Seth Godin es una figura icónica en el mundo del marketing, la estrategia y el emprendimiento. Autor de más de veinte libros bestsellers, comunicador efectivo y pionero del pensamiento innovador en el siglo XXI, Godin ha revolucionado la forma en que entendemos la comunicación, la creación de valor y el liderazgo estratégico. En una entrevista reciente, profundiza en temas tan vitales como la comprensión de los sistemas, la importancia de contar historias poderosas y la necesidad urgente de «hackear» o desafiar las estructuras de poder que limitan nuestro potencial y justicia social. Uno de los pilares fundamentales en la perspectiva de Godin es la importancia del pensamiento sistémico a la hora de diseñar estrategias. Un sistema, según él, no es sólo una estructura visible o un conjunto de procesos fácilmente identificables, sino una red compleja que mantiene el statu quo y moldea la cultura.
Estas estructuras a menudo se perciben como normales o inevitables, pero en realidad pueden ser resistencias invisibles al cambio. Entender cómo funcionan estos sistemas es crucial no solo para adaptar una estrategia adecuada, sino también para identificar dónde están los agentes de cambio que pueden impulsar o acelerar esa transformación. Godin enfatiza que, cuando comprendemos el sistema, podemos decidir si nos alineamos para mantenerlo alimentado o si creamos las condiciones para que los miembros del sistema, es decir, las personas, puedan alcanzar sus objetivos de formas nuevas y valiosas. En el ámbito de la acción y la producción, Godin aborda la parálisis paralizante del perfeccionismo. Insiste en que muchas veces el anhelo de que algo esté “listo” es una ilusión que nos impide avanzar.
La clave es entender que el verdadero liderazgo y la innovación rara vez están en un estado de perfección absoluta; están en el movimiento constante, en la entrega continua y en la interacción real con el mercado y las personas. El escritor y emprendedor nos invita a abrazar el esfuerzo como nuestro mejor aliado para generar trabajos que importen, recordándonos que sin actuar nuestro trabajo carece de impacto. Pero, ¿qué sucede cuando la presión por mantener un flujo constante de entregas genera miedo a saturar o perder valor? Godin responde de manera clara que no se trata de cantidad a cualquier costo, sino de valor genuino. Enviar “algo” solo para mantenerse visible o relevante es un error; lo que realmente importa es generar valor real, útil y significativo para el receptor. La generosidad al ofrecer contenidos o productos necesarios crea confianza y aceptación, incluso cuando la frecuencia es alta.
Uno de los aspectos donde Seth Godin es especialmente reconocido es en su dominio del arte de contar historias. Para él, las historias no son sólo narrativas para entretener, sino vehículos poderosos que conectan con creencias, emociones y la identidad colectiva de las personas. Cuando intentamos vender un producto o idea, en realidad lo que vendemos es la historia que la rodea: el sentido, la promesa y el valor que proyecta en la visión del mundo del consumidor. De ahí que para persuadir o generar cambio, las historias deban ser auténticas, consistentes y sutiles, logrando que los individuos se sientan “correctos” en su decisión, aún cuando implica un cambio en su comportamiento o perspectiva. Existe un delicado equilibrio que Godin resalta entre desafiar el statu quo y simultáneamente hacer que las personas sientan que están actuando de acuerdo a su propia naturaleza y valores.
No se trata de imponer una visión radical que descoloque o genere rechazo, sino de acompañar a la audiencia para que emerja una nueva forma de alcanzar lo que siempre han querido. Ejemplos icónicos como la transición del correo postal al correo electrónico o los movimientos sociales que lograron cambios profundos muestran cómo ese enfoque puede transformar paradigmas con respeto y empatía. En la conversación sobre marcas y marketing, Godin distingue claramente entre tener un logo y poseer una marca. Mientras que un logo es simplemente un símbolo visual, la marca se construye desde la identidad emocional y la cultura que una organización cultiva y expresa. Marcas como Nike representan un conjunto coherente de valores y experiencias que hacen evidente qué esperar y cómo sentirse al interactuar con ellas.
En cambio, empresas que sólo tienen un logo, como el ejemplo de Hyatt, funcionan con base en la eficiencia y la normalidad, satisfaciendo una función práctica pero sin generar una conexión emocional profunda. La construcción de una marca auténtica es un trabajo arduo que si bien no es necesario para todos, cuando se logra ofrece recompensas significativas. Godin también aborda con sinceridad la relación compleja entre los profesionales del marketing y la percepción social de su rol. Reconoce que gran parte del marketing tradicional ha sido percibido negativamente, apoyado en la publicidad excesiva, el ruido y estrategias que generan resentimiento. Sin embargo, insiste en que existe una vertiente valiosa del marketing que se basa en el servicio genuino, la empatía y la transmisión de historias verdaderas que abren puertas para que las personas logren sus objetivos.
Aquellos que se abrazan a esta visión rara vez sienten vergüenza de su trabajo. Finalmente, la entrevista profundiza en una de las ideas más potentes y urgentes: la necesidad de «hackear» al sistema, de cuestionar, desafiar y transformar las estructuras de poder que dominan y limitan tanto a individuos como a comunidades. Seth Godin reconoce que hemos sido “hackeados” por sistemas de poder que explotan fallas humanas y culturales para mantener el control y el beneficio propio. Desde abusos políticos hasta desigualdad económica y discriminación, estos sistemas perpetúan injusticias y frenan el progreso. La respuesta está en hackear de vuelta, en generar acciones coordinadas y conscientes que cuestionen y alteren el estado de las cosas.
Para ello, es fundamental encontrar aliados, crear comunidades pequeñas pero comprometidas, compartir avances y aprendizajes, y persistir en el liderazgo cotidiano, incluso cuando la sociedad no lo haya preparado para eso. Godin subraya que el liderazgo no es una cualidad innata exclusiva de unos pocos, sino una práctica que se desarrolla en la interacción con otros en un ambiente de seguridad y soporte mutuo. Por lo tanto, el llamado a la acción que surge de estas reflexiones es claro: encontrar la valentía para hacer ruido, para ser inquisitivo, para progresar hacia un futuro más justo, equilibrado y significativo. Construir estrategias conscientes, contar historias que resuenen verdaderamente y enarbolar una revolución personal y colectiva son las herramientas con las que podemos hackear el sistema y reivindicar nuestro poder como agentes de cambio. Las enseñanzas de Seth Godin nos convocan a repensar la manera en que nos vinculamos con el trabajo, el marketing, la cultura y el liderazgo.
Nos instan a salir de la comodidad del statu quo, a superar el miedo a la imperfección y a abrazar la acción generosa y auténtica. Porque en un mundo cambiante, donde los sistemas a veces buscan detenernos, la estrategia más poderosa será siempre aquella que combina empatía, coherencia y una imparable voluntad de crear valor real. La oportunidad está abierta para quienes deciden no solo adaptarse, sino transformar.