En un paso decisivo para el desarrollo y democratización de la inteligencia artificial, OpenAI ha anunciado el lanzamiento del programa "OpenAI for Countries", una iniciativa destinada a crear alianzas estratégicas con gobiernos a nivel mundial para desarrollar infraestructura avanzada de inteligencia artificial. Esta propuesta representa una evolución en la manera en que las tecnologías emergentes se expanden, no solo a través de empresas privadas sino también mediante colaboraciones públicas que implican inversiones conjuntas y adaptaciones regionales. El programa inicia con diez proyectos internacionales destinados a la instalación de centros de datos y la integración de productos de OpenAI adaptados a los idiomas y necesidades particulares de cada país participante. Esta estrategia refleja un enfoque sensible a la diversidad cultural y tecnológica que caracteriza a las distintas regiones, buscando garantizar que la inteligencia artificial se convierta en una herramienta accesible y relevante para diversas sociedades. La financiación proviene tanto de OpenAI como de los gobiernos involucrados, mostrando un compromiso compartido para construir una infraestructura robusta y sostenible.
Uno de los elementos centrales de esta iniciativa es su vinculación con el llamado proyecto "Stargate" en Estados Unidos, una alianza público-privada entre OpenAI, SoftBank, Oracle y MGX que apunta a una inversión de hasta 500 mil millones de dólares en infraestructura de IA para 2029. Dicho proyecto está en pleno desarrollo, con diez centros de datos en construcción en Texas y planes para extender esta red por todo el país. El objetivo va más allá de la creación de capacidades tecnológicas; también se busca generar más de 100,000 empleos, reafirmando el liderazgo estadounidense en la innovación tecnológica. La visión de OpenAI es clara respecto a la dirección que debe tomar la expansión global de la inteligencia artificial: mantener una cooperación internacional que fortalezca el papel de Estados Unidos como líder mundial. En contraste con iniciativas que buscan la independencia tecnológica europea, OpenAI plantea un escenario donde la colaboración transnacional sigue bajo liderazgo estadounidense, lo cual, según la compañía, permite un efecto de red global que beneficia a las democracias y promueve un uso responsable de la tecnología.
Esta posición se articula además en el documento interno conocido como "Economic Blueprint", que conceptualiza a OpenAI como un actor patriótico dentro de un marco de competencia tecnológica global. En este plan se defiende la necesidad de inversiones masivas en infraestructura, la creación de laboratorios regionales de IA y la implementación de controles a la exportación de tecnologías avanzadas. Estos elementos muestran un enfoque estratégico que distingue claramente a Estados Unidos frente a competidores geopolíticos, especialmente China, destacando la importancia de preservar una ventaja tecnológica. En cuanto a Europa, el papel que se le atribuye dentro de esta estrategia se enfoca más en ser un mercado clave y proveedor de infraestructura que en adoptar un rol decisorio en la gobernanza global de la inteligencia artificial. OpenAI ha publicado un plan económico específico para Europa que exige a los estados miembros de la Unión Europea incrementar su capacidad computacional en un 300% para 2030, un ambicioso programa que también incluye la creación de una red energética verde para garantizar que la infraestructura de IA sea carbono neutral.
Este plan europeo contempla también la instauración de espacios de datos sectoriales específicos para salud, industria, medio ambiente y datos públicos, con metas fijadas para 2027. Además, está previsto un fondo acelerador de IA con un presupuesto de mil millones de euros para apoyar proyectos piloto y la capacitación de 100 millones de europeos en habilidades básicas de inteligencia artificial para el año 2030. La propuesta sugiere nombrar oficiales nacionales de preparación para IA y publicar un índice anual para medir el avance europeo en esta materia. Aunque OpenAI apoya el marco regulatorio del Acta de IA de la Unión Europea, critica lo que califica como una fragmentación excesiva del entorno normativo europeo, con más de 100 leyes tecnológicas y cerca de 270 agencias reguladoras involucradas. Plantea que esta dispersión dificulta una implementación coordinada y armoniosa que facilite el avance de la tecnología, recomendando una mayor unificación normativa.
El enfoque de OpenAI hacia Europa parece ambivalente, ya que mientras el plan europeo contiene muchas exigencias y expectativas, las contribuciones concretas de OpenAI son limitadas. En esencia, Europa aparece en este escenario principalmente como un área de mercado y proveeduría de infraestructura para los proyectos que lidera Estados Unidos mediante la alianza global Stargate. De cara al futuro, el programa "OpenAI for Countries" y el proyecto Stargate forman parte de una estrategia que intenta responder a una era donde la inteligencia artificial será central para el desarrollo económico, la seguridad y la competitividad global. La interacción entre gobiernos y empresas en esta esfera se perfilan como un terreno donde se definirán los equilibrios tecnológicos y políticos durante las próximas décadas. En este contexto, la posición de OpenAI trasciende el simple desarrollo tecnológico para convertirse en un actor clave que trata de moldear las reglas del juego internacional, fomentando una red global de infraestructura basada en valores democráticos y liderazgo estadounidense.
Sin embargo, el éxito de estas ambiciones depende de múltiples factores, incluyendo la voluntad política de los países participantes, la gestión eficiente de los recursos y la capacidad de adaptarse a normativas y demandas emergentes. En síntesis, la iniciativa de OpenAI para establecer colaboraciones con gobiernos mediante "OpenAI for Countries" abre una nueva etapa en la forma en que la inteligencia artificial se despliega masivamente. Al combinar inversión, innovación y colaboración, esta estrategia busca que la IA no solo sea una herramienta tecnológica sino también un motor de transformación social y económica a nivel global, con Estados Unidos como epicentro y facilitador principal en un ecosistema interconectado y con múltiples actores.