En un giro sorprendente en el mundo de las criptomonedas, Crypto.com ha decidido retirar su demanda contra la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) tras una reunión clave entre el CEO de la plataforma, Kris Marszalek, y el presidente electo Donald Trump. Este acontecimiento ha generado gran interés en la comunidad cripto y ha alimentado debates sobre el futuro de la regulación de activos digitales en Estados Unidos.
La disputa entre Crypto.com y la SEC comenzó en octubre cuando la plataforma demandó al regulador, acusándolo de “expandir ilegalmente su jurisdicción” y de atacar a las empresas de criptomonedas que, según el intercambio, cumplían con la ley. La demanda señalaría a la SEC como un ente que estaba “armando” sus reglas contra la industria de activos digitales, sugiriendo que la agencia había clasificado de manera arbitraria ciertos tokens como valores, lo que implicaría que se encontraban bajo su regulación. A medida que se desarrollaba la situación, el clima cambió drásticamente con la victoria de Trump en las elecciones. Se rumorea que Marszalek discutió aspectos importantes sobre las futuras políticas de criptomonedas de un gobierno Trump con el ex presidente, quien ha mostrado un mayor interés por el sector en comparación con sus comentarios más escépticos de años anteriores.
Esta reunión hizo que Crypto.com reconsiderara su postura y, en lugar de continuar una batalla legal potencialmente larga y costosa, decidieron adoptar un enfoque más conciliatorio. A menudo se menciona que el entorno de la regulación de criptomonedas en Estados Unidos ha sido problemático. Las empresas del sector han enfrentado incertidumbre debido a la falta de un marco normativo claro. La SEC, bajo la administración del presidente Biden, había sido vista como un organismo que aplicaba una política de “regulación por aplicación” en lugar de establecer normas explícitas y coherentes.
Esta táctica ha llevado a muchas criptomonedas y plataformas a cuestionar si pueden operar con total seguridad legal. Sin embargo, el posible nombramiento de Paul Atkins, quien es considerado un defensor de la industria cripto, como nuevo presidente de la SEC, ha causado revuelo. Con este cambio, las perspectivas para las empresas cripto podrían ser más optimistas, a medida que se espera que se establezca un marco regulatorio que les permita operar sin temor a represalias. La decisión de Crypto.com de retirar su demanda coincide con las afirmaciones de Trump de que su administración trabajará para fomentar un entorno donde las reglas estén diseñadas por quienes comprenden y apoyan la industria en lugar de aquellos que la ven con desconfianza.
Esto también se refleja en su propuesta de crear un “stockpile” nacional de bitcoin, una idea que captó la atención en la conferencia de Bitcoin en Nashville. Las declaraciones de Trump sobre el bitcoin se han transformado notablemente. Años atrás, tras una serie de comentarios negativos sobre la criptomoneda, parece que ha cambiado su tono hacia una postura más positiva. Anunciando su plan para un stockpile nacional de bitcoin, subrayó la idea de que la mayor parte del bitcoin en manos del gobierno fue adquirido a través de acciones de aplicación de la ley, insinuando que este activo digital debería ser parte de la estrategia financiera del país. La posibilidad de un marco regulativo más favorable hacia las criptomonedas bajo la administración de Trump también ha resonado en el ecosistema cripto, que ha estado buscando un camino viable que permita el crecimiento de la industria.
Muchos ven la salida de Gensler como un golpe hacia las políticas que percibieron como hostiles. La reunión entre Marszalek y Trump, emergiendo de un ambiente que había estado cargado de litigios y tensiones regulatorias, puede ser vista como un nuevo comienzo para la relación entre la industria de criptomonedas y el gobierno. La conciliación, que se revela en la decisión de Crypto.com de desestimar la demanda, también podría abrir puertas a un diálogo productivo sobre una supervisión adecuada y responsable. Cabe destacar que, si bien el panorama parece cambiar favorablemente, la regulación del espacio de criptomonedas sigue siendo compleja y multifacética.
La evolución de este entorno requerirá cooperación entre reguladores y la industria. La comunicación clara y la comprensión mutua son esenciales para asegurar tanto la protección del consumidor como la innovación en un sector que está evolucionando rápidamente. Sin embargo, muchos en la comunidad cripto todavía son cautelosos. La experiencia ha demostrado que las promesas políticas no siempre se traducen en acción. La estabilidad de la regulación continúa siendo un tema de preocupación para muchos inversores y empresas.