Kamala Harris, la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, ha lanzado una serie de propuestas económicas que buscan transformar la economía del país y abordar las desigualdades que enfrentan comunidades específicas, especialmente la comunidad afroamericana. Su agenda económica, que ha sido recibida con tanto escepticismo como entusiasmo, busca crear un "economía de oportunidades" y, potencialmente, tiene el poder de redefinir las políticas económicas del país en los próximos años. Recientemente, Harris presentó un conjunto de propuestas dirigidas a los hombres negros, un segmento que ha sido históricamente marginado en el ámbito económico. Estos nuevos planes incluyen la entrega de préstamos totalmente perdonables de $20,000 para emprendedores negros que desean iniciar sus propios negocios, así como la creación de un marco regulatorio para las criptomonedas. Esta última medida es especialmente relevante, dado que más del 20% de los estadounidenses negros poseen activos en criptomonedas.
La vicepresidenta también planea invertir en oportunidades educativas, programas de aprendizaje y de mentoría para hombres negros, y fortalecer el programa de perdón de préstamos de servicio público para atraer a más docentes masculinos de color. Además de sus propuestas focalizadas, Harris ha reforzado su compromiso con los pequeños negocios, enfatizando un crédito fiscal de $50,000 para nuevas empresas, lo que representa un aumento notable respecto a los $5,000 actuales. Esta estrategia tiene como objetivo generar 25 millones de nuevas solicitudes de pequeños negocios en los dos primeros años de su posible presidencia. Otro aspecto clave de la agenda económica de Harris es su enfoque en la crisis de precios de los alimentos. Durante su campaña, ha prometido trabajar para establecer una prohibición nacional de la "especulación de precios" en alimentos dentro de los primeros 100 días de su gestión, dotando a la Comisión Federal de Comercio y a los fiscales de la autoridad necesaria para actuar contra las empresas que manipulan los precios.
Aunque algunos economistas han cuestionado la efectividad de esta propuesta, Harris se mantiene firme en su convicción de que es posible proteger a los consumidores de las prácticas desleales en la industria alimentaria. La vivienda también ocupa un lugar preponderante en la agenda de Harris. Su propuesta incluye ayudar a los compradores de primera vivienda con un $25,000 en asistencia para el pago inicial y la construcción de tres millones de nuevas unidades de vivienda durante su mandato. Además, ha presentado un crédito fiscal para desarrolladores que construyan viviendas accesibles, así como una inversión de $40 mil millones en un fondo de innovación para abordar la escasez de viviendas asequibles. Estos esfuerzos se ven reforzados por la reciente decisión de la Reserva Federal de recortar las tasas de interés, lo que, según Harris, facilitará la compra de viviendas para las familias.
En otro giro de su agenda, Harris ha propuesto un crédito fiscal de $6,000 por recién nacido y restablecer el crédito fiscal por hijo de $3,600 para familias de clase media y bajas. También planea expandir el Crédito por Ingreso del Trabajo, que beneficiará a trabajadores de bajos ingresos, al mismo tiempo que promete no aumentar los impuestos a los hogares que ganan menos de $400,000 al año. Esta política está diseñada para aliviar la carga fiscal de más de 100 millones de contribuyentes. Una de las propuestas más controversiales ha sido la eliminación de impuestos sobre las propinas para los trabajadores de la hospitalidad y servicios. Aunque la idea ha sido respaldada por algunos, otros críticos advierten que esta política podría tener efectos adversos en el sistema tributario en general.
En una línea similar, Harris ha propuesto un tope de $35 para el costo de la insulina y un límite de gastos de bolsillo de $2,000 anuales para medicamentos recetados, abogando por negociaciones más rápidas de precios con Medicare. Además, la vicepresidenta ha manifestado su intención de colaborar con los estados para cancelar la deuda médica de los estadounidenses y ha propuesto expandir los subsidios para los planes de la Ley de Atención Asequible, lo que podría garantizar un ahorro promedio de $700 en las primas de seguro de salud para los consumidores. Aunque Harris aún no ha presentado una propuesta específica para el permiso de maternidad/paternidad, ha co-patrocinado legislación que busca implementar un permiso de 12 semanas. También ha expresado apoyo para aumentar el salario mínimo, aunque su campaña no ha detallado en qué medida debería ser elevado. A pesar del entusiasmo que suscitan sus propuestas, Harris ha sido interpelada sobre cómo financiar su ambicioso plan económico.
Durante una reciente entrevista en "60 Minutes", Harris defendió su postura y dijo que estaba convencida de que el Congreso apoyaría su agenda. Sin embargo, los críticos han señalado que la implementación de estas políticas aumentaría el déficit federal en aproximadamente $3.5 billones hasta 2035, un número que causa preocupación entre los economistas que advierten sobre la sostenibilidad fiscal. La agenda económica de Harris, aunque ambiciosa, también enfrenta comparaciones con la del presidente Biden. Si bien ambos comparten valores similares, se señala que Harris podría adoptar un enfoque más agresivo en sus políticas, intentando abordar problemas como el aumento de precios y la escasez de viviendas de manera más decidida.
Por otro lado, las diferencias entre las propuestas de Harris y las de Donald Trump son evidentes. Mientras que la agenda de Trump se centra en la reducción de impuestos y regulaciones, lo que Harris rechaza claramente, la vicepresidenta ha subrayado la necesidad de intervenir de manera activa para proteger a los consumidores y fomentar el crecimiento de pequeñas empresas. A medida que avanza la campaña electoral, las propuestas económicas de Kamala Harris se convertirán en un tema central de discusión. Los votantes, que cada vez se preocupan más por la economía, observarán de cerca cómo sus propuestas pueden impactar tanto a nivel individual como colectivo. Con su enfoque en la equidad y la justicia económica, Harris se posiciona no sólo como una candidata para el futuro, sino como una voz que busca cambiar la narrativa sobre la economía en Estados Unidos.
La pregunta sigue en el aire: ¿logrará Harris convencer al Congreso de adoptar sus propuestas y, en última instancia, transformar la economía de Estados Unidos? Solo el tiempo lo dirá, pero al menos está clara la dirección en la que pretende llevar al país. En un mundo cada vez más polarizado, sus propuestas podrían ser el primer paso hacia una economía más inclusiva en la que cada estadounidense tenga la oportunidad de prosperar.