En el mundo actual, donde la digitalización y la conectividad global parecen no tener límites, resulta sorprendente que prácticas como la geovallado o geofencing sigan siendo comunes, especialmente en sectores tan sensibles como el bancario. ¿Por qué las empresas, y en particular los bancos, continúan aplicando geofencing a pesar de que el uso de tecnologías como las VPN para evadir estas restricciones es cada vez más accesible? Para entender esta paradoja es necesario profundizar en los múltiples factores que sustentan esta decisión, así como en los beneficios prácticos que aporta esta medida de protección y control. El geofencing consiste en la utilización de sistemas de localización geográfica para restringir o permitir acceso a servicios o contenidos digitales en función de la ubicación del usuario. En otras palabras, se trata de crear un perímetro virtual que delimita las áreas desde las cuales se puede interactuar con una plataforma o servicio. Aunque pueda parecer una limitación anacrónica en una era de redes globalizadas, el geofencing ofrece varias ventajas cruciales para las empresas, especialmente las financieras.
Primero, la seguridad es el argumento más contundente. Los bancos manejan información sumamente sensible y realizan transacciones que pueden afectar directamente la economía personal y empresarial. Monitoring y controlar desde dónde se accede a estas plataformas permite detectar patrones de comportamiento inusuales, como intentos de acceso desde ubicaciones geográficas no habituales, lo que puede indicar actividades fraudulentas. Al restringir logins desde ciertos países o regiones, las entidades bancarias reducen la superficie de ataque y dificultan que actores maliciosos puedan emplear técnicas sofisticadas de robo o suplantación de identidad. Otra razón clave tiene que ver con la regulación y el cumplimiento normativo.
Las leyes financieras varían mucho de un país a otro, incluyendo normativas sobre prevención de lavado de dinero, financiamiento al terrorismo y protección de datos personales. Las instituciones deben asegurarse de que sus servicios cumplen con estas leyes locales y regionales para evitar sanciones severas. El geofencing les permite segmentar su oferta y actuar únicamente en jurisdicciones permitidas, evitando ofrecer servicios en zonas donde no estén autorizados o donde la regulación sea demasiado compleja. En este sentido, aplicar geofencing es una medida práctica para prevenir riesgos legales y garantizar la conformidad regulatoria. Además, la gestión del riesgo financiero tiene un papel protagónico.
No todos los mercados son igual de seguros desde una perspectiva de riesgo crediticio o económico. Las fluctuaciones de sistemas bancarios, políticas económicas y estabilidad financiera de ciertos países obligan a las entidades a limitar sus operaciones a ubicaciones determinadas para minimizar la exposición a impagos o fraudes. El geofencing ayuda a proteger el negocio y a mantener la salud financiera de las instituciones al controlar estrictamente dónde pueden operar los usuarios. La experiencia del usuario también influye en la decisión de emplear geofencing. En ocasiones, los bancos quieren ofrecer productos o servicios adaptados a las particularidades del mercado local, incluyendo idioma, moneda, estructura fiscal y funcionalidades específicas.
Al delimitar la presencia geográfica de sus plataformas digitales, se puede personalizar el servicio y ofrecer una atención más adecuada a las necesidades y regulaciones de cada región. Sin embargo, ante el aumento del uso de VPNs que permiten a los usuarios simular su ubicación geográfica, la eficacia del geofencing es cuestionada. Muchos usuarios, en especial aquellos que viajan o viven en el extranjero, utilizan VPN para acceder a sus servicios bancarios como si estuvieran en su país de origen, eludiendo así las restricciones geográficas. Para hacer frente a esto, las empresas están mejorando sus mecanismos, no solo confiando en la geolocalización IP, sino que utilizan análisis de comportamiento, detección avanzada de VPN, autenticación multifactor y otros métodos complementarios para garantizar la autenticidad y seguridad del acceso. Además, la aplicación de geofencing envía un mensaje claro sobre la importancia que las instituciones financieras otorgan a la protección de sus clientes y activos.