Roche, una de las compañías farmacéuticas más influyentes a nivel mundial, ha dado un paso significativo para fortalecer su presencia en el mercado estadounidense con el anuncio de una inversión superior a los 700 millones de dólares destinada a la construcción de una nueva planta de manufactura en Holly Springs, Carolina del Norte. Este ambicioso proyecto se orienta a apoyar la producción de medicamentos biológicos, en particular una nueva generación de fármacos dirigidos al tratamiento de la obesidad, que representa un desafío creciente para la salud pública a nivel global. La nueva instalación de Roche está diseñada para ser un centro moderno de producción dedicado a la fabricación de productos biotecnológicos para Genentech, una subsidiaria del grupo Roche, reconocida por su innovación en terapias avanzadas. Con esta expansión se esperan generar más de 400 empleos directos en el área, impulsando no solo la economía local, sino también la capacidad industrial del país en un sector clave como el farmacéutico. Este anuncio forma parte de un plan más amplio que la multinacional suiza reveló hace poco, mediante el cual Roche tiene previsto invertir alrededor de 50 mil millones de dólares en Estados Unidos durante los próximos cinco años.
Esta cifra refleja un compromiso sostenido con el fortalecimiento de su infraestructura, el impulso a la innovación y el apoyo a la manufactura doméstica, con un objetivo final de convertir a Estados Unidos en un exportador neto de medicamentos fabricados por la compañía. La decisión de ampliar la producción en territorio estadounidense responde a múltiples factores, entre ellos la necesidad de incrementar la capacidad para satisfacer la demanda de terapias existentes y la emergencia de un pipeline robusto de medicamentos biológicos y medicamentos de precisión que requieren condiciones de fabricación muy especializadas. Además, esta apuesta coincide con una tendencia global de reshoring dentro de la industria farmacéutica, motivada por la búsqueda de cadenas de suministro más resilientes y un marco regulatorio favorable al desarrollo local. En este contexto, Roche no es la única que realiza importantes movimientos. Compañías farmacéuticas de la talla de Novartis, Eli Lilly y Johnson & Johnson han anunciado inversiones significativas para reforzar sus plantas productivas y centros de investigación en Estados Unidos.
Solo en los últimos meses, Novartis comunicó un plan de inversión de 23 mil millones de dólares para un período similar de cinco años. Mientras tanto, Eli Lilly y Johnson & Johnson revelaron proyectos con presupuestos de 27 mil millones y 55 millones de dólares, respectivamente, para estimular la producción nacional. Estas inversiones reflejan un cambio estratégico dentro de la industria, impulsado en gran medida por el aumento de la incertidumbre en torno a las cadenas de suministro internacionales, evidenciada durante los últimos años por eventos como la pandemia global. Asimismo, la presión desde el gobierno estadounidense para localizar la producción de medicamentos se ha intensificado, con medidas arancelarias y políticas regulatorias dirigidas a fomentar la fabricación doméstica. El gobierno, durante la administración del expresidente Donald Trump, implementó un impuesto del 10% sobre diversas importaciones, exceptuando los productos farmacéuticos terminados.
Paralelamente, se llevaron a cabo investigaciones bajo la Sección 232 destinadas a evaluar posibles aranceles sobre ingredientes farmacéuticos activos importados y otros suministros médicos, lo cual podría impactar considerablemente la cadena global de producción. A nivel político, también se observaron iniciativas para modificar significativamente los precios de los medicamentos en Estados Unidos. El 11 de mayo de 2025, el entonces presidente Trump anunció planes para emitir una orden ejecutiva que vincularía los precios de los medicamentos en EE.UU. a las tarifas más bajas pagadas en otros países, a través de un modelo conocido como "nación más favorecida".
Según sus declaraciones, esta medida busca reducir los costos de los medicamentos con recetas en el país entre un 30% y 80%, aunque sin un cronograma definido para su implementación. Dentro de este paisaje político y económico, la expansión de Roche adquiere una dimensión estratégica, consolidando su capacidad para responder a las demandas del mercado y las regulaciones locales, mientras se posiciona ante posibles retos comerciales globales. La planta en Holly Springs será una pieza clave para manufacturar terapias innovadoras que requieren procesos sofisticados y normas estrictas de producción, especialmente en el campo de la biotecnología. Más allá de Estados Unidos, el compromiso de Roche con su red de manufactura global también se refleja en recientes proyectos internacionales. Recientemente, la compañía anunció una inversión de 2.
04 mil millones de yuanes, equivalentes a aproximadamente 282 millones de dólares, para desarrollar una nueva planta en Shanghái, China. Este sitio estará dedicado a la producción de Vabysmo (faricimab), un medicamento para tratar enfermedades oculares, y está proyectado para ser completado antes de 2029. Esta planta permitirá a Roche cumplir con los requisitos regulatorios chinos que exigen manufactura local para ciertos productos farmacéuticos. El escenario actual muestra un claro giro hacia la regionalización y diversificación de la producción farmacéutica, buscando mayor control y seguridad en las cadenas de suministro. En ese sentido, Roche se posiciona a la vanguardia con sus ambiciosos planes y una visión a largo plazo que combina las necesidades comerciales con el cumplimiento normativo y el impulso económico local.
El nuevo desarrollo en Carolina del Norte no solo llegará a crear cientos de empleos en el sector manufacturero, sino que también contribuirá al fortalecimiento del ecosistema local mediante el aumento del conocimiento técnico y la generación de oportunidades en áreas asociadas como la logística, la investigación y el desarrollo tecnológico. La inversión en infraestructura y el incremento de la capacidad productiva resultan esenciales para mantener la competitividad en una industria cada vez más compleja, regulada y con alta demanda de innovación. Los medicamentos biológicos, como los que producirá esta nueva planta, representan el futuro de la medicina personalizada y de precisión, ofreciendo tratamientos más eficaces y adaptados a las condiciones individuales de cada paciente. En conclusión, la estrategia de Roche de levantar una planta de manufactura en Estados Unidos por un valor de más de 700 millones de dólares es una movida que responde a múltiples objetivos estratégicos. Fortalece su capacidad productiva en un mercado clave, garantiza una mayor seguridad en la cadena de suministro, aprovecha las condiciones regulatorias favorables y apoya los esfuerzos nacionales para impulsar una industria farmacéutica sólida y autosuficiente.
Este proyecto ejemplifica cómo las grandes farmacéuticas están adaptando sus modelos de negocio a las nuevas realidades globales y locales, trabajando para ofrecer productos innovadores mientras contribuyen al desarrollo económico de las regiones donde operan. Sin duda, la planta de Holly Springs se convertirá en un pilar importante dentro de la estrategia global de Roche para enfrentar los retos del futuro y seguir posicionándose como líder en el sector de la biotecnología farmacéutica.