La historia de Sharon Price John es un testimonio poderoso de cómo la perseverancia, la pasión por aprender y la visión estratégica pueden transformar una carrera profesional, incluso cuando sus inicios parecen humildes. Actualmente, Price John es la directora ejecutiva de Build-A-Bear Workshop, una de las marcas de juguetes más emblemáticas y valoradas del mundo, que reporta ingresos cercanos a los 486 millones de dólares. Sin embargo, pocos saben que sus primeros trabajos fueron muy lejanos a las oficinas corporativas o las mesas de juntas. De hecho, su recorrido profesional empezó detrás de la ventanilla de un McDonald’s, donde coordinaba pedidos y entregaba hamburguesas y papas fritas a los clientes. Este inicio, aparentemente simple, sembró las bases para la líder que es hoy.
En una entrevista con Fortune, Sharon rememoró con cariño esas experiencias de juventud en Tennessee, donde no solo perfeccionaba sus habilidades en servicio al cliente, sino que desarrollaba la capacidad de coordinación y liderazgo que más adelante serían esenciales. “Era una maestra, y me encantaba porque tenía los auriculares. En la ventanilla del drive-thru, puedes dar órdenes a todos, así que eso definitivamente estaba a mi velocidad”, recordó con una sonrisa. Es precisamente esta actitud proactiva y su habilidad para gestionar equipos lo que moldeó muchos de sus métodos de liderazgo actuales. Después de su paso por McDonald’s, Price John exploró una diversidad de trabajos en su ciudad natal de Fayetteville.
Desde el arte floral en una florería local hasta la venta de boletos en un teatro y la atención en restaurantes, acumuló experiencias valiosas que aún utiliza en la gestión de relaciones, atención al cliente y mercadotecnia. Este varado de roles le permitió entender diferentes industrias y cómo conectar con diversos públicos, un atributo crucial para llevar adelante marcas en mercados competitivos. Su educación en la Universidad de Tennessee complementó su formación práctica con bases académicas sólidas, lo que le abrió la puerta hacia la industria publicitaria. La joven Price John estaba decidida a ingresar a una agencia de publicidad prestigiosa en Nueva York, un sueño retador pero alcanzable. Para lograrlo, dedicó una semana de vacaciones de su empleo en Knoxville y viajó a Manhattan con una agenda ambiciosa: realizar 15 entrevistas, tres por día, para maximizar sus posibilidades de éxito.
La perseverancia rindió frutos cuando firmó con DDB Needham, uno de los gigantes de la publicidad, tras una entrevista final que le ofreció el trabajo al instante. Ella misma comenta que desconocer las bajas probabilidades a veces juega a favor. “Cuando no sabes que las probabilidades son ridículamente imposibles, crees en la posibilidad, y con esa creencia realmente inclinas las probabilidades a tu favor”, comentó. Esta filosofía no solo explica su salto a la publicidad, sino también la resiliencia que mostró después cuando enfrentó uno de los mayores retos en su carrera. En 2013, Sharon Price John aceptó el desafío de tomar las riendas de Build-A-Bear Workshop, una empresa con una rica historia pero afectada por la llamada “apocalipsis del retail” de los años 2010 que azotó muchas cadenas de tiendas físicas.
En ese momento, Build-A-Bear atravesaba una pérdida de 49 millones de dólares en utilidades y una caída significativa en sus tiendas tradicionales. La situación demandaba un liderazgo capaz de reinventar el modelo de negocio y conectar con las nuevas tendencias de los consumidores. Uno de los primeros reconocimientos que Price John hizo fue aceptar que el mundo había cambiado para el retail y que no era posible regresar a las viejas fórmulas. Bajo su dirección, Build-A-Bear inició una transformación enfocada en la experiencia del cliente, la innovación digital y la diversificación de productos y canales. Su experiencia en grandes compañías de juguetes como Mattel y Hasbro le proporcionó conocimientos esenciales sobre cómo funciona esta industria, permitiéndole tomar decisiones estratégicas acertadas para el relanzamiento de la marca.
Una de sus estrategias incluyó potenciar la personalización y la interacción, valores centrales de Build-A-Bear que buscaban captar no solo a niños, sino a familias completas y coleccionistas, generando así una base sólida y comprometida. Además, amplió acuerdos de licencias con franquicias populares y expuso la marca a nuevas plataformas tecnológicas, incluyendo experiencias en línea y redes sociales que conectaban con las generaciones digitales. Gracias a estas maniobras, Build-A-Bear no solo recuperó terreno sino que logró posicionarse como un referente del sector del juguete con ingresos que alcanzan casi los 500 millones de dólares. La visión de Sharon Price John se centró en un liderazgo humano, cercano y adaptativo, que supo aprender de cada paso, desde el drive-thru hasta las más complejas negociaciones corporativas. El caso de Sharon es un ejemplo palpable de cómo las habilidades adquiridas en trabajos aparentemente modestos pueden ser fundamentales para el éxito empresarial.
La experiencia en atención al cliente, coordinación bajo presión y contacto directo con el público la prepararon para liderar equipos grandes y manejar situaciones adversas con firmeza. Hoy, sus enseñanzas inspiran no solo a emprendedores y profesionales de la industria del juguete, sino a cualquier persona que busque escalar en su carrera a través de la dedicación y la visión a largo plazo. En un mercado tan competitivo y cambiante como el actual, la historia de Sharon Price John resalta valores esenciales: adaptabilidad, empatía, innovación y determinación. Su trayectoria, desde las ventanillas de McDonald’s hasta la cima de un imperio de juguetes, demuestra que el éxito no es cuestión de inicio, sino de cómo se aprovechan las oportunidades y se enfrenta a los retos con optimismo y estrategia. Para quienes sueñan con dejar huella en el mundo empresarial, el ejemplo de Price John muestra que no hay camino único ni fórmula mágica.
Es la combinación de experiencias diversas, el gusto por aprender de cada situación y el deseo de superar límites lo que realmente marca la diferencia. Build-A-Bear es hoy un símbolo de esa transformación y de la capacidad humana para reinventarse y liderar con propósito, todo gracias a una mujer que una vez comandó órdenes desde una pequeña ventanilla de drive-thru y que nunca dejó de creer en su potencial.