El lenguaje de programación J es una herramienta única que ha evolucionado desde APL, destacándose por su capacidad para manipular datos multidimensionales mediante notaciones matemáticas ejecutables por computadora. Lanzado en 1990, J se diseñó para superar ciertos obstáculos de APL, simplificando su uso y ampliando su accesibilidad mediante el uso exclusivo de caracteres ASCII en lugar del conjunto de símbolos personalizado de APL. Esta decisión no solo facilitó su tipificación en teclados estándar sino que también sentó las bases para un lenguaje poderoso y elegante que se ha mantenido vigente durante décadas. J está orientado a usuarios con cierta experiencia en programación, aunque también es accesible para quienes se tomen un tiempo para familiarizarse con conceptos básicos como funciones, argumentos, clases y expresiones. Más que un lenguaje de referencia exhaustivo, J se presenta como un sistema estructurado pero flexible, donde el aprendizaje se basa en la comprensión paulatina de secciones interconectadas y la práctica directa con ejemplos.
Una de las características fundamentales de J es que todo en él gira en torno a los "nombres" que representan datos o funciones, y las operaciones que se pueden realizar entre estos. Los valores básicos o "nombres" pueden ser números enteros, flotantes, números complejos y listas, que se manejan a través de una sintaxis muy intuitiva y ligera. Por ejemplo, la representación de números negativos utiliza un guion bajo en lugar del signo menos convencional, permitiendo distinguir dentro del propio lenguaje ciertas operaciones matemáticas. El lenguaje se distingue por su tratamiento de las listas y los arrays. No existe un tipo de dato específico llamado lista; en realidad, se usan arrays unidimensionales y multidimensionales cuyo rango, forma y estructura pueden describirse con listas de longitudes por dimensión.
Este enfoque sobre arrays es esencial para operaciones matemáticas complejas y procesamiento de datos, situación muy común en análisis estadísticos, científicos y de ingeniería. Las cadenas de texto en J son tratadas como listas de caracteres y están codificadas en UTF-8, un detalle que favorece la compatibilidad con datos internacionales y facilita la manipulación de texto en múltiples idiomas. Esta codificación, junto con el manejo de cadenas escapa caracteres especiales de manera sencilla, como las comillas simples, contribuye a que el trabajo con texto sea natural dentro del entorno de programación. En cuanto a la funcionalidad, J define funciones como "verbos" que toman datos (llamados "sustantivos") como argumentos y devuelven nuevos datos. Esta terminología peculiar refuerza la idea de que el lenguaje está profundamente inspirado en estructuras matemáticas y lingüísticas.
Los verbos pueden ser monádicos (que usan un solo argumento) o diádicos (que usan dos), lo que amplía la versatilidad del lenguaje y la expresividad de sus expresiones. Además, J permite la composición sofisticada de funciones mediante modificadores llamados "adverbios" y "conjunciones". Estos preprocesan o combinan funciones para crear nuevas operaciones que pueden aplicarse a los datos. Por ejemplo, el modificador "/" inserta una función entre todos los elementos de una lista para realizar sumas acumulativas u otras operaciones similares. Este tipo de construcciones permiten escribir código muy conciso y poderoso, explotando al máximo el potencial del lenguaje.
Una gran ventaja de J es su capacidad para definir funciones de forma explícita o directa. Las definiciones explícitas permiten describir el cuerpo de una función detalladamente utilizando cadenas multilínea, mientras que las definiciones directas (DDs) proporcionan una sintaxis compacta y legible para funciones complejas. Estas funciones pueden adoptar tipos específicos, desde sustantivos hasta piezas complejas como adverbios, conjunciones y verbos, lo que da un amplio rango para modelar soluciones a problemas diversos. El manejo de estructuras de datos también incluye contenedores especiales llamados "cajas", que permiten sobrepasar las limitaciones de los arrays homogéneos. Mediante cajas es posible agrupar elementos heterogéneos en una sola estructura, posibilitando la construcción de árboles y estructuras anidadas complejas que son comúnmente requeridas en la programación avanzada y procesamiento de datos jerárquicos.
Para continuar, J dispone de estructuras tradicionales de control como condiciones, bucles y declaraciones de manejo de errores, aunque su uso no es el enfoque principal del lenguaje. Más bien, el paradigma de programación en J busca aprovechar la programación funcional y la operación sobre arrays para solucionar problemas, dejando las estructuras imperativas para casos específicos donde el control explícito es indispensable. En la gestión de errores y depuración, J ofrece mecanismos integrados y verbos dedicados que permiten interceptar, manejar y registrar excepciones de manera eficiente. Además, su modo de depuración brinda la posibilidad de pausar la ejecución para analizar el estado del programa y seguir paso a paso, facilitando la corrección de errores complejos. Otro concepto avanzado en J es el de "rangos", que determina cómo se aplican las funciones a diferentes dimensiones de un array.
Esto permite operar sobre subestructuras de un array sin necesidad de escribir bucles explícitos, haciendo el código más limpio y elegante. El manejo de frames y celdas dentro de los arrays hace posible realizar operaciones paralelas y transformaciones complejas con facilidad. En lo que respecta a indexación, J presenta un sistema potente que permite no solo acceder a elementos individuales sino también trabajar con subconjuntos complejos, usando cajas para definir rutas, exclusiones y agrupaciones. Esto es esencial para manipular grandes conjuntos de datos y es parte del núcleo que convierte a J en un lenguaje apto para análisis de datos avanzados. Los "trains" constituyen otro pilar en la programación con J.
Se trata de secuencias de funciones que se combinan sin necesidad de paréntesis ni variables intermedias, creando expresiones compuestas que se expanden según reglas específicas, optimizando la legibilidad y la eficiencia de las operaciones. A través de hooks y forks, los trains permiten definir cálculos complejos, como promedios y otras agregaciones, mediante expresiones muy concisas. El lenguaje también soporta la programación orientada a objetos de forma flexible usando espacios de nombres que simulan la creación de clases e instancias, con mecanismos para la herencia y encapsulación básica. Aunque no es el enfoque principal de J, esta capacidad permite organizar proyectos de código más grandes y aprovechar conceptos familiares para programadores acostumbrados a lenguajes orientados a objetos. Para quienes se acerquen a J desde la práctica, es importante destacar que el entorno incluye herramientas para cargar y manejar código modularmente, con comandos para importar, ejecutar y gestionar scripts, facilitando así el desarrollo incremental y colaborativo.
Finalmente, J incorpora funciones para trabajar con texto Unicode de manera robusta, contemplando caracteres multibyte y emojis, gracias a sus tipos especiales y funciones de codificación y decodificación. Esto amplia su aplicabilidad en entornos modernos donde la internacionalización y el manejo de información en diferentes lenguas es necesario. En resumen, el lenguaje J representa un poderoso recurso para programadores interesados en manipulación avanzada de datos mediante programación funcional y matemática. A través de su sintaxis compacta, manejo eficiente de arrays, funciones de alto nivel y capacidad para trabajar con estructuras complejas, J ofrece un conjunto rico de herramientas que, con práctica y estudio, pueden aumentar significativamente la productividad y calidad del código en proyectos científicos, estadísticos o de análisis de datos.