Chongqing, situada en el corazón de China, es una de las grandes ciudades que ha capturado la atención mundial gracias a su asombroso crecimiento y a su vasta extensión territorial. Con una población que alcanza los 34 millones de habitantes y una superficie comparable a la de Austria, esta megaciudad es un testimonio del ritmo vertiginoso de urbanización que ha experimentado China en las últimas décadas. Aunque poco conocida fuera de su país, Chongqing representa una revolución urbana e industrial que desafía cualquier comparación global y que merece ser descubierta a fondo. Este coloso urbano ha sido fruto de una estrategia política implementada hace aproximadamente 30 años por el Partido Comunista chino, que decidió unificar y repoblar amplias áreas rurales para impulsar el desarrollo industrial y tecnológico. Esta decisión ha revertido paisajes antes dominados por actividades agrícolas para convertirlos en centros dinámicos de manufactura y servicios, destacando así el poder transformador de la planificación estatal a gran escala.
Los últimos veinte años han sido testigos de un crecimiento económico sin precedentes en Chongqing, donde el Producto Interno Bruto per cápita se ha multiplicado por dieciséis. Este dato refleja no solo la prosperidad material, sino también una profunda reconfiguración socioeconómica que ha desplazado a la ciudad de industrias pesadas y contaminantes hacia sectores de alta tecnología, como la automoción y las tecnologías de la información. De hecho, la ciudad sobresale en la producción de automóviles, superando en volumen conjunto a países como Francia e Inglaterra, y es productora de una cantidad significativa de laptops y motocicletas que se venden a nivel mundial. Uno de los hitos arquitectónicos que simboliza el desarrollo moderno de Chongqing es el complejo inmobiliario Raffles City, ubicado a orillas del río Yangtsé. Inaugurado en 2019, este conjunto de rascacielos es un referente visual que combina un diseño vanguardista con la funcionalidad urbana, creando un paisaje emblemático que contrasta con las tradiciones históricas presentes en la ciudad.
Desde sus plataformas de observación, los visitantes pueden contemplar la majestuosa confluencia de los ríos Yangtsé y Jialing, nexos naturales que han facilitado el comercio y la conectividad durante siglos. Chongqing también ha invertido en infraestructuras educativas y culturales para sostener su expansión. El campus universitario en el distrito de Shapingba es ejemplo de las instalaciones dedicadas a la formación de nuevas generaciones y la investigación, contribuyendo así a la consolidación de una economía del conocimiento. Las áreas verdes, como los parques cercanos a centros comerciales y plazas urbanas, ofrecen espacios de esparcimiento en un entorno que equilibra la vida acelerada de la ciudad con momentos de tranquilidad. La riqueza histórica de Chongqing no se limita a su crecimiento moderno.
El templo budista Luohan, construido en el siglo XI durante la dinastía Song, se mantiene como un símbolo espiritual y arquitectónico del pasado. Reformado varias veces, este centro religioso ofrece un contraste fascinante con la urbanización desbordante, recordando a locales y visitantes las raíces culturales que perviven en medio del progreso. En términos de movilidad, el sistema de metro de Chongqing es uno de los más extensos del mundo, con 12 líneas y más de 300 estaciones que recorren un total de más de 560 kilómetros. Esta red sostiene diariamente el desplazamiento de millones de personas y representa un pilar fundamental para la integración territorial y el crecimiento urbano. Particularmente sorprendente es la estación Liziba, construida entre los pisos sexto y octavo de un edificio de 19 plantas, una solución arquitectónica ingeniosa que ha despertado el interés turístico por su originalidad.
Desde los mercados callejeros hasta los modernos centros comerciales como The Ring, la diversidad comercial es evidente en todos los rincones de la ciudad. La integración de tiendas tradicionales con grandes marcas internacionales, como la nueva Apple Store en el distrito de Yuzhong, refleja la apertura económica y el gusto sofisticado que caracteriza a la población creciente y cada vez más exigente. El costo de la vida en Chongqing, en especial el precio de la vivienda, resulta sorprendentemente accesible si se compara con otras ciudades chinas como Pekín o Shanghái. Un apartamento aquí cuesta aproximadamente un séptimo, lo que atrae a muchos jóvenes profesionales y familias que buscan calidad y espacio en sus hogares. Edificios residenciales como Eling Palace, diseñados para adaptarse a la topografía natural y dotados de jardines en azoteas y terrazas, responden a esta necesidad con soluciones sostenibles y estéticamente atractivas.
La vida cultural y social en Chongqing es vibrante y diversa. Los bares panorámicos como Moonwalker Sky Land ofrecen vistas espectaculares del río Jialing y la ciudad iluminada, mientras que eventos culturales en espacios emblemáticos, como el Second Lady’s Home, reafirman el compromiso con el arte y el entretenimiento. La gastronomía local también se impone, con vendedores ambulantes que ofrecen bocados tradicionales cerca del templo Luohan y zonas emblemáticas. El sistema de transporte público eficiente, la mezcla de arquitectura histórica con rascacielos ultramodernos, la pujante economía basada en la innovación y la fuerte presencia cultural hacen de Chongqing un ejemplo destacado de urbanización en el siglo XXI. Esta ciudad, aunque poco conocida globalmente, está destinada a convertirse en un referente gracias a su escala, evolución y capacidad para preservar su identidad en medio del cambio.
Chongqing invita a ser explorada no solo como un ente urbano masivo, sino como un laboratorio vivo de la evolución contemporánea, donde la tradición y la futurística se estrechan la mano para ofrecer una experiencia urbana única en el mundo. Descubrir su paisaje, cultura y dinamismo económico es comprender una parte crucial del presente y futuro del gigante asiático.