En un contexto global marcado por la creciente competencia tecnológica entre Estados Unidos y China, la seguridad en la transferencia de tecnología avanzada se ha convertido en una prioridad para los legisladores estadounidenses. Recientemente, un congresista de los Estados Unidos ha anunciado la intención de presentar un proyecto de ley para frenar el contrabando de chips de alta tecnología de Nvidia hacia China. Esta medida busca fortalecer el control sobre la exportación y uso de los chips de inteligencia artificial, cuya demanda ha crecido exponencialmente debido a su papel fundamental en el desarrollo de sistemas inteligentes y aplicaciones estratégicas. Nvidia, una de las compañías líderes en la fabricación de procesadores especializados para inteligencia artificial y centros de datos, produce chips que son esenciales para la creación de tecnologías avanzadas como chatbots, generadores de imágenes y herramientas con aplicaciones en ámbitos militares y biotecnológicos. Esta relevancia ha llevado a que gobiernos anteriores y actuales, incluidos los presidentes Donald Trump y Joe Biden, establezcan controles de exportación cada vez más estrictos para restringir la venta directa de estos chips a China.
A pesar de estas restricciones, diversos informes han señalado que chips fabricados por Nvidia continúan llegando al país asiático mediante métodos que violan las leyes de control de exportación estadounidenses. Algunas investigaciones periodísticas han evidenciado la existencia de rutas de contrabando que permiten que estos dispositivos altamente tecnológicos lleguen a China, lo que ha generado alarma sobre el riesgo que representa para la seguridad nacional y la estabilidad estratégica del país. Frente a esta problemática, el representante Bill Foster, un legislador demócrata y ex físico de partículas, ha propuesto un proyecto de ley con un enfoque innovador: utilizar la tecnología existente integrada en los propios chips para rastrear su ubicación después de la venta. Según Foster y expertos independientes consultados, esta tecnología de verificación de ubicación ya se encuentra implementada en los chips de Nvidia, aunque hasta ahora no se ha utilizado con fines regulatorios o de cumplimiento legal. El punto central del proyecto es desarrollar regulaciones que obliguen a las empresas fabricantes a implementar sistemas que permitan determinar la localización de los chips de manera remota y segura.
Esto permitiría a las autoridades estadounidenses monitorear si un chip se encuentra dentro de un país autorizado según su licencia de exportación o si está operando en una región prohibida, como China. Además, el proyecto contempla mecanismos para que los chips puedan ser deshabilitados o impedir que se activen si no cuentan con las licencias necesarias, lo cual complicaría el uso ilegal o ilícito de estos dispositivos. Este enfoque no solo responde a una necesidad actual, sino que también se proyecta como una medida fundamental para el futuro ante el avance acelerado de la inteligencia artificial y sus aplicaciones potenciales en diversos campos, incluyendo aquellos considerados sensibles o peligrosos, como la fabricación de armas biológicas y tecnología militar avanzada. Foster ha manifestado la urgencia de actuar con rapidez, mencionando que el contrabando no es un problema hipotético, sino una realidad que ya afecta la seguridad estratégica. El respaldo al proyecto de ley de Foster ha sido notablemente bipartidista.
Otros legisladores demócratas, como el representante Raja Krishnamoorthi, han expresado su apoyo, destacando la verificación en chip como una solución creativa para frenar el contrabando. Por parte de los republicanos, aunque aún no han firmado formalmente la legislación, se ha mostrado un interés positivo y se planean reuniones para discutir enfoques legislativos. El presidente del Comité Selecto sobre China en la Cámara, el representante John Moolenaar, ha señalado el amplio respaldo para exigir que compañías como Nvidia integren tecnología de rastreo en sus chips de alta potencia. La tecnología detrás de esta verificación de ubicación se basa en el tiempo de respuesta que un chip comunica con un servidor seguro. Al medir el tiempo que tarda la señal en viajar, y conociendo que la velocidad de la luz es constante, es posible determinar la ubicación general del chip a nivel país.
Esto permitiría a entidades regulatorias identificar grupos de chips que pueden haber sido desviados de sus destinos autorizados y enfocarse en investigaciones más concretas, algo que actualmente no es posible debido a la falta de datos. Aunque la implementación de medidas que eviten el arranque de chips sin licencia implica desafíos técnicos mayores, el desarrollo de estas soluciones se considera una evolución necesaria para reforzar la seguridad de la cadena de suministro y evitar el uso indebido de tecnología avanzada. Foster ha indicado que ya se están manteniendo diálogos preliminares con proveedores y fabricantes para entender cómo se podría llevar a cabo esta implementación en la práctica. Este proyecto de ley cobra especial relevancia luego de reportes sobre el avance tecnológico chino, donde productos desarrollados con chips Nvidia supuestamente prohibidos han impulsado sistemas de inteligencia artificial competitivos, como DeepSeek, que desafían la supremacía estadounidense. A su vez, la aplicación práctica de estos chips en diversas instancias, incluyendo casos judiciales por fraude en Singapur vinculados a servidores con chips Nvidia en cuestión, subrayan la complejidad y alcance internacional de la problemática.