En un giro significativo para la economía mundial, las bolsas de valores globales y los futuros estadounidenses registraron un avance considerable tras el anuncio de una tregua de 90 días en la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo: China y Estados Unidos. Este acuerdo temporal para reducir la mayoría de los aranceles que ambos países se aplicaban recíprocamente ha generado un clima de optimismo entre inversionistas y analistas, que temían que la prolongación de la disputa pudiera desatar una recesión y provocar escasez de productos en el mercado estadounidense. El índice S&P 500 experimentó un aumento del 3.3%, acercándose a un 5% de su récord histórico alcanzado a principios de año. Este rebote es especialmente significativo dado que en abril el índice cayó casi un 20% debido a las preocupaciones sobre los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que encendieron alertas sobre un posible daño económico auto infligido.
La fuerte recuperación subraya las expectativas de que un enfriamiento en las tensiones comerciales permitirá un entorno más favorable para la inversión y el consumo. El índice Dow Jones Industrial Average no se quedó atrás, con una subida de 1.160 puntos o un 2.8%, mientras que el Nasdaq Composite tuvo un incremento aún mayor, del 4.3%.
Estos movimientos reflejan una ola de confianza entre los operadores bursátiles que valoran la posibilidad de disminución en los obstáculos comerciales que han complicado las cadenas de suministro y encarecido productos. Más allá de los mercados bursátiles, otros sectores de la economía también mostraron signos positivos. Los precios del crudo incrementaron, anticipando una mayor demanda de combustible derivada del crecimiento económico que podría favorecer el acuerdo comercial. Simultáneamente, el dólar estadounidense se fortaleció frente a monedas como el euro, el yen japonés y el franco suizo, indicativo de un renovado interés en activos en moneda estadounidense. En el ámbito de la renta fija, las tasas de los bonos del Tesoro aumentaron, lo que sugiere que los inversionistas esperan que la Reserva Federal tenga menos necesidad de reducir agresivamente las tasas de interés en respuesta a una economía menos impactada por los aranceles.
Por otro lado, el precio del oro disminuyó, señal de que los inversores sienten menos urgencia de resguardar su capital en activos considerados refugio seguro. Desde una perspectiva macroeconómica, el alivio arancelario temporal podría sumar aproximadamente 0.4 puntos porcentuales al crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos en 2025, según Jonathan Pingle, economista jefe de UBS en Estados Unidos. Este incremento representa una contribución significativa, especialmente en un contexto donde la economía estadounidense se contrajo a una tasa anualizada de 0.3% en el primer trimestre del año.
El compromiso encontrado estipula que Estados Unidos reducirá sus aranceles sobre productos chinos desde un máximo de 145% hasta un 30%, mientras que China disminuirá los suyos sobre mercancías estadounidenses del 125% al 10%. Esta pausa de tres meses permitirá a ambas partes continuar negociando con el objetivo de alcanzar un acuerdo más amplio y duradero, tras progresos sustanciales reportados durante las reuniones celebradas en Ginebra, Suiza. Este alto el fuego llega en un momento crucial para la economía global, brindando un respiro que debería ayudar a minoristas y proveedores a asegurar el abastecimiento de inventarios para las temporadas de regreso a clases y las festividades de fin de año, eventos clave para la demanda de consumo. No obstante, la volatilidad permanece latente. La historia reciente en la relación económica bilateral ha estado marcada por altibajos, cambios repentinos en la política arancelaria y negociaciones prolongadas.
Expertos advierten que a pesar del optimismo presente, el avance hacia un acuerdo definitivo será lento y podría enfrentar obstáculos inesperados. En este contexto, los mercados seguirán siendo sensibles a cada nueva señal proveniente de Washington y Beijing, con inversores atentos a los comunicados oficiales y al ritmo de las negociaciones. Sin embargo, el anuncio de la tregua es un alivio palpable que ha devuelto confianza a un escenario económico que hace pocas semanas parecía volverse cada vez más incierto. En resumen, el pacto comercial temporal entre China y Estados Unidos ha desencadenado una ola de renovado optimismo en los mercados globales, beneficiando no solo a los índices principales sino también a sectores claves de la economía mundial. Esta pausa estratégica en la guerra comercial abre la puerta a una cooperación que podría favorecer la estabilidad económica y un crecimiento más sólido en los meses venideros.
Los ojos del mundo financiero estarán pendientes de cómo evolucionan las negociaciones, conscientes de que este acuerdo de 90 días representa una oportunidad valiosa para evitar escaladas perjudiciales y fomentar un entorno de comercio más predecible y beneficioso para ambas naciones y el sistema económico global.