Supermicro, uno de los fabricantes de servidores y sistemas de computación de alto rendimiento más importantes del mundo, atraviesa un momento complejo y decisivo para su futuro inmediato y a mediano plazo. La empresa, que ha basado gran parte de su impulso económico en la venta de sistemas impulsados por GPUs Nvidia, se ha visto afectada por la transición tecnológica entre las plataformas Hopper y Blackwell. Esta coyuntura ha llevado a la compañía a revisar a la baja sus estimaciones de ingresos para el año fiscal 2026, un ajuste que ha generado bastante atención en el sector tecnológico y financiero. El núcleo del problema radica en la declaración pública del CEO de Nvidia, Jensen Huang, respecto al rendimiento y la longevidad del producto Hopper, que ha sido la base para muchos de los sistemas vendidos por Supermicro. Huang no dudó en afirmar que la próxima generación de GPUs, denominada Blackwell, superaría a Hopper en un factor asombroso de 40 veces en rendimiento para ciertos modelos de inteligencia artificial.
Si bien esta afirmación puede parecer un avance tecnológico natural, tuvo el efecto no esperado de afectar la demanda inmediata de sistemas basados en Hopper, dado que los clientes se apresuraron a esperar la llegada de la nueva generación. Esto ha sido particularmente complicado para Supermicro ya que, a diferencia de cancelar los pedidos, sus clientes han pospuesto sus compras, provocando un retraso en la facturación que se esperaba para el primer trimestre del año fiscal 2025. Según análisis e informes, se estima que aproximadamente mil millones de dólares en ingresos provenientes de sistemas de inteligencia artificial se trasladaron para el segundo y tercer trimestre, lo que implica un efecto inmediato en la liquidez y el flujo de caja de la empresa. A este movimiento se sumó la necesidad de realizar un significativo ajuste contable: una depreciación por valor de alrededor de 100 millones de dólares en inventario relacionado con GPUs Hopper. Este paso refleja la dificultad para vender sistemas con esa tecnología, afectando directamente la rentabilidad del trimestre y generando preocupación entre inversionistas y analistas del mercado.
En respuesta a estos desafíos, Supermicro ha ajustado también su guía de ingresos para el año fiscal 2025. Donde antes esperaba ingresos entre 23.5 y 25 mil millones de dólares, ahora proyecta un rango más conservador, entre 21.8 y 22.6 mil millones.
Estas cifras sugieren que entre 900 millones y 3.2 mil millones de dólares de ventas se han aplazado para el próximo año fiscal, generando una revisión importante en los objetivos financieros de la compañía. Pese a esta noticia, el CEO y fundador de Supermicro, Charles Liang, mantiene un enfoque optimista y con visión de futuro. Durante la comunicación con los analistas, indicó que la compañía continúa confiando en su crecimiento a medio y largo plazo, destacando la fuerte demanda que anticipan para las líneas de productos Blackwell y Blackwell Ultra, junto con las soluciones integrales para centros de datos que Piensan lanzar en un futuro cercano. Sin embargo, reconoció que existen incertidumbres vinculadas a temas macroeconómicos y arancelarios que podrían afectar la percepción y los planes de compra de sus clientes.
Estas expectativas apuntan a una fuerte explosión en la demanda de sistemas basados en GPUs de próxima generación, especialmente considerando la expansión proyectada para los sistemas de inteligencia artificial a gran escala, tanto para entrenamiento como para inferencia. Particularmente, Supermicro anticipa un crecimiento relevante en las ventas de nuevos modelos de GPUs denominados Rubin R100, R200 y Rubin Ultra R300, previstos para los años 2026 y 2027. Desde una perspectiva estratégica, Nvidia ha facilitado que sus aliados y partners, como Supermicro, puedan alinear sus hojas de ruta tecnológicas y comerciales con claridad, presentando el roadmap detallado de la evolución de sus GPUs hasta 2028. Esto permite que los fabricantes ajusten su producción y comercialización para maximizar la adopción de nuevas tecnologías que transformarán el sector del computo de alto rendimiento y la inteligencia artificial. Supermicro se encuentra adelantando esta alineación tecnológica con inversiones significativas en sus plantas de producción localizadas en Estados Unidos, Holanda, Malasia y Taiwán.
Con una capacidad instalada notable, su planta en Fremont, California, ya está produciendo miles de racks al mes, muchos de ellos dedicados a atender la demanda especializada en sistemas de inferencia con Nvidia GB200 NVL72 y GB300 NVL72. Este impulso en la capacidad operativa será crucial para que la compañía pueda escalar su producción y cumplir con las expectativas del mercado. El trimestre más reciente mostró cifras alentadoras en ventas, alcanzando cerca de 4.6 mil millones de dólares, lo que representa un crecimiento interanual del 19.5%.
Sin embargo, dado el impacto de los retrasos en la demanda de Hopper y la necesidad de depreciar inventarios, se experimentó una caída secuencial del 19%. Los ingresos por sistemas, que representan la mayor parte de los negocios de Supermicro, aumentaron en más del 20%, mientras que la rama de subsistemas vio una ligera disminución. Una observación crucial para entender la dinámica de la empresa es que más del 70% de sus ingresos provienen de sistemas impulsados por GPUs para inteligencia artificial. Este porcentaje refleja la centralidad que tiene la computación acelerada por GPU en la estrategia comercial de Supermicro y en la evolución tecnológica que está experimentando el mercado. En cuanto a su base de clientes, Supermicro sigue predominando en el mercado estadounidense, con algunos grandes clientes que representan más del 10% de sus ingresos totales.
Aunque algunos de ellos redujeron su gasto en un 49.5% en el último trimestre, otros clientes incrementaron su actividad, lo que demuestra una dinámica compleja y diferenciada según las necesidades y estrategias individuales. Por otra parte, sus ventas en Europa y Asia han registrado un crecimiento significativo en los últimos períodos, aunque con ciclos propios que dependen en buena medida de los planes de implementación de inteligencia artificial de los principales compradores en esas regiones. La empresa ha logrado sortear este escenario complejo con cierta eficacia, poniendo en orden sus finanzas y operativas, ajustando sus controles y preparando sus líneas de producción para la alta demanda que se espera con la llegada de las nuevas generaciones de GPUs. Su capacidad para manejar los desafíos arancelarios y económicos internacionales le otorga una ventaja competitiva frente a otros fabricantes más afectados.
El mercado observa con atención la evolución futura de Supermicro, pues su papel como proveedor líder dentro del ecosistema de computación acelerada la posiciona como uno de los actores más relevantes. El éxito o fracaso en la transición tecnológica y en el despliegue masivo de sistemas Blackwell y Rubin impactará no solo a la empresa sino al mercado global de infraestructura tecnológica para inteligencia artificial y supercomputación. Más allá del análisis financiero, este movimiento evidencia una tendencia más amplia dentro de la industria: la rapidez con la que la tecnología avanza puede generar disrupciones repentinas en modelos de negocio consolidados. Este fenómeno afecta la valoración de inventarios, el comportamiento de los clientes y la planificación estratégica de las empresas. En conclusión, Supermicro enfrenta un desafío relevante en 2025 y la primera mitad de 2026.
Sin embargo, con una cartera tecnológicamente avanzada, capacidades productivas robustas y una fuerte apuesta en el mercado de GPUs de próxima generación, cuenta con elementos clave para recuperar el terreno perdido y alcanzar, a largo plazo, sus ambiciosas metas de ingresos que superan los 40 mil millones de dólares. La evolución del mercado y la aceptación de las innovaciones tecnológicas marcarán el camino que deberá recorrer en los próximos trimestres.