En el dinámico mundo de los centros de datos, la estabilidad y la continuidad del servicio son esenciales para el funcionamiento óptimo de numerosas empresas y servicios digitales a nivel global. Durante los últimos años, la industria ha experimentado una evolución significativa que ha permitido una menor frecuencia y severidad en las interrupciones, sin embargo, sigue existiendo una constante preocupación en torno a las causas recurrentes que afectan la operación continua de estos entornos críticos. En particular, los errores humanos y las fallas en el suministro eléctrico continúan siendo las principales fuentes de interrupciones significativas, generando impactos que pueden resultar costosos para organizaciones de todos los tamaños. El último informe anual de análisis de interrupciones publicado por el Uptime Institute destaca que, a pesar de que la confiabilidad de los centros de datos está mejorando en términos generales, el riesgo de fallos importantes persiste ante la complejidad creciente de estos sistemas. Uno de los aspectos más llamativos es que entre dos tercios y cuatro quintos de las interrupciones graves registradas incluyen algún vínculo con errores humanos.
Esta tendencia refleja que, aunque la tecnología avanza rápidamente, la influencia del factor humano sigue siendo decisiva en muchas de las contingencias registradas. La reducción en la frecuencia de los apagones y problemas es una realidad palpable en 2024. Según los datos aportados, un 53% de los operadores de centros de datos reportaron una interrupción significativa en los últimos tres años, lo cual representa un descenso frente al 60% en 2022 y porcentajes aún mayores en años previos. Además, solo un 9% de los incidentes reportados en 2024 fueron catalogados como serios o severos, alcanzando el nivel más bajo jamás documentado. Esto sugiere que las inversiones en resiliencia y la constante mejora en las prácticas operativas han tenido un impacto positivo a nivel global.
No obstante, uno de los mayores desafíos sigue siendo la prevención y mitigación de errores humanos. En los centros de datos, la causa humana suele verse más como un factor contribuyente que como la raíz directa de un fallo, pero está presente directa o indirectamente en la mayoría de los incidentes. Cambios en el código de software, por ejemplo, han provocado interrupciones notables en grandes plataformas como los servicios en la nube de Microsoft Azure y Microsoft 365 en el último año. Estas fallas revelan la importancia de un control riguroso en las actualizaciones y una supervisión efectiva durante los procesos de modificación. La magnitud del problema también se refleja en que aproximadamente un 40% de las organizaciones experimentaron una interrupción importante atribuida a error humano en los últimos tres años.
Una falla comúnmente observada radica en el incumplimiento de protocolos y procedimientos, responsable en un 58% de los casos relacionados con errores humanos. La insuficiencia o deficiencia en los procesos y procedimientos existentes fue identificada en un 45% de las situaciones. Esta tendencia parece estar en aumento, posiblemente impulsada por el crecimiento acelerado de la industria de centros de datos y la consecuente escasez de personal especializado en varios mercados. Para enfrentar dichos retos, expertos en la industria insisten en reforzar la capacitación continua del personal y en fomentar el apoyo operativo en tiempo real durante las actividades críticas. Aunque la mejora y actualización de protocolos siguen siendo necesarias, la atención puesta en la formación práctica y el soporte inmediato puede resultar más efectivo para reducir la incidencia de errores involuntarios.
Por otra parte, los problemas relacionados con la alimentación eléctrica continúan siendo la causa más frecuente de interrupciones considerables en los data centers. Más de la mitad de todos los incidentes graves se atribuyen a fallos en el suministro eléctrico, con un 25% de operadores reportando que una falla eléctrica de alta gravedad los afectó en los últimos tres años. En este entorno, el fallo en los sistemas de alimentación ininterrumpida UPS es uno de los factores más comunes y críticos, ocasionando eventos que pueden durar varias horas, como el apagón de seis horas registrado en Google Cloud en la zona este de Estados Unidos. Además del fallo en los UPS, otros elementos del sistema eléctrico, como eventuales interrupciones intermitentes en la red de suministro, o errores en la gestión y configuración de los sistemas de respaldo con generadores, también pueden desencadenar problemas operativos. La inestabilidad de la red eléctrica, agravada por factores como la creciente demanda, infraestructuras envejecidas, fenómenos meteorológicos extremos y la integración variable de fuentes renovables, se presenta como un desafío progresivamente mayor para garantizar la continuidad en la operación.
En respuesta a estos riesgos, los centros de datos han invertido considerablemente en sistemas de respaldo robustos, protocolos de gestión avanzados y en la diversificación de fuentes energéticas para mitigar las vulnerabilidades asociadas al suministro eléctrico. Ejemplos como la resiliencia demostrada por centros de datos cercanos al aeropuerto Heathrow en Londres durante una interrupción eléctrica que afectó diversas operaciones aéreas destacan cómo una correcta preparación y ejecución pueden marcar la diferencia en momentos críticos. El ecosistema de los centros de datos está inmerso en una transformación acelerada impulsada por tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la automatización avanzada y la integración de sistemas de tecnología de operación (OT) e información (IT). Si bien esto permite implementar soluciones más eficientes y sofisticadas, también aumenta la complejidad y la exposición a potenciales errores operativos y amenazas de ciberseguridad. El balance general muestra avances importantes en la reducción tanto de la frecuencia como de la severidad de las interrupciones, en paralelo al crecimiento exponencial del sector y la demanda mundial de servicios digitales.
La combinación de mejores prácticas, inversión en infraestructura resiliente y la profesionalización del personal aporta una narrativa optimista para el futuro de la industria. Sin embargo, el camino hacia una operación completamente confiable y segura en los centros de datos está lejos de finalizar. La gestión humana sigue siendo un factor crítico que requiere atención continua, formación estricta y sistemas de apoyo integral. De igual forma, la adecuada gestión de la cadena de alimentación eléctrica debe ser una prioridad permanente, dada su relevancia directa sobre la disponibilidad de los servicios. En definitiva, el dominio de los errores humanos y la fortaleza frente a fallos eléctricos serán determinantes en la capacidad de los centros de datos para sostener la infraestructura digital global en los próximos años.