Dong Mingzhu, conocida como la “reina de los electrodomésticos” en China, se ha convertido en una figura central en un debate que va más allá de los límites de la industria y que interroga las estrategias de contratación y la percepción del talento en una China cada vez más nacionalista y preocupada por la seguridad. En una reciente reunión con accionistas de Gree Electric Appliances, una de las empresas más importantes del sector industrial chino, Dong afirmó que su compañía no contrataría ejecutivos que hubieran estudiado en el extranjero. Esta declaración ha generado un amplio repercusión y controversia, dividendo opiniones tanto en el país asiático como en el extranjero. Su postura parte de la creencia de que los profesionales formados en universidades extranjeras podrían ser potenciales espías o que su lealtad al país no es plenamente confiable. La frase ‘nunca usaremos un haigui pai’, pronunciada por Dong, hace referencia a un término chino donde ‘haigui’ designa a los estudiantes o trabajadores que regresan a China después de haber adquirido formación o experiencia laboral en el extranjero.
La controversia se intensifica, pues el concepto ‘pai’ no está del todo claro y puede interpretarse como aquellos individuos educados fuera del país o quienes los apoyan. La preocupación estriba en un posible riesgo de seguridad nacional asociado con personas que han estado expuestas a sistemas y culturas ajenas a las políticas del país. El contexto de esta declaración es crucial para entender su impacto. China mantiene una política firme para fortalecer su autonomía tecnológica y económica, en medio de tensiones comerciales y políticas con potencias occidentales. La migración de talento y la fuga de cerebros que históricamente se ha considerado un reto para China, está ahora sujeta a una vigilancia más estricta y a una valorización más profunda del talento local para impulsar la innovación y el desarrollo interno.
Dong Mingzhu no es solo una ejecutiva más; es una de las mujeres más ricas y poderosas en el mundo empresarial chino, reconocida por su actitud enérgica y su liderazgo férreo que han convertido a Gree en un gigante industrial. Sus palabras, aunque fueron originalmente expresadas en un ámbito interno y no teniendo intención de ser difundidas públicamente, fueron captadas en video y se viralizaron, lo que muestra el creciente interés y sensibilidad sobre las políticas de contratación y la definición del talento ideal en China. La preferencia explícita por profesionales formados en universidades chinas refleja un movimiento más amplio hacia el nacionalismo tecnológico y la reducción de la dependencia extranjera. Para Dong, existe una dificultad real en distinguir entre quienes podrían representar un riesgo de seguridad y quienes no, en un escenario donde la inteligencia económica y el espionaje industrial son temas sensibles y habituales en las relaciones internacionales. Por otro lado, la opinión pública dentro de China está dividida.
Algunos apoyan la postura de Dong por considerarla una medida de precaución necesaria para proteger la soberanía tecnológica y la seguridad del país. Otros critican la visión como un retroceso que limita la apertura y la competencia, valores que han impulsado el crecimiento económico y la modernización del país en las últimas décadas. Además, esta postura impacta directamente en los retornados, los ‘haigui’, quienes representan un segmento de talento altamente capacitado y con experiencia internacional. Estos profesionales suelen ser considerados como puentes para el conocimiento global y el desarrollo tecnológico, aportando nuevas perspectivas y habilidades. Al marginar a esta comunidad, las compañías podrían estar perdiendo acceso a recursos valiosos en un mundo empresarial cada vez más globalizado y competitivo.
La cuestión de la seguridad en el ámbito corporativo y educativo ha cobrado relevancia en China debido a múltiples factores geopolíticos, incluyendo la rivalidad tecnológica con Estados Unidos, acusaciones de espionaje cibernético e incidentes relacionados con la transferencia de tecnología. Considerando este contexto, la precaución de Dong Mingzhu puede ser interpretada como un reflejo de la desconfianza oficial y empresarial hacia influencias externas, enfocándose en fortalecer un ecosistema de talento autóctono que se alinee con las prioridades nacionales. No obstante, este enfoque puede generar efectos colaterales en la política educativa y laboral. Las universidades chinas enfrentan el reto de elevar la calidad y el prestigio de sus programas para evitar la fuga de estudiantes al extranjero y atraer el mejor talento nacional. Paralelamente, las empresas deben encontrar el equilibrio entre mantener la seguridad y beneficiarse del conocimiento global para innovar y competir internacionalmente.
En última instancia, la polémica en torno a la política de contratación de Dong Mingzhu refleja tensiones más amplias sobre la identidad del talento chino en el siglo XXI y la interacción entre globalización, seguridad nacional y desarrollo tecnológico. La decisión de privilegiar exclusivamente a quienes se forman dentro del país podría limitar visiones y oportunidades, pero también representa una apuesta estratégica en un entorno de incertidumbre y competencia geopolítica. El debate continúa abierto y plantea preguntas esenciales: ¿Cómo puede China equilibrar la necesidad de seguridad con la apertura al talento global? ¿Qué rol deben jugar los profesionales formados en el extranjero en una China que busca redefinir su lugar en la economía mundial? La respuesta a estas interrogantes será crucial para entender no solo el futuro de empresas como Gree Electric Appliances sino también el rumbo del desarrollo profesional y tecnológico del país en los próximos años.