En un año marcado por la volatilidad y la incertidumbre económica a nivel global, Bitcoin (BTC) ha logrado algo notable: retornar a números positivos en 2025. Tras meses de fluctuaciones que habían mantenido al mercado criptográfico en una posición incierta, la criptomoneda más conocida del mundo ha demostrado una resiliencia que desafía las expectativas tradicionales. Este repunte reciente, aunque modesto, ha despertado el interés de inversores y analistas que buscan entender las razones detrás del nuevo comportamiento de Bitcoin y qué puede esperar el mercado en los próximos meses. El repunte de Bitcoin ocurre en un contexto donde las tensiones comerciales entre grandes potencias, junto con conflictos geopolíticos, continúan generando un clima de incertidumbre global. Particularmente, el reciente intercambio de disparos de armas pequeñas entre India y Pakistán ha aumentado los nervios en los mercados internacionales, influenciando la aversión al riesgo y el comportamiento de los activos considerados como refugio.
Contrario a lo que muchos anticipaban, Bitcoin no se ha comportado simplemente como un activo de riesgo más correlacionado con las acciones o los índices tecnológicos, especialmente el Nasdaq 100. En cambio, las tendencias observadas durante las últimas semanas sugieren que Bitcoin se está posicionando cada vez más como un valor refugio no soberano, similar al oro, pero con atributos digitales que capturan la atención de una nueva generación de inversores. Este cambio ha sido reflejado en el índice CoinDesk 20 (CD20), que representa una cartera diversificada de criptomonedas, y que experimentó un aumento saludable del 2.2% en el último periodo analizado. Además, se ha observado cómo Bitcoin aumentó un 0.
75% en las últimas 24 horas, un ascenso suficiente para que vuelva a manos positivas en términos anuales, superando la barrera psicológica situada alrededor de los 93,400 dólares, que representaba el valor de apertura del año. Esta recuperación también se ha interpretado como un desplazamiento en la narrativa de Bitcoin. Greg Cipolaro, jefe global de investigación en NYDIG, ha señalado que BTC se está diferenciando de las dinámicas de la renta variable estadounidense, emergiendo como un activo político y financieramente neutro, que ofrece una alternativa a las monedas fiat y a los instrumentos tradicionales en épocas de incertidumbre. Esto invita a reconsiderar la función que Bitcoin podría tener en las carteras de inversión, no solo como un vehículo especulativo, sino como una reserva de valor complementaria. Los datos derivados de opciones y futuros respaldan la idea de que el rally de Bitcoin apenas está comenzando.
La tasa de financiación para los swaps perpetuos offshore ha pasado recientemente a territorio positivo, sugiriendo un interés renovado en mantener posiciones largas. Sin embargo, el predominio de la estrategia de call overwriting muestra que muchos inversores aún prefieren un enfoque cauteloso, buscando ingresos adicionales mientras esperan una confirmación más sólida del movimiento alcista. Más allá del comportamiento intrínseco de Bitcoin, el contexto macroeconómico también juega un papel crucial en su desempeño. A pesar de la caída del oro en más del 1% tras un fuerte rally del 25% en lo que va del año, la volatilidad en índices bursátiles, bonos y divisas se mantiene elevada. Los mercados están atentos a eventos como los informes de empleo en EE.
UU., la evolución de los ingresos y gastos de los consumidores, así como a la publicación de resultados corporativos clave. Estos datos podrían influir en las expectativas sobre las tasas de interés, un factor determinante para el apetito por activos de riesgo y refugio. En el ámbito regulatorio y de eventos cripto, abril y mayo están cargados de actividad. Desde actualizaciones en redes de cadenas de bloques como BNB y Gnosis Chain, hasta el lanzamiento de nuevos ETFs de ProShares que permiten acceso a XRP con apalancamiento, el ecosistema se muestra dinámico y en constante evolución.
Además, la llegada de conferencias internacionales y cumbres de la industria contribuye a mantener el interés y la confianza en el desarrollo de la criptoeconomía. No obstante, no todo en el espacio cripto es positivo. El hackeo de Loopscale, una plataforma basada en Solana, que resultó en el robo de aproximadamente 6 millones de dólares, pone de manifiesto la importancia de la seguridad y de la rápida respuesta ante incidentes. La colaboración entre atacantes y la comunidad en un intento por recuperar fondos refleja la complejidad y madurez que comienzan a tener las negociaciones y la gestión de riesgos en el mundo descentralizado. Por otra parte, el interés institucional se mantiene sólido.
El flujo de inversión en ETFs de Bitcoin y Ethereum muestra cifras significativas, con miles de millones acumulados en productos de inversión que facilitan la exposición a estos activos sin necesidad de poseerlos directamente. La presencia de grandes jugadores y el aumento en la oferta de productos financieros relacionados consolidan la infraestructura necesaria para sostener un crecimiento sostenible en el mercado. Desde una perspectiva técnica, Bitcoin muestra señales alentadoras. Tras alcanzar un máximo semanal de 93,778 dólares, su mejor desempeño desde las elecciones presidenciales estadounidenses, el precio transita una zona clave. Un cierre diario por encima de los 94,970 dólares sería crucial para evitar patrones de falsos rompimientos y confirmar la continuidad del impulso alcista.
Esto también tiene repercusiones en las acciones de empresas relacionadas con el sector de criptominería y servicios cripto. Empresas como MicroStrategy, Coinbase, Galaxy Digital y Riot Platforms han mostrado movimientos positivos en sus cotizaciones, lo que refleja la confianza creciente en el potencial del mercado en general. La diversificación dentro del espectro cripto también encuentra su espacio. Proyectos como Enjin, que ha aumentado sus nodos validadores para mejorar la descentralización, así como las propuestas de gobernanza de Uniswap DAO y Balancer DAO, apuntan hacia un ecosistema más robusto y participativo. Este desarrollo colaborativo es esencial para mantener la innovación y la confianza en el largo plazo.