento en los dividendos que supera al de sus competidores en el sector. Durante el primer trimestre, Chevron desembolsó aproximadamente 3 mil millones de dólares en dividendos y recompró 3.9 mil millones en acciones, cifras robustas que muestran la salud financiera de la empresa, aunque ajustadas a nuevos desafíos. La producción global de petróleo de Chevron se mantuvo estable con un volumen de 3.
35 millones de barriles equivalentes por día, igualando los niveles registrados en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, las ganancias provenientes de la producción de petróleo y gas mostraron una caída, situándose en 3.76 mil millones de dólares, frente a los 5.24 mil millones reportados en el primer trimestre de 2024. Este descenso se debe principalmente a los menores precios del crudo y mayor presión sobre los márgenes de la industria.
En contraste, el área de refinación de Chevron mostró signos de recuperación luego de experimentar en el trimestre previo la primera pérdida en operaciones downstream en cuatro años. Esta mejora añade un matiz positivo a los resultados globales, dado que el procesamiento de productos petrolíferos es un componente estratégico para la rentabilidad y diversificación de la empresa. Durante la llamada de presentación de resultados con analistas, un tema recurrente fue la producción en áreas geopolíticamente sensibles como Kazajistán y Venezuela. Kazajistán ha excedido consistentemente sus cuotas de producción bajo el acuerdo OPEC+, lo que coloca a Chevron en una posición delicada respecto a su participación en el campo petrolífero de Tengiz. Por otro lado, las operaciones en Venezuela están bajo presión tras las órdenes de la administración Trump para reducir actividades en dicho país, complicando los planes de expansión y producción en esa región.
El entorno actual de bajos precios del crudo ha provocado que la industria petrolera enfrente dudas sobre su capacidad para mantener políticas atractivas para los inversionistas, incluyendo el pago de dividendos elevados y programas agresivos de recompra de acciones. Estas estrategias han sido fundamentales para Big Oil a la hora de asegurar la confianza del mercado y mantener la valoración accionaria, pero deberán adaptarse a una realidad donde la fluctuación del precio del petróleo y la incertidumbre económica global obligan a una gestión más prudente del capital. La decisión de Chevron de reducir su guía de recompra de acciones es también indicativa de un enfoque hacia la preservación de liquidez, garantizando así que la empresa pueda mantener la capacidad de inversión en áreas clave sin sacrificar la estabilidad financiera. Esta medida refleja un equilibrio estratégico entre recompensar a los accionistas y preparar a la compañía para enfrentar posibles turbulencias económicas. En el mercado bursátil, la reacción tras el reporte fue positiva, con un incremento en el precio de las acciones de Chevron del 1.
4% durante la sesión de la tarde. Este aumento señala que, a pesar de los desafíos y la reducción en recompras, los inversionistas valoran el cumplimiento de las expectativas de ganancias y la eficacia operativa demostrada por la empresa. En conclusión, Chevron se encuentra en un punto crítico donde debe equilibrar la necesidad de mantener atractivos rendimientos para sus accionistas con la prudencia financiera necesaria para navegar un mercado energético global en transformación. La disminución en la recompra de acciones es una señal clara de que la compañía está ajustando sus prioridades estratégicas en respuesta a la caída de los precios del petróleo y a las condiciones macroeconómicas, sin perder de vista su compromiso con la estabilidad financiera y el crecimiento sostenible. De cara al futuro, será fundamental monitorear cómo Chevron continúa adaptándose a las presiones externas, incluyendo las políticas internacionales, el comportamiento de OPEC+ y las tensiones geopolíticas en regiones clave.
Estos factores seguirán influyendo en sus resultados y en la confianza que pueda generar entre inversionistas y mercados. La capacidad de la compañía para innovar, mantener la eficiencia y responder ágilmente a las condiciones cambiantes del mercado será determinante para su éxito y crecimiento en los próximos años.