Shanghai, una de las ciudades más vibrantes y densamente pobladas del mundo, está transformando la manera en que sus habitantes utilizan el transporte público. En un esfuerzo por hacer el sistema de autobuses más eficiente, flexible y adaptado a las necesidades reales de los usuarios, las autoridades de la ciudad han lanzado un novedoso programa que permite a los pasajeros diseñar sus propias rutas. Esta iniciativa no solo da voz a los usuarios, sino que además agiliza la puesta en marcha de nuevas líneas y mejora la cobertura de transporte en áreas antes desatendidas. El sistema, conocido como “DZ” — por su nombre en chino “dingzhi”, que significa «personalizado»—, funciona a través de una plataforma digital gestionada por el gobierno local. Los residentes pueden ingresar sus propuestas de ruta indicando puntos de partida y destino, horarios preferidos y frecuencia deseada para los trayectos.
Si un número suficiente de pasajeros muestra interés por la ruta, la propuesta se valida y la línea puede comenzar a operar en tan solo tres días. Esto representa un cambio radical respecto al proceso tradicional, que solía ser lento y burocrático. Más de 220 rutas personalizadas ya están en funcionamiento en los 16 distritos principales de Shanghai, atendiendo a una gran variedad de necesidades. Desde trayectos matutinos para llevar a los estudiantes a la escuela hasta viajes para personas mayores que requieren desplazamientos médicos, estas rutas flexibles ofrecen soluciones a demandas específicas que los sistemas clásicos de transporte masivo no siempre podían cubrir adecuadamente. Uno de los recorridos piloto, la ruta DZ301, conecta una estación importante del metro con barrios residenciales, escuelas y oficinas cercanas.
Esta línea muestra un promedio diario de entre 250 y 260 pasajeros, concentrándose principalmente en las horas punta de la mañana y la tarde. La ruta no surgió de manera arbitraria: se originó en la solicitud concreta de un residente y fue desarrollada gracias a una investigación profunda por parte de expertos y empleados de transporte, quienes realizaron estudios de campo, consultaron a los usuarios y efectuaron pruebas piloto para ajustar horarios y puntos de recogida. El impacto de esta iniciativa sobre la eficiencia del transporte público es significativo. La profesora Chen Xiaohong, experta en transporte de la Universidad de Tongji, destaca que la estructura densa de la red de transporte de Shanghai sirve como base perfecta para implementar este sistema, permitiendo así optimizar la combinación entre capacidad y demanda. Esto no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también contribuye a un uso más racional y sostenible de los recursos durante las horas picos, cuando el sistema enfrenta mayor presión.
Desde el punto de vista tecnológico y social, la plataforma ofrece una página llamada “Popular Customization”, donde las propuestas de rutas más solicitadas se exhiben para que otros usuarios puedan sumarse rápidamente. Además, existe la opción de realizar reservas grupales que aceleran la aprobación de nuevas líneas. Aunque las tarifas son establecidas conforme a estándares de transporte público y reflejan el costo real del servicio, actualmente no existen descuentos especiales para estudiantes o personas mayores, un aspecto considerado para futuras mejoras del programa. A pesar de los avances, también existen desafíos iniciales. La demanda de pasajeros no siempre es uniforme, y algunos sectores o barrios aún muestran poca participación, lo que puede dificultar alcanzar los mínimos necesarios para activar nuevas rutas.
Asimismo, el conocimiento general sobre la plataforma es limitado, por lo que las autoridades han señalado la necesidad de aumentar la visibilidad y promover el uso del sistema para maximizar su potencial. Desde el departamento responsable en Shanghai, Wang Yixiang ha señalado que planean mejorar la planificación de rutas integrando tecnologías avanzadas y simplificando algunos procesos que aún se realizan manualmente. A medida que el programa madura, se espera que estas actualizaciones favorezcan una mayor eficiencia y una participación comunitaria más amplia, convirtiendo al transporte público en un servicio más democrático, ágil y adaptable. Este modelo innovador abre la puerta a nuevas formas de interactuar con el transporte público, no solo en China sino también como ejemplo a nivel global. Al permitir que los pasajeros tengan un rol activo en la creación de las rutas que utilizan, Shanghai enfatiza la importancia de diseñar ciudades inteligentes donde el transporte se adapte a las necesidades reales de su población, promoviendo la inclusión, mejorando la movilidad y reduciendo impactos ambientales.
En resumen, la iniciativa DZ es un paso adelante en la modernización del transporte urbano, alineada con las tendencias de digitalización y participación ciudadana. Su éxito en Shanghai podría inspirar a otras metrópolis a implementar sistemas similares, transformando radicalmente la manera en que vivimos y nos desplazamos en las ciudades del futuro.