El colapso de FTX sacudió profundamente al mundo de las criptomonedas, dejando a miles de inversores, especialmente en Europa, en una situación de incertidumbre respecto al futuro de sus fondos. Después de meses de especulaciones y desafíos legales, la exchange de criptomonedas Backpack ha dado un paso firme al anunciar la apertura del proceso de reclamaciones para los antiguos usuarios de FTX EU. Esta acción representa una esperanza tangible para aquellos que buscan recuperar sus activos y ofrece un nuevo capítulo en la resolución de uno de los mayores incidentes en la historia del criptoecosistema. Backpack adquirió FTX EU en enero de 2025 tras un largo proceso que puso fin a la disputa por la propiedad de la rama europea del exchange en bancarrota. Este movimiento estratégico les permitió posicionarse como la entidad encargada de facilitar la devolución de fondos a los afectados por el colapso de FTX en Europa.
Sin embargo, la adquisición y el proceso de recuperación han generado también cierta confusión entre los usuarios, debido a la existencia de múltiples actores involucrados en la gestión y distribución de las reclamaciones. El proceso de reclamaciones que ha iniciado Backpack requiere que los usuarios europeos que tenían cuentas con FTX EU se registren en la plataforma, completando un procedimiento de KYC (Conozca a su Cliente) y enlazando su cuenta con la que tenían en el exchange original. Este es un paso fundamental para validar la identidad y garantizar que los reclamantes estén correctamente identificados para realizar cualquier tipo de compensación o pago. Aunque todavía no se ha establecido una fecha límite para esta primera fase, la plataforma advierte que las distribuciones de fondos no comenzarán hasta que se completen todos los procesos administrativos y legales. Uno de los puntos que más llaman la atención en esta fase es la estructura de tarifas por retirada.
Los usuarios que hagan reclamaciones por montos inferiores a 2.000 euros deberán pagar una tarifa fija de 5 euros, mientras que las reclamaciones superiores a esta cantidad tendrán una comisión del 0,25%. Esta medida ha generado debates sobre el impacto que podría tener en la recuperación neta de los fondos para pequeños inversores, que quizás recuperen menos de lo esperado después de deducir los costos asociados. La incertidumbre y la confusión no solo han surgido por las tarifas, sino también por la proliferación de diferentes plataformas y entidades involucradas en la devolución de activos de FTX. Aparte de Backpack, exchanges como Kraken y BitGo también se han encargado de diferentes rondas de distribuciones vinculadas a FTX, lo que ha complicado la comprensión sobre quién maneja qué parte y a qué usuarios corresponden dichas devoluciones.
Estas dudas han sido expresadas por activistas y expertos en insolvencia, quienes abogan por una comunicación más clara y transparente que ayude a recuperar la confianza de los usuarios lesionados. En cuanto a los fondos pendientes, se debe resaltar que las posiciones abiertas y los activos en criptomonedas fueron cerrados y liquidados usando los precios de mercado vigentes al momento del cierre del exchange. Todas las compensaciones se han definido en euros, lo que convierte en un punto crítico la fluctuación del valor de las criptomonedas durante este periodo. Por ello, muchos usuarios sienten que la recuperación podría no reflejar completamente el valor original de sus activos, dada la volatilidad del mercado cripto. Para quienes tenían retiradas pendientes de criptomonedas en la fecha del cierre, 11 de noviembre de 2022, es importante destacar que esas reclamaciones forman parte de los procedimientos de bancarrota en EE.
UU. y están gestionadas a través del FTX Recovery Trust, entidad en la que Backpack no tiene participación directa. Por ello, los usuarios en esta situación deben seguir otros canales de reclamación diferentes, lo que enfatiza la complejidad de la estructura de recuperación tras la bancarrota. Asimismo, es relevante diferenciar a los usuarios de FTX EU de aquellos que se registraron antes del 7 de marzo de 2022. Estos últimos no se consideran clientes de la rama europea, sino de FTX International, por lo que las reclamaciones deben presentarse ante esa entidad y no a través de Backpack.
Esta distinción geográfica y temporal añade un nivel adicional de complejidad al proceso y exige a los usuarios determinar correctamente bajo qué jurisdicción están sus reclamaciones. El contexto de esta apertura de reclamaciones se entiende mejor al observar las rondas de distribuciones anteriores y programadas por los otros actores involucrados. Por ejemplo, en febrero de 2025, FTX Digital Markets realizó su primera ronda de pagos a través de BitGo y Kraken, abarcando a los llamados "Convenience Class" o reclamantes con montos inferiores a 50.000 dólares. La siguiente ronda se planificó para el 30 de mayo de 2025 e incluye a una mayor cantidad de acreedores, con un presupuesto estimado de 11.
400 millones de dólares destinado a estas compensaciones. A pesar de lo prometedor que resulta el desarrollo del proceso, existen aún preocupaciones legítimas sobre la velocidad y eficacia en la devolución de los fondos. La quiebra de FTX ha sido seguida por una larga demora en la recuperación de activos, en algunos casos extendida a dos años, lo que ha generado ansiedad y escepticismo entre quienes esperaban soluciones más inmediatas. Sin embargo, algunos traders y analistas han expresado que la demora podría ser beneficiosa, dado que un proceso apresurado podría resultar en pérdidas mayores o en unos pagos parciales insuficientes. La comunicación ofrecida por Backpack ha sido clara en su compromiso de devolver los fondos "tan rápido y seguro como sea posible".
No obstante, aún restan muchos detalles por aclarar, incluyendo el calendario definitivo de distribuciones y los criterios específicos que se aplicarán a las distintas clases de acreedores dentro del entramado legal. Mientras tanto, los usuarios deben mantenerse informados a través de los canales oficiales y preparar sus documentos para evitar retrasos en las reclamaciones. El proceso abierto por Backpack también tiene implicaciones más amplias para el mercado europeo de criptomonedas. Muestra la importancia de contar con regulaciones más robustas que protejan a los inversores y establezcan mecanismos claros en casos de quiebra o insolvencia. Además, refleja la evolución del sector, donde empresas como Backpack buscan posicionarse como actores responsables, capaces de asumir retos legales y financieros complejos en beneficio de los usuarios.
Desde una perspectiva de inversión y economía digital, la apertura del proceso de reclamaciones marca un precedente en la gestión de crisis en exchanges de criptomonedas. Los casos de insolvencia de plataformas tan relevantes como FTX generan lecciones para la industria en general en cuanto a transparencia, gobernanza y responsabilidad. Backpack, al asumir el compromiso de gestionar la devolución de activos, podría contribuir a restaurar la confianza en el ecosistema y a atraer la atención positiva hacia su modelo de negocio. En síntesis, la apertura del proceso de reclamaciones por parte de Backpack para los antiguos usuarios europeos de FTX representa un avance muy esperado dentro de un panorama marcado por la incertidumbre y el desplome de un gigante del mundo cripto. A pesar de los desafíos y las dudas que persisten, esta medida ofrece un camino claro para que miles de usuarios puedan comenzar a recuperar sus activos.
El éxito de esta iniciativa dependerá en gran medida de la gestión transparente, la comunicación efectiva y el cumplimiento de los plazos, elementos cruciales para restablecer la confianza en un sector que sigue creciendo y transformándose. Los usuarios afectados deben mantenerse atentos a las comunicaciones oficiales y preparar la documentación necesaria para validar sus reclamaciones. La participación activa y la comprensión de los términos y condiciones son fundamentales para asegurar una recuperación exitosa. Además, este proceso podría ser un referente para futuras situaciones similares, marcando un hito en la forma en que se manejan las crisis y recuperaciones dentro del mercado de las criptomonedas en Europa y a nivel global.
