En un giro notable en la dinámica del mercado criptográfico estadounidense, Deribit, la plataforma líder a nivel mundial en opciones de criptomonedas, está considerando ampliar sus operaciones en Estados Unidos. Este interés surge en respuesta a un cambio regulatorio percibido como más receptivo hacia la industria cripto bajo la administración del expresidente Donald Trump, según un reciente informe del Financial Times. Deribit, con sede en Dubái, procesó un volumen nocional de 1.3 billones de dólares el año pasado, lo que la convierte en un actor dominante dentro del sector de derivados criptográficos. El CEO de la plataforma, Luuk Strijers, ha señalado que la empresa está "revaluando activamente las posibles oportunidades" para operar en el mercado estadounidense, impulsada por un contexto regulatorio que se está suavizando y volviendo más favorable.
Este giro en la política regulatoria de Estados Unidos ha sido un catalizador importante no solo para Deribit, sino también para otras compañías tanto europeas como asiáticas que, durante los últimos años, han adoptado una postura cautelosa o incluso han evitado activamente hacer negocios en el país debido a un ambiente represivo durante la administración de Joe Biden. Con el colapso de FTX a finales de 2022 y la subsecuente oleada de acciones regulatorias tomadas por la SEC (Comisión de Bolsa y Valores) y el Departamento de Justicia, muchas firmas decidieron retirar o limitar su actividad en EE.UU. Sin embargo, la narrativa comienza a cambiar con el auspicio de una administración que ha manifestado su intención de posicionar a Estados Unidos como la capital mundial de las criptomonedas. Trump, durante su campaña, prometió reducir la presión regulatoria y fomentar así el crecimiento del sector cripto en el país.
En consonancia con este objetivo, más de una docena de procedimientos legales en contra de empresas de criptomonedas han sido archivados o puestos en pausa bajo esta nueva administración. Además, el Departamento de Justicia anunció recientemente la disolución de su unidad especializada en la fiscalización de criptoactivos, una señal clara de un enfoque menos agresivo hacia el ecosistema criptográfico. Este cambio en el ambiente regulatorio está incentivando una renovada confianza en la industria. Firmas de gran relevancia en el mercado, como OKX, han confirmado planes para establecer oficinas centrales en Estados Unidos, específicamente en San José, California, solo meses después de haber resuelto un caso judicial que implicaba una multa de 504 millones de dólares con las autoridades estadounidenses. Otra compañía que destaca su regreso al mercado estadounidense es Nexo, que se había retirado a fines de 2022 aludiendo a la falta de claridad regulatoria.
Recuperando el ánimo y la certeza jurídica, Nexo confirmó su intención de reintegrarse al territorio de Estados Unidos, reflejando un sentimiento de optimismo generalizado en la industria. Este fenómeno no es exclusivo de Deribit y Nexo; otras empresas significativas como Wintermute desde Suiza y DWF Labs, con sede en Dubái, están explorando activamente la posibilidad de expandir su presencia en Estados Unidos. Esta ola de reconsideración y reentrada del mercado refleja el impacto sustancial que tiene un marco regulatorio amigable para estimular la inversión y el desarrollo tecnológico. Particularmente interesante es la posibilidad, aún en evaluación, de una adquisición entre Coinbase y Deribit. De acuerdo con reportes, Coinbase se encuentra en negociaciones avanzadas para adquirir Deribit, lo cual implicaría que la licencia operativa de la plataforma con sede en Dubái debería ser transferida a la multinacional estadounidense.
Este tipo de movimientos son indicativos de una consolidación del mercado de derivados en el sector criptográfico en Estados Unidos, que además evidencia un ambiente cada vez más competitivo con players como Kraken, que recientemente adquirió NinjaTrader en una operación valorada en 1.5 mil millones de dólares. El interés renovado en el mercado estadounidense responde a factores variados, entre los que destaca la búsqueda de un mercado con alta liquidez, marco legal claro y la perspectiva de un crecimiento sostenido apoyado por políticas públicas favorables. La reducción de la presencia regulatoria intrusiva ofrece un entorno propicio para la innovación y para el lanzamiento de productos financieros avanzados basados en blockchain y criptomonedas. Es relevante comprender que esta apertura no solo beneficia a los grandes exchanges y plataformas, sino que también puede tener un efecto dominó en startups, desarrolladores de tecnología blockchain, firmas de inversión, y proveedores de servicios relacionados con las criptomonedas y los derivados digitales.
La nueva administración, al priorizar las facilidades y la reducción de trabas, busca posicionar a Estados Unidos como un epicentro de innovación y adopción en este ecosistema en constante evolución. Deribit, con su fuerte liderazgo en el segmento de opciones de Bitcoin y otras criptomonedas, representa una pieza clave en este rompecabezas. Las opciones criptográficas permiten a los inversores gestionar riesgos y especular con mayor sofisticación, y su oferta en Estados Unidos podría atraer a un nuevo público de traders institucionales y minoristas avanzados. Por otro lado, esta dinámica incorpora desafíos importantes relacionados con la regulación futura. Aunque los signos actuales apuntan hacia un relajamiento, el sector criptográfico sigue siendo objeto de vigilancia por parte de diversos organismos, tanto a nivel federal como estatal.