En la era digital actual, la protección de la privacidad y los datos personales se ha convertido en una preocupación fundamental para millones de usuarios alrededor del mundo. Meta, la empresa matriz de redes sociales como Facebook, Instagram y WhatsApp, ha dado un paso importante que afecta directamente la privacidad de sus usuarios al anunciar que comenzará a utilizar los datos privados de estos para entrenar sus modelos de inteligencia artificial (IA). Este cambio ha generado alarma y valoraciones contrapuestas entre quienes defienden el avance tecnológico y quienes consideran que sus derechos a la privacidad están en riesgo. Afortunadamente, y especialmente para los residentes de Europa que están protegidos por el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), existe la posibilidad de optar por no participar en este tipo de recopilación de datos. Conocer y entender el proceso para optar fuera de esta política es fundamental para mantener el control sobre la información personal y tecnológica que compartimos diariamente.
Meta se basa en un modelo de negocio que aprovecha la información generada a partir de las interacciones, mensajes, imágenes y otros datos de sus usuarios para perfeccionar sus productos y desarrollar nuevas tecnologías. La reciente ampliación para incluir estos datos en el entrenamiento de sus IA significa que toda la información que los usuarios comparten, incluso de manera no explícita, podría alimentar algoritmos que definirán servicios futuros, perfiles personalizados o productos que ni siquiera se han lanzado todavía. Para los usuarios de Facebook, el proceso para desactivar esta opción comienza accediendo a la configuración de la cuenta. Ingresar a la sección "Configuración y privacidad", luego a "Centro de privacidad" y desde allí a "Temas de privacidad" permite encontrar la opción específica relacionada con la Inteligencia Artificial en Meta. Ahí es posible presentar una solicitud formal de objeción para que los datos personales no sean utilizados en el entrenamiento de IA.
Además, Meta ha facilitado un enlace directo para el fácil acceso a este procedimiento, lo cual agiliza el trámite. Instagram ofrece un camino similar para ejercer este derecho. Dentro de la aplicación, en el menú de configuración, en "Privacidad" y a continuación "Centro de privacidad", hay un apartado destinado a "Temas de privacidad" en donde se refleja la posibilidad de enviar una objeción formal para impedir que los datos sean incorporados en procesos de inteligencia artificial. También está disponible un link de contacto directo para completar este procedimiento en línea. WhatsApp, por su parte, maneja una estrategia ligeramente distinta debido a su naturaleza de mensajería cifrada.
Para los usuarios que quieran impedir el uso de sus datos en entrenamiento de IA por parte de Meta, deben acceder a la sección legal dentro de la aplicación o su página web, y completar el formulario para derechos de sujetos de datos. Este formulario permite hacer una solicitud específica de objeción al procesamiento de la información con fines de entrenamiento de inteligencia artificial. Sin embargo, algunos usuarios han reportado dificultades como respuestas evasivas o negativas a sus solicitudes desde el soporte de WhatsApp, lo que sugiere cierto nivel de resistencia o confusión dentro de la empresa sobre cómo manejar estas reclamaciones. La redacción para completar estos formularios es clave para que las solicitudes tengan efecto. Es recomendable incluir explicaciones claras y fundamentadas que mencionen que el uso de los datos infringiría derechos como residente y ciudadano europeo, expresando que no se da consentimiento para que la información sea usada para el entrenamiento, desarrollo o mejora de productos de Meta bajo ninguna modalidad.
Se puede recalcar el respaldo legal que otorga el GDPR al derecho de privacidad, enfatizando la negativa expresa a que los datos sean empleados en procesos de inteligencia artificial. A pesar de que esta opción de exclusión está garantizada por la ley, la experiencia muestra que la implementación práctica puede ser problemática. Usuarios han manifestado que algunos formularios no están disponibles en ciertas regiones, que recibieron respuestas evasivas o poco claras, además de enfrentarse a la contradicción de que para objetar el uso de datos, la propia solicitud puede requerir informar datos personales sensibles como correo electrónico o número telefónico, que en sí mismos pueden representar un riesgo para la privacidad. A raíz de estas dificultades, muchas voces dentro de la comunidad digital recomiendan no solo presentar la objeción, sino también promover la denuncia ante las autoridades locales de protección de datos, solicitando la intervención para garantizar el cumplimiento efectivo del GDPR. En Europa, las autoridades deben tomar cartas en el asunto y castigar prácticas que impidan el ejercicio legítimo de los derechos de los usuarios.
Más allá del aspecto técnico y legal, optar por no permitir que Meta utilice tus datos es también una declaración de principios y una forma de enviar un mensaje a las grandes corporaciones tecnológicas que buscan monetizar de diversas maneras la información privada de millones de personas. Para aquellos que valoran su privacidad, la acción más contundente podría ser eliminar completamente las cuentas de Facebook, Instagram y WhatsApp, aunque esta medida conlleva sacrificios en términos de conectividad social y comunicación. Por ello, la decisión debe contemplar las necesidades personales, profesionales y sociales propias. Para quienes desean una alternativa a estas plataformas dominantes, existen opciones como Mastodon, una red social descentralizada basada en el fediverso, donde diferentes servidores independientes gestionan las cuentas y los datos. Por ejemplo, servidores como mastodon.
pirateparty.be, administrado por Piratenpartij Delft, ofrecen un espacio en la red sin ads ni algoritmos invasivos, con reglas transparentes y respeto riguroso por la privacidad. Este tipo de redes pueden ser un refugio para quienes buscan alejarse del ecosistema de grandes compañías como Meta. En conclusión, la recopilación y el uso de los datos privados para alimentar los desarrollos de inteligencia artificial es una realidad ineludible en la actualidad, pero no está exenta de controles ni de la voluntad de los usuarios para preservar sus derechos. Europa ha establecido normativas rigurosas como el GDPR que protegen la privacidad y ofrecen mecanismos para rechazar estas prácticas intrusivas.