En el contexto actual de la economía global, los aranceles y tensiones comerciales han generado un ambiente de volatilidad e incertidumbre para los inversores, especialmente en el sector tecnológico. Sin embargo, dentro de esta dinámica desafiante, existen empresas que no solo resisten el embate de estos obstáculos, sino que también muestran un potencial considerable de crecimiento en el mediano y largo plazo. Dos de estas compañías, notablemente descontadas en el mercado, merecen atención especial por su capacidad para sortear las dificultades actuales: Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) y Alphabet, la matriz de Google. El ecosistema económico global ha sido sacudido por una ola de tarifas impuestas entre potencias económicas como Estados Unidos y China. Estas tarifas afectan la importación y exportación de bienes tecnológicos, causando fluctuaciones importantes en los precios de las acciones y la confianza de los inversores.
No obstante, algunos sectores, en particular la industria de los semiconductores, han quedado exentos de estos impuestos, lo que ofrece un respiro valioso a empresas que operan en esta categoría. TSMC representa la vanguardia en la fabricación de semiconductores, siendo el mayor foundry del mundo. En términos simples, esta empresa no diseña chips, sino que los fabrica para terceros, incluidos líderes tecnológicos globales como Nvidia. La demanda explosiva de chips avanzados para aplicaciones de alto rendimiento —especialmente para centros de datos que soportan la inteligencia artificial— coloca a TSMC en un lugar estratégico para beneficiarse de las tendencias tecnológicas más disruptivas en la actualidad. La importancia de los semiconductores en la cadena de valor tecnológico es cada vez más evidente con la creciente inversión en inteligencia artificial.
La empresa reporta que un 59% de sus ingresos provienen de la fabricación de chips para computación de alto rendimiento (HPC), una categoría impulsada por la necesidad de procesar grandes volúmenes de datos con rapidez y precisión. Se estima que las inversiones en infraestructura para IA alcanzarán cientos de miles de millones de dólares en 2025 y continuarán en crecimiento durante la próxima década, consolidando la demanda de productos fabricados por TSMC. Otro aspecto relevante es la estrategia de diversificación geográfica que TSMC está implementando. Con la mayoría de sus instalaciones concentradas en Taiwán, la empresa enfrenta riesgos geopolíticos que podrían afectar su producción. Para mitigar esta vulnerabilidad, ha anunciado un plan millonario para construir tres nuevas fábricas en Estados Unidos, con una inversión aproximada de 100 mil millones de dólares, lo que no solo contribuirá a fortalecer su capacidad productiva sino también a acercar su oferta a los principales consumidores y mercados.
En cuanto a su valoración en Bolsa, la acción de TSMC ha sufrido un retroceso significativo del 27% desde sus máximos, situación que podría interpretarse como una oportunidad de compra para el inversor paciente. Con un ratio precio-beneficio (P/E) en torno a 21 y un crecimiento de ingresos del 35% anual, TSMC combina tanto un precio atractivo como fundamentos robustos que apuntan hacia una trayectoria ascendente en su cotización a medida que se consolidan sus ventajas competitivas. Del otro lado del espectro tecnológico, Alphabet, la empresa matriz de Google, también enfrenta desafíos derivados de las nuevas dinámicas de mercado, incluyendo una competencia feroz en el campo de la inteligencia artificial. Sin embargo, la compañía continúa siendo una fuerza dominante en varios segmentos clave, desde la publicidad digital hasta los servicios en la nube, lo que le otorga múltiples fuentes de ingresos diversificadas y resilientes. Alphabet ha desarrollado una posición privilegiada en el ecosistema digital, con productos y servicios como el buscador Google, YouTube y Google Cloud, que se han convertido en plataformas esenciales para millones de usuarios y negocios globalmente.
Este amplio alcance le permite mantener un flujo constante de ingresos, incluso cuando el ambiente económico presenta incertidumbre. Además de su fortaleza en plataformas tradicionales, Alphabet ha invertido considerablemente en inteligencia artificial y tecnologías emergentes, lo que le abre la puerta a nuevas oportunidades y a un crecimiento sostenido a largo plazo. Aunque enfrenta nuevos competidores en la carrera tecnológica, su capacidad para innovar y adaptar sus modelos de negocio la posiciona bien para mantener su relevancia en el mercado. Para los inversores interesados en la tecnología, el contexto actual destaca la importancia de analizar las empresas no solo desde un punto de vista táctico de corto plazo, sino también de forma estratégica y fundamental. La volatilidad causada por aranceles y tensiones políticas puede crear puntos de entrada atractivos, especialmente en compañías con ventajas competitivas claras y sectores exentos de las tarifas que pueden impactar negativamente a otras industrias.